Weretilneck va a la Corte por la “re-re”

La ingeniería que urde Alberto Weretilneck para intentar un tercer mandato como gobernador es compleja pero, como requiere más política que doctrina judicial, cree que la posibilidad de que su candidatura se oficialice no es una quimera. La decisión de forzar de esta manera la interpretación de las normas no es fruto de un convencimiento sino consecuencia de una realidad: en el oficialismo no hay candidato que rinda en las encuestas como el gobernador y todos los esfuerzos que se hicieron por levantar al ministro Fabián Zgaib fueron en vano. Y ya se sabe que la mayor obsesión en el 2019 será evitar que Martín Soria gane.

El intendente de Roca, mientras tanto, se esfuerza en mostrarse componedor hacia adentro del peronismo (en Bariloche, por caso, les dio apoyo a tres líneas locales del PJ) y en sus discursos mantiene los adjetivos a raya.

¿Cómo pasó el gobernador de ofrecerse como cabeza de lista de candidatos a legisladores a retomar la idea de la “re-re”? No hay encuesta que le hayan mostrado en la que alguno de los posibles candidatos de su partido, Juntos, midiera más que Soria (ni Zgaib ni el vice Pedro Pesatti). Y en todos esos sondeos su imagen es buena, tanto que acabó por convencerse de que debe intentar un tercer período si no quiere que un Soria vuelva a ganar la gobernación.

No hay antecedentes de una provincia con una Constitución que prohíbe una segunda reelección y que aun así el gobernador o gobernadora haya conseguido pasaporte legal para una tercera postulación. De todos modos, es claro que el argumento es que para el primer período (2012-2015) Weretilneck no fue elegido gobernador sino vice de Carlos Soria, cuyo asesinato a manos de su esposa truncó más que una gestión a sólo 20 días de asumir. “Este es mi primer período”, dijo el viernes.

El artículo 175 de la Constitución de Río Negro dice: “El gobernador y el vicegobernador pueden ser reelectos o sucederse recíprocamente por un nuevo período y por una sola vez. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente, no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos sino con un período de intervalo”.

El presidente del Superior Tribunal de Justicia, Enrique Mansilla, no tendrá que hacer el esfuerzo de interpretar ese artículo porque, hasta donde se sabe, la jugada podría ser otra: ir a la Corte Suprema de Justicia.

Mansilla hace esfuerzos por acercarse a la Corte, donde la asunción de Carlos Rosenkrantz en la presidencia despertó una “mayoría peronista”, mientras el resto de los integrantes del Superior Tribunal rionegrino andan en lo suyo: Adriana Zaratiegui con asuntos de género, Sergio Barotto con las capacitaciones, Ricardo Apcarián con los fueros laborales y civiles y Liliana Piccinini con la llegada de los juicios por jurados al proceso penal.

En el 2013 la Corte dijo que Gerardo Zamora no podría presentarse a la “re-re”: “La asimilación que pretende efectuar la demandada entre la figura del gobernador y la del vicegobernador resulta entonces irrelevante, pues ambos, en igualdad de condiciones y a los efectos de la previsión contenida en el artículo 152, se encuentran impedidos por el mismo artículo”.

El senador Miguel Pichetto entró esta semana nuevamente al Consejo de la Magistratura. No es poco. Pierde senadores en su bloque pero suma poder. Weretilneck podría confiarle a él el lobby ante la Corte. El argumento sería que el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, al que suscribió nuestro país, establece el “derecho a participar en el curso de asuntos públicos, al voto y a ser elegido y acceder al servicio público”.

Si los tratados internacionales están por encima de la Constitución provincial, el derecho a ser elegido estaría también en un escalón por arriba de la prohibición de la “re-re”, especialmente si Weretilneck gobernó hasta el 2015 sin haber sido elegido para ello. Tal uno de los argumentos del oficialismo.

Pichetto jugaría entonces un papel clave, un enlace entre los anhelos del gobernador y la Corte Suprema. ¿Soria seguirá con su discurso componedor entonces?

Acorralado por las encuestas en las que Zgaib aparece muy abajo, el gobernador decidió desandar su estrategia y ahora habla de un tercer mandato.

Pedirá hacer valer el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que garantiza a todos la posibilidad de ser elegidos. Pichetto en la Magistratura tendrá un papel clave.

Panorama de río negro

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Acorralado por las encuestas en las que Zgaib aparece muy abajo, el gobernador decidió desandar su estrategia y ahora habla de un tercer mandato.
Pedirá hacer valer el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que garantiza a todos la posibilidad de ser elegidos. Pichetto en la Magistratura tendrá un papel clave.

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