Advierten que en Neuquén la cesárea se realiza en el 48% de los partos

Se hizo un estudio en hospitales públicos y privados. Es una cirugía que solo debe hacerse cuando está indicada en algunos casos

Las cirugías de cesárea en el parto pueden ser claves para la salud. Pero también durante las últimas décadas se sabe que algunas prácticas se realizan sin estar justificadas. En Neuquén se realizó un estudio que demuestra cómo ha sido el incremento de ese tipo de cirugías. En los últimos veinte años, las cesáreas pasaron del 22,2% al 48,5 % de los partos que se realizan en la provincia.

El estudio fue realizado por profesionales de Neuquén y publicado en la Revista Argentina de Salud Pública, que edita el Ministerio de Salud de la Nación. Hicieron un relevamiento sobre la situación tanto del sistema público como del subsistema privado y, a partir de ahora, es preciso llevar adelante un análisis cualitativo y específico para cada zona.

Los médicos Martín Sapag Fernando Vargas, Santiago Hasdeu, y las licenciadas en obstetricia Denise Sacomandi y Elizabeth Puentes, entre otros, fueron algunos de los integrantes del equipo que llevó adelante la investigación, y explicaron a Diario RÍO NEGRO el motivo por el que hicieron el estudio.

El bebé también se prepara para el parto desde días antes al momento en que sucede naturalmente. Está claro que la cesárea electiva interrumpe o impide esa preparación (Foto archivo Mati Subat)

Se tuvieron en cuenta las cinco Zonas Sanitarias que hay en la provincia de Neuquén con diez hospitales y el subsector privado. Si bien se observaba que la tendencia mundial, nacional y provincial de las cesáreas iba en aumento, no se sabía en qué magnitud ocurría en los distintos lugares de la provincia. “Con los datos, lo que se hace es transformarlos en conocimiento, que es el primer paso. A partir de ahí hay que ir a la acción”, describió el pediatra Sapag.

Cuando está justificada desde el punto de vista médico, la cesárea es una cirugía eficaz para prevenir problemas de la madre y el bebé. Sin embargo, no están demostrados los beneficios del parto por cesárea para las mujeres o los neonatos en quienes ese procedimiento resulta innecesario.

En el estudio que hicieron en Neuquén, los resultados dieron que el promedio provincial de cesáreas en el año 2000 era del 22,2 %. En 2020 fue el 48,5%.

Mientras que en el subsector público en el mismo período pasó del 14,1 % al 32,9 % y en el privado del 40,2 % al 66,6 %. Una vez obtenidos los resultados se deja el espacio para la reflexión de lo que está pasando y ponerlos a disposición del equipo de trabajo de cada hospital o clínica.

El equipo estudió la evolución de los partos entre el 2000 y el 2020. “Es una increíble transición epidemiológica, hay un cambio muy fuerte. En 2000 había entre 10 y 12 mil partos anuales y ahora están por debajo de los 7 mil. Bajó la natalidad y hay un cambio entre las mujeres porque disminuyó muchísimo en madres adolescentes y subió en mujeres de más de 35 años”, explicó Sapag.

En este análisis, se observa la realidad acerca de los nacimientos de bebés por cesárea. “No es la misma en toda la provincia: hay diferencias muy significativas y fueron aumentando con el tiempo”, acotó.

En Neuquén bajó la tasa de natalidad entre los años 2000 y 2020.

Para responder a la pregunta del motivo de este incremento es que trabajan con una “triangulación metodológica”. Ahí verán las variables que deben ser contempladas, entre ellas, cómo se gestiona el sector de gineco-obstetricia en cada institución.

A modo de ejemplo, el servicio del hospital público de Cutral Co tenía hasta el 2020 el nivel más alto de cesáreas y hoy ese porcentaje llega al 36 %. “Entonces hay un éxito de trabajo, a partir de mirar la realidad y proponer mejoras”, describieron los médicos.

