Caso Micaela Bravo: investigan una pista firme

La investigación por el crimen de Micaela Bravo avanzó en silencio en los meses últimos y se recolectaron numerosos indicios para avanzar por primera vez en una hipótesis firme, que permita explicar el homicidio.

La fiscal Betiana Cendón espera el resultado de las peritaciones que se pidieron al laboratorio de genética forense que depende del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. Se trata del estudio mitocondrial de los cinco pelos que los investigadores hallaron en una mano de la joven asesinada.

La expectativa es que esos estudios aporten un perfil genético del posible autor del crimen.

Cendón pidió además un estudio al equipo de investigación de la Procuración con luces infrarrojas para detectar alguna huella en la ropa que tenía el cadáver de la víctima. Fuentes judiciales indicaron que está previsto que el 6 y 7 de abril próximo se hagan esas peritaciones pendientes.

La idea es analizar el pantalón, partes de una remera y las zapatillas que secuestraron cuando hallaron el cadáver el 6 de abril de 2016.

Cendón y el equipo de investigadores tienen una hipótesis que apunta a un homicidio simple y que avanzan con indicios por el momento para tratar de identificar al posible autor o autora del crimen. Las fuentes evitaron revelar más detalles para no entorpecer las pesquisas en marcha.

Micaela desapareció el 23 de marzo de 2016 después de que fuera a dejar a una sobrina al Jardín Mundo Nuevo, distante a dos cuadras y media de la casa de la madre de la joven. Allí se había mudado Micaela tras la ruptura con su esposo Patricio Vargas. La pareja tuvo tres hijos.

Nadie más la vio con vida. Durante dos semanas buscaron a la joven, cuyo cadáver apareció en un descampado, cerca del mayorista Diarco. Tenía 28 años.

Tras separarse de su esposo, Micaela comenzó una relación con un joven que conoció en la iglesia evangélica a la que concurría desde que tenía 16 años. Vargas es el hijo del pastor. Y la relación de Micaela y el joven generó una fuerte conmoción en la congregación.

Cuando ocurrió el crimen de Lucas Muñoz hubo versiones que intentaron vincular ambos homicidios. Pero la hipótesis fue descartada.