El largo camino desde el estigma a la inclusión de las personas trans

Argentina fue un país pionero en reconocer la identidad de género en 2012. Ahora, se reclama por una ley integral para la población trans

Durante muchos siglos, se consideró erróneamente que las personas trans padecían un trastorno patológico porque su identidad de género no coincide con su sexo asignado al nacer. Pero en junio de 2018, la Organización Mundial de la Salud retiró oficialmente a la identidad trans de la clasificación como enfermedad mental. Hoy se la considera una “incongruencia de género” y no es un trastorno de salud mental.

La nueva mirada sobre las personas trans implicó que los países pasaran a promover un mayor respeto por su derecho a la salud. Según la OMS, “las personas transgénero comparten muchas de las mismas necesidades sanitarias que la población general, pero pueden tener otras necesidades de atención sanitaria especializada, como la terapia hormonal de afirmación del género y la cirugía”.

Las personas trans suelen tener una carga de enfermedad desproporcionadamente alta como consecuencia de los obstáculos que han enfrentado. Hay personas trans que han sido abandonadas o rechazadas por sus familias durante la infancia. Otras han sufrido discriminación en los ambientes escolares. Esto limitó sus posibilidades de acceder a trabajos y viviendas dignas.

Por el estigma y la discriminación, las personas trans han tenido barreras para acceder a diagnósticos y tratamientos. En la década anterior, las mujeres trans fallecían cuando tenían 35 años como promedio en América Latina.

En la actualidad, la OMS reconoce que la atención sanitaria afirmativa del género puede incluir una combinación de una serie de intervenciones sociales, psicológicas, conductuales o médicas (incluido el tratamiento hormonal o la cirugía) diseñadas para apoyar y afirmar la identidad de género de una persona, según la OMS.

De acuerdo con la RedLacTrans —una organización sin fines de lucro que lucha contra la discriminación de las personas trans en América Latina— hasta el 77% de las personas trans son expulsadas de sus hogares durante la infancia. Una de cada 4 personas trans no termina la escuela secundaria por el fuerte hostigamiento que recibe por parte de docentes y compañeros. Además, el 52% sufre situaciones de discriminación en centros de salud y hospitales.

La Argentina fue el primer país en sancionar una ley de identidad de género. Es la Ley 26.743 sancionada el 9 de mayo de 2012. Dispone que toda persona tiene derecho al reconocimiento y libre desarrollo conforme a su identidad de género, entendiendo por tal a la vivencia interna e individual del género, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento. Esto incluye la vivencia personal del cuerpo, y puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos o quirúrgicos, siempre que sean libremente escogidos.

En Argentina, la RedLacTrans reclama ahora por una norma integral trans para que se garantice la inclusión social y los derechos en igualdad de condiciones, teniendo en cuenta la ley de identidad de Género y la del Matrimonio Igualitario.


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