«Contacto con Piazzolla» se podrá escuchar en Buenos Aires

NEUQUEN (AN).- Más tarde que temprano, aunque cumpliéndose de todos modos los ciclos -inexorables aunque inexplicables por su tardanza- llegan los reconocimientos.

¿Cuántos años llevan con rebeldía trabajando incansable a esa talla inconmensurable llamada Piazzolla?, Muchos, tantísimos que el espectáculo «Contacto con Piazzolla» se convirtió aquí en un clásico, para conocer, para reiterar, para volver cada temporada al teatro y encontrárselo siempre depurado, siempre perfectible.

«Contacto con Piazzolla» es Piazzolla a la neuquina o a la provinciana. Lo es porque cada intérprete trae desde sus pagos de origen, lo que fue y es, para darle el color local que se nacionaliza con esas raíces. Adriana Centeno en voz, Sergio López en saxo, Daniel Misischia al teclado y Claudio Verdún en bajo.

A ellos, que han hallado el quid piazzollano, ahora la capital federal está dispuesta a escucharlos. Un coqueto espacio, la Scala de San Telmo los recibirá el 28 de noviembre en el pasaje Giuffra y al día siguiente en el ya tradicional salón de los Pasos Perdidos en la Cámara Diputados de la Nación, por fin será nuevamente utilizado para mostrar un poco más del arte del país.

Antes de estos compromisos, se toman su tiempo para# generar el reencuentro, el contacto con su público de la región. Y siempre a estos músicos los regresos le han traído -como un río que suena, como a un río sonoro-, mucha agua.

La gente los sigue, los aplaude y alienta y Piazzolla regresa fortalecido. ¿O acaso no es hacerse presente en vida, con aquel sonido, esa particularísima sensación de un argentino medular de la música porteña, de vanguardia?

El 16 de noviembre, a las 22, estarán con «Contacto con Piazzolla» en el cine Español: un espacio acorde, contenedor y con los requerimientos técnicos necesarios para un espectáculo que de por sí se descuenta como bueno.

Se impondrá una vez más el apasionamiento por «Suite Troileana», por «Suite Lumiere», Libertango y también Oviblion. Estará además el disco compacto que grabaron para preservar este trabajo, comenzado como un hobby o una confluencia de placeres y coincidencias de gustos por un compositor.

Sin embargo, con el correr de los tiempos se erigió en toda una empresa donde se juegan capacidades, tiempo, intensidades de sentir esa expresión como propia y a la vez extraña (que se desentraña): esos mecanismos, acciones y decisiones que se generan en los artistas en los momentos de ajustes, ensayos y entrega. Todo ¿para qué? Para mostrar a un Astor-astro conocido, pero desde una «perspectiva singular e inesperada» (B. S.)