Conectada con la militancia
La docente es una de las fundadoras de la Colectiva La Revuelta, que lleva diez años de vida.
“Se formaba una masa de gente en la calle que ocupó toda la cuadra de Rioja y rodeaba las esquinas de Roca y Belgrano”, describía una crónica de “Río Negro” del viernes 17 de abril de 1987 y que se titulaba “Absoluto consenso en Neuquén contra el alzamiento militar”. Entre esa masa de gente estaba Ruth Zurbriggen con una bebé en brazos contagiándose un poco del entorno movilizador que la ciudad ofrecía por aquellos tiempos y que todavía conserva. Ruth había llegado a la ciudad hacía menos de un año, luego de una renuncia forzada en la escuela parroquial de Villa Regina donde era docente pero donde las madres solteras, como ella, no eran bien vistas.“Mi venida a Neuquén está muy atravesada por una maternidad que no fue buscada pero que pude resignificar subjetivamente. Entendía que esta podía ser una ciudad que me acogiera de mejor manera”, recuerda. “Con el levantamiento militar empiezo a estar mucho en la calle con mi niña recién nacida, en todas las movilizaciones importantes que hubo acá en Neuquén. Hasta ese momento no había transitado por todo lo que tiene que ver con el activismo político y quedo con inquietudes vinculadas más bien a los Derechos Humanos”, cuenta Ruth, quien tiempo después comenzó a vincularse con el MAS. Allí comenzó también su vínculo con la actividad sindical, tras participar de la extensa huelga nacional de 1988 que los docentes protagonizaron contra el gobierno de Raúl Alfonsín. De ahí en más, Aten sería uno de sus escenarios prioritarios de militancia, al menos hasta que comenzó a plantearse ciertas “inquietudes” como activista mujer. Diez años más tarde Ruth rompió con el MAS, comenzó sus estudios en Ciencias de la Educación y las mujeres que conoció allí la iniciaron en el camino del feminismo que hoy transita. Su compañera de estudios Valeria Flores y la docente Graciela Alonso fueron, junto a Ruth, las fundadoras de la Colectiva Feminista La Revuelta, que hoy lleva más de diez años de militancia activa en Neuquén, y cuya historia fue narrada recientemente por la escritora y periodista Mónica Reynoso en el libro “Colectiva Feminista La Revuelta. Una bio-genealogía”. “Creo que fue una muy buena decisión venir a Neuquén, me conectó con la militancia, en sentido amplio. Siempre le digo a mis amigas que si yo no hubiera tenido que afrontar la decisión de esta maternidad que decidí llevar adelante seguramente yo sería una directora de escuela de Villa Regina y hasta allí llegaría mi existencia. Quizás incluso me hubiera casado, formado una familia muy tradicional. La venida a Neuquén me motorizó muchísimas otras posibilidades”, reflexiona Ruth. Su existencia pasa por su militancia en La Revuelta, su formación permanente, la docencia en el IFD, la maternidad y mucho más cosas que escapan a esta crónica. “Constantemente me digo: yo estoy siendo feminista. No pienso a la asunción feminista como una cosa cerrada que te dice de una vez y para siempre cómo tenés que pensar y actuar. La experiencia nos va permitiendo construir maneras de habitar este mundo”.
“Se formaba una masa de gente en la calle que ocupó toda la cuadra de Rioja y rodeaba las esquinas de Roca y Belgrano”, describía una crónica de “Río Negro” del viernes 17 de abril de 1987 y que se titulaba “Absoluto consenso en Neuquén contra el alzamiento militar”. Entre esa masa de gente estaba Ruth Zurbriggen con una bebé en brazos contagiándose un poco del entorno movilizador que la ciudad ofrecía por aquellos tiempos y que todavía conserva. Ruth había llegado a la ciudad hacía menos de un año, luego de una renuncia forzada en la escuela parroquial de Villa Regina donde era docente pero donde las madres solteras, como ella, no eran bien vistas.“Mi venida a Neuquén está muy atravesada por una maternidad que no fue buscada pero que pude resignificar subjetivamente. Entendía que esta podía ser una ciudad que me acogiera de mejor manera”, recuerda. “Con el levantamiento militar empiezo a estar mucho en la calle con mi niña recién nacida, en todas las movilizaciones importantes que hubo acá en Neuquén. Hasta ese momento no había transitado por todo lo que tiene que ver con el activismo político y quedo con inquietudes vinculadas más bien a los Derechos Humanos”, cuenta Ruth, quien tiempo después comenzó a vincularse con el MAS. Allí comenzó también su vínculo con la actividad sindical, tras participar de la extensa huelga nacional de 1988 que los docentes protagonizaron contra el gobierno de Raúl Alfonsín. De ahí en más, Aten sería uno de sus escenarios prioritarios de militancia, al menos hasta que comenzó a plantearse ciertas “inquietudes” como activista mujer. Diez años más tarde Ruth rompió con el MAS, comenzó sus estudios en Ciencias de la Educación y las mujeres que conoció allí la iniciaron en el camino del feminismo que hoy transita. Su compañera de estudios Valeria Flores y la docente Graciela Alonso fueron, junto a Ruth, las fundadoras de la Colectiva Feminista La Revuelta, que hoy lleva más de diez años de militancia activa en Neuquén, y cuya historia fue narrada recientemente por la escritora y periodista Mónica Reynoso en el libro “Colectiva Feminista La Revuelta. Una bio-genealogía”. “Creo que fue una muy buena decisión venir a Neuquén, me conectó con la militancia, en sentido amplio. Siempre le digo a mis amigas que si yo no hubiera tenido que afrontar la decisión de esta maternidad que decidí llevar adelante seguramente yo sería una directora de escuela de Villa Regina y hasta allí llegaría mi existencia. Quizás incluso me hubiera casado, formado una familia muy tradicional. La venida a Neuquén me motorizó muchísimas otras posibilidades”, reflexiona Ruth. Su existencia pasa por su militancia en La Revuelta, su formación permanente, la docencia en el IFD, la maternidad y mucho más cosas que escapan a esta crónica. “Constantemente me digo: yo estoy siendo feminista. No pienso a la asunción feminista como una cosa cerrada que te dice de una vez y para siempre cómo tenés que pensar y actuar. La experiencia nos va permitiendo construir maneras de habitar este mundo”.
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