Cómo vivió Arabela Carreras las horas previas a una jornada electoral trascendental

La candidata a gobernadora por Juntos comenzó relajada y en la intimidad de su casa la jornada electoral decisiva. 

El olor a madera se percibe en casi todos los rincones de la casa, que se levanta sobre un lote escarpado, rodeada de un hermoso entorno natural. La bruma de la mañana recién se había levantado en ese rincón del barrio San Ignacio del Cerro, pero la actividad en el domicilio de la candidata a gobernadora de Juntos, Arabela Carerras, había comenzado antes de que el sol apareciera.

El ritmo frenético de las semanas últimas de la campaña todavía no le pasan la cuenta a Carreras. Pero asegura que necesita de la paz y tranquilidad que encuentra en su casa para recuperar fuerzas. Allí, es su refugio.

Está orgullosa de lo que hicieron con su esposo, porque levantaron su vivienda propia después de varios años de trabajo. “La hicimos nosotros. Esa ventanas de madera, por ejemplo, las pusimos nosotros”, señaló. Valoró el apoyo de su padre en la concreción de la casa, que se ejecutó por etapas.

El terreno lo compraron hace 18 años, pero apenas la casa estuvo habitable se mudaron con su esposo. “Lo que nos ahorramos de alquiler lo fuimos poniendo en la casa”, recordó.

Una de sus pasiones es la madera. Tiene un taller de carpintería en su casa, que dejó de lado en estas semanas por la actividad proselitista.

La candidata a gobernadora de Juntos se mostró tranquila y confiada. (Alfredo Leiva)

Varios discos de vinilo que descansan sobre un mueble indican otra de sus pasiones. Es un gusto que comparte con su esposo, como la literatura. La cocina es otra actividad que disfruta porque “te conecta con cosas muy reales”. Es vegetariana.

Ayer sábado hizo las compras con su madre. Se dedicó a algunas labores pendientes, a responder mensajes y atender llamados.

En la casa de la candidata a gobernadora del oficialismo no se percibía esta mañana de domingo el clima agitado de una elección. No había diarios a la vista, ni el televisor encendido con las noticias, ni la radio con la transmisión de lo que ocurría en las escuelas. El celular tenía decenas de mensajes que aún no había podido contestar.

Sólo dos funcionarios la acompañaban para atender alguna llamada con un requerimiento periodístico. Su esposo había sido designado autoridad de mesa y se había retirado de la casa antes de las 8. El aroma a café invadía la cocina.

“Va a ocurrir lo que deba ocurrir”, expresó Carreras. Dijo que la ansiedad de la elección no le quitó el sueño. “Todo el mundo me pregunta si pude dormir”, comentó, sorprendida.

Dijo que es una mujer muy creyente. Y está convencida de que las oportunidades que se brindan en la vida ocurren en el momento justo. Pero, sostuvo que hay que estar en el lugar adecuado. Y trabajar. “Me enoja la pereza”, aclaró.

La candidata a la Gobernación junto a una de sus mascotas. (Alfredo Leiva)

En los recuerdos aún están aquellas capacitaciones para docentes de adultos que dictó de la mano del gremio Unter por gran parte de la provincia. Fue docente y directora de un secundario de Bariloche. En la actividad política entró cuando conoció al exintendente Alberto Icare, que le ofreció la secretaria privada.

Después comenzó una carrera política frenética que la llevó desde la presidencia de la Convención Municipal, que redactó la Carta Orgánica de Bariloche, hasta la Legislatura provincial, el Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes. Y hoy es candidata a gobernadora.

El desafío de asumir la candidatura a gobernadora por Juntos dijo que no le causó ansiedad ni angustia. Y afirmó que no dudó en ningún momento de asumir el desafío.

La campaña le ha quitado tiempo para hacer actividades que le gustan como la lectura. Quiere retomar un libro sobre la historia de Ada María Elflein “que pinta lindo”.

Arabela Carreras salió antes de las 10 para ir a votar. (Alfredo Leiva)

El tiempo corre muy rápido y uno de los funcionarios le recuerda que llegó el horario para ir a votar a la Escuela 321. Carreras se puso la campera, tomó su cartera y pidió que le ayuden a entrar a Nano, su perro pequeño y demasiado inquieto. Todo demasiado relajado. Ningún vecino estaba en la calle como para cruzar un saludo.

La impresión es que la procesión va por dentro. “El desafío más grande es la paz interior”, sostuvo Carreras y se marchó a votar. Después de las 18, comenzará a escribirse otra historia.


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