Cuarteto catalán

<i>Fueron los goles de Messi en la copa. Igualó la marca de Van Nistelrooy (02-03). </i>

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Barcelona es el mejor del mundo y lo demás es puro cuento. Nadie tiene un jugador tan decisivo como Lionel Messi (otra vez elegido como figura), nadie toca y toca como sus jugadores, nadie pone en cancha ocho nombres de la cantera… Barcelona es el mejor y ayer lo demostró con un cómodo 3-1 sobre el poderoso pero inexpresivo Manchester United, en la final de la Liga de Campeones de Europa.

Si se toman en cuenta los 90 minutos, fueron 12 para los ingleses y 78 para el campeón. Y esa docena fue en el arranque del juego, ni más ni menos que el tiempo que Messi y compañía tardaron en acomodarse en el verde césped de Wembley. Ni siquiera el empate transitorio de Wayne Rooney complicó el andar de los catalanes, que sacaron del medio y siguieron con su perfecto toque.

Con su segunda Copa continental en tres años, el Barça de Pep Guardiola inscribió su nombre en el panteón de los mejores de la historia y abrió la puerta al debate de si debe ser considerado como el mejor de todos. El Barça le repitió a Manchester la dosis de la final de 2009 en Roma: en aquella ocasión lo venció 2-0 con baile incluido, una actuación similar a la de ayer en tierras inglesas.

Tras esos primeros minutos en los que MU presionó la salida y llegó a dominar la posesión, el Barcelona tomó las riendas y jamás las volvió a ceder. Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Messi hicieron de las suyas, obligando a los jugadores de United a correr detrás de la pelota. Park Ji Sung, un volante con dinámica y llegada, se vio limitado a un papel de perro de caza con Messi como blanco principal.

Javier Mascherano, una vez más como defensor central, cumplió un excelente papel en la recuperación y tapó los huecos dejados por las constantes subidas de Dani Alves.

Antes de la media hora, Pedro abrió el marcador. Xavi lo habilitó con un pase magistral y el goleador español remató pegado al palo izquierdo del arco de Edwin van der Sar, quien disputó su último encuentro con los Diablos Rojos antes de colgar los guantes.

Rooney igualó en forma transitoria a los 33, con un derechazo colocado al ángulo después de una buena pared con Ryan Giggs. Fue el último momento de gloria de United, que al igual que el Barcelona buscaba su cuarto título de Europa y venía de conquistar su liga local.

El complemento fue prácticamente un monólogo catalán, con el momento cumbre a los 8, cuando Messi conquistó su gol. La tranquilidad total llegó a los 24, con una gran definición de David Villa, luego de una magistral jugada de la Pulga. Antes de llegar a los pies del Guaje, la maniobra se ensució, pero se puede decir que el rosarino tiene un porcentaje alto de esa conquista, luego de una apilada con su sello.

En realidad, no le hacía falta. A esa altura, Lio ya era el mejor de la cancha y sólo había que esperar el anuncio oficial, que llegó un par de minutos más tarde. Después, a festejar. Y no es para menos, porque el Barça sumó su cuarta Champions, luego de las obtenidas en 1992, 2006 y 2009. Alcanzó la línea de dos gigantes del continente como Ajax y Bayern Munich, pero especialmente confirmó y “recontraconfirmó” que es el mejor.

AP


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