Bio, por el derecho a la ciencia
Científicos de Neuquén, Buenos Aires y Salta junto con colegas de los Estados Unidos y Arabia Saudita descubrieron que las hojas del ancestro silvestre de la quinoa cambian su forma y tamaño según la temperatura del ambiente. Postulan que esa capacidad de adaptación abre la puerta a desarrollar cultivos más resistentes para el futuro de la alimentación