Condenaron a ex conserje de Huergo a 18 años 22-4-03

La conmoción de un pueblo

Descartaron que haya sido por una «epilepsia secundaria»

Roberto García se mostró sereno durante la lectura de la sentencia por el doble homicidio ocurrido en Huergo. ROCA (AR).- Roberto García, el ex conserje del club Huergo, fue condenado ayer a 18 años de prisión por el crimen de su ex esposa Miriam Ruiz y del productor Vicente Avellá. Los jueces no hicieron lugar al pedido de emoción violenta alegado por el defensor del imputado, por lo que lo condenaron por doble homicidio simple y portación de arma de guerra. García concurrió ayer a la Cámara Primera del Crimen, y escuchó la sentencia en silencio junto a familiares que siguieron una a una las audiencias. Sólo en un momento mostró un gesto de desaprobación, cuando el juez Carlos Gauna Kroger mencionó que García recargó el arma antes de cometer el segundo crimen. El doble homicidio ocurrió el 22 de enero del año pasado, y conmocionó a los vecinos, ya que tanto el detenido como las dos víctimas, eran personas muy conocidas Desde la primera audiencia, quedó en claro que García había sido el autor de los disparos fatales. En ambos casos, fueron varios los testigos que lo identificaron con nombre y apellido. Lo que quedaba por ver, era si el Tribunal iba a hacer lugar al pedido del defensor Oscar Pandolfi, quien pidió tres años de prisión en suspenso, por entender que su defendido actuó bajo emoción violenta. En su breve declaración ante los jueces, García aseguró que no se acordaba de nada, para luego negarse a seguir declarando. El juez Gauna Kroeger señaló en el fallo que «juzgo que esta supuesta amnesia es mendaz y fingida. Ninguna persona se asienta tan cómodamente en el olvido, si paralelamente se le está acusando de que, durante este período presuntamente «en blanco», habría cometido dos homicidios». Luego citó un fragmento de una obra de Altavilla: «Para el amnésico, la laguna de su vida consciente representa un tormento que él trata de eliminar de todas maneras; para el simulador es una posición defensiva». Los jueces tomaron en cuenta la tranquilidad con que los testigos vieron llegar a García antes de matar a su ex mujer, y también cuando cayó muerto Avellá. Esto, sumado a otros puntos que detallaron, los llevaron a concluir que el acusado «pudo haber actuado bajo un estado de exaltación nerviosa, pero no se trató de emoción violenta». «Fue el resultado de viejos resentimientos que García arrastraba, pero sin que esa mañana hubiera ocurrido nada especial ni sorpresivo que hiciera más pesada su carga», señalaron. Los puntos en que hicieron hincapié los camaristas, es que el matrimonio estaba separado desde noviembre del «99. «Es obvio que para enero de 2002 ya no tenía sentido sacar a relucir infidelidades reales o presuntas, ya que estaban separados». -«De las presuntas infidelidades de ella, tenía conocimiento desde hacía cerca de 10 años y no hubo nada novedoso que lo tomara por sorpresa. Tampoco hubo un detonante». – Los disparos contra la mujer fueron realizados media hora después de una discusión en el Juzgado de Paz. «Pero allí no se habló de infidelidades». -«Al no haber discutido por infidelidades, resulta claro que la decisión de García de matar a Miriam Ruiz y a Romero (a quien creía el amante de su ex mujer), provino de su interioridad». – «Un estado de emoción violenta es incompatible con la tranquilidad que mostró cuando estacionó el auto, mató a Ruiz, se retiró sin apuro, y arrancó el auto tranquilamente y sin violencia». – «Las misma serenidad exhibió cuando fue en busca de Romero. Recargó su arma, estacionó, saludó a un pintor, y al no poder entrar a la oficina de Romero, disparó sin apuntar por la ventana y mató a Avellá». – «La emoción violenta resulta incompatible con la serenidad que mostró tras los dos asesinatos, al evitar a la policía, encerrarse en su casa, sacar las cápsulas servidas del arma y esconderlas prolijamente en una funda plástica debajo de una tapa de cemento». Los jueces coincidieron en que «podría argumentarse que, una vez consumado los homicidios, García habría recuperado su serenidad, dedicándose a velar por su seguridad». – «García tenía en su poder un arma de grueso calibre, aunque no sabemos desde cuándo ni para qué». Los camaristas también descartaron que haya sufrido una «epilepsia secundaria» a raíz del derrame cerebro vascular del que había sido víctima , y lo condenaron a 18 años de prisión.

La conmoción de un pueblo

Descartaron que haya sido por una «epilepsia secundaria»


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