El doctor Vargas, a su vez, explicó que al observar los resultados advirtieron que no tiene tanto que ver la cantidad del recurso médico sino, que cada uno cumpla su rol en la atención del parto. Dijo que “las licenciadas en obstetricia han generado un recurso humano que es específico para la atención del parto”.

Tras observar las cifras, unas de las propuestas que surgió es la del trabajo en equipo, con roles bien específicos: obstétricas, tocoginecólogos, y enfermeras para atender no solo el parto sino también el embarazo. “Hay que entender que la primera persona más importante de ese equipo es la madre”, planteó Vargas.

Fue Denise Sacomandi, licenciada en Obstetricia, quien reflexionó sobre el resultado de este trabajo no como un mero número o porcentaje, si no es necesario un análisis más profundo, “multicausal y cualitativo”.

Los equipos de salud que intervienen en un parto no trabajan todos del mismo modo y no cuentan con todos los recursos humanos. A modo de ejemplo, describió que una clínica privada no cuenta entre su personal con la figura de las obstétricas, entonces no se lo puede comparar con otro centro que sí lo tiene entre sus recursos.

La figura de la obstétrica fue muy cuestionada y hay lugares en los que todavía es altamente resistida. “Hoy estamos mejor insertadas en el sistema, pero no nos ha sido fácil. Nos costó mucho”, manifestó.

Otra cuestión a abordar es, por ejemplo, en aquellos casos en los que las mamás buscan un parto cuando previamente tienen una o dos cesáreas. Esa situación limita a los equipos médicos. Suele darse con las madres mutualizadas que se vuelcan al público para buscar el parto, pero tienen una cesárea previa.”Es un condicionante y eso también influye en los índices de cesáreas a la hora de registrar”, aclaró.

Trabajo en equipo

Sacomandi planteó otra de las variables y es la de contar con un «equipo sólido y que se mantenga en el tiempo».

En aquellos lugares, en especial del interior de la provincia, donde hay mucha rotación de profesionales porque existe déficit de médicos no es fácil mantener una misma línea de trabajo. Esto ocurre porque son hasta diferentes las miradas con las que se aborda el parto en cada ocasión. «Muchas veces queremos trabajar con un parto y nacimiento respetado y se complica. Entonces es importante consolidar el equipo de salud», dijo.

A priori puede pensarse que en el subsector privado el índice de cesáreas es mayor y, las estadísticas así lo demuestran. Sin embargo, las razones son varias como aclararon en todo momento.

El médico Sapag dijo que el trabajo permitió “mirar la realidad actual y responder a esa realidad, más allá de los procesos globales y eso no quita que las acciones sean locales”. Entonces, la tarea es “con los recursos disponibles, tenemos que organizarnos adecuadamente para resolver la situación”.

Los profesionales coinciden en que las razones por las que se practican las cesáreas son diversas. Existe la posibilidad que el prestador privado no tiene desarrollo del equipo porque no tienen recursos para hacerlo y se encuentra “el ginecólogo solo tomando decisiones”. En el norte de la provincia, hay más dificultad para que llegue el personal médico. Sin embargo, las obstétricas tienen preponderancia en las decisiones del equipo y eso baja el número de cesáreas.

“A veces no es tan fácil de lograr un acuerdo porque implica financiamiento, acuerdo de partes, un proceso de maduración de los servicios. Pero lo importante es mirar la realidad de cada lugar”, concluyó Sapag.

La figura de las obstétricas

“Es fundamental para que esto mejore, la formación de profesionales y respetar la autonomía y las competencias que tenemos las licenciadas en Obstetricia. La labor es proteger la salud y derechos de las mamás y bebés, con un trato más amoroso y de acompañamiento y no tanto desde la intervención”, sostuvo Sacomandi.

Todos los profesionales recordaron que está en vigencia la ley de parto respetado desde 2004 y que cada vez las mamás están más informadas sobre sus derechos al momento de parir. Esto implicó una fuerte tarea de difusión hacia adentro de las instituciones y para la comunidad.


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