Cuáles son las pruebas de que hubo monos en la Patagonia hace 17 millones de años

Científicos afirman que en la región habrían vivido los ancestros de los monos de zonas tropicales de hoy.

Los animales como los monos están más asociados a ambientes tropicales hoy. Pero en la Patagonia también han habitado primates en el pasado cuando el clima era más cálido que el actual. Así lo demuestra el hallazgo de restos fósiles de primates en la Formación Pinturas, que está ubicada en el noreste de la provincia de Santa Cruz.

En el estudio de los fósiles trabajó un grupo de investigadores del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, que perteneciente al Centro Nacional Patagónico (IPGP-Cenpat-Conicet) de Chubut, la Universidad Nacional de Río Negro, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y del Centro de Investigaciones Esquel de Montaña y Estepa Patagónica. También colaboraron investigadores de España y Estados Unidos.

El lugar, la Formación Pinturas, pasó a ser el mayor yacimiento de restos fósiles de primates del país y el segundo en importancia de Sudamérica, según contaron con detalles los expertos a RÍO NEGRO.

A partir de los dientes, los científicos identificar a dos géneros y cuatros especies de primates.

Los científicos encontraron dientes de monos pertenecientes al Mioceno temprano-tardío, hace 17 millones de años aproximadamente. La información suministrada por estas piezas les permitió identificar a dos géneros y cuatros especies: Soriacebus ameghinorum, Soriacebus adrianae, Carlocebus carmenensis y Carlocebus intermedius. Aunque vale aclarar que el equipo de trabajo aún no puede afirmar que esas especies hayan convivido al mismo tiempo.

Los investigadores creen que se encuentran próximos a describir a un quinto nuevo género. “En Pinturas tenemos el registro más diverso, se encontraron cuatro especies de primates y un género más que estamos a punto de publicar. Estos primates patagónicos podrían ser ancestros de los monos que habitan hoy en América: los platirrinos o monos del Nuevo Mundo”, comentó a RÍO NEGRO, Nelson Novo, quien es doctor en Biología.

La línea de investigación comenzó a construirse hace más de diez años por el doctor Marcelo Tejedor. Su objetivo fue ampliar el registro de primates y confeccionar un árbol genealógico de las especies actuales y fósiles.

Existen dos teorías que intentan explicar el motivo de la evolución de estos animales y su relación con los actuales monos platirrinos. “La primera sostiene que se habrían extinguido completamente en un momento en que la Patagonia ya no era favorable, por lo que no estarían involucrados en la propagación y desarrollo de los platirrinos. Otra argumenta que cuando empezó la aridificación, en simultáneo con el levantamiento de la cordillera, se habían corrido hacia el norte y dejaron descendencia”, añadió Novo.

El científico de la Universidad Nacional de Río Negro, Marcelo Krause, colaboró con el estudio del suelo donde estaban los fósiles.

Hasta el Mioceno temprano, los ambientes tropicales y subtropicales eran los dominantes en casi todo el continente sudamericano, por lo que los primates estaban distribuidos en gran parte del territorio. De hecho existen registros desde Panamá y Cuba hasta Patagonia.

El rol de la geología


Para las descripciones ambientales fue crucial el aporte del doctor en geología y docente de la UNRN, Marcelo Krause. Su estudio de las capas del suelo permitió simplificar las expediciones. “Analizo los ambientes del pasado, y sitúo en una escala relativa temporal a los fósiles que están metidos en la roca. Al obtener un perfil de las capas del suelo, también se puede determinar rocas con características similares en otras áreas aledañas. Al reconocer estas secuencias, sí me preguntan dónde están los fósiles, yo debería tener alguna idea hacia dónde dirigirme. Sería una expedición a la inversa”, explicó Krause.

El geólogo pudo determinar que el sitio donde está emplazado Formación Pinturas fue conformado por aluviones, es decir, periodos de humedad intercalados por sequías. También observó grandes bancos de arena, que no necesariamente corresponden a condiciones de aridez.

“Se reconocieron ríos de poca energía y sinuosos, que iban migrando en el valle. Pudimos reconocer algunas lagunas donde recogimos hojas fósiles, que nos dieron indicios de la paleobotánica. También vimos una sucesión de material propio de las erupciones volcánicas, hacia el final de la formación”, detalló.

Al analizar hojas fósiles que también se encontraron en el lugar, se identificó dónde había lagunas en el pasado en Santa Cruz.

Krause forma parte de la línea de investigación desde 2015. Y desde 2019, comenzó a liderar un proyecto conjunto con la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Esta iniciativa va en paralelo, y busca comprender el contexto paleoecológico-paleoambiental.


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