La historia de Rockas Vivas, el disco que Miguel Mateos recreará en Neuquén
Editado en 1985, fue el álbum más vendido del rock argentino hasta que, en 1992, fue superado por El Amor Después del Amor. Todo un hito para un disco en vivo. El próximo sábado le recreará con impresionante espectáculo en el gimnasio del Parque Central.
“¿No tenés algo eltonyoniano?”. La pregunta del productor Oscar López descolocó a Miguel Mateos. No tanto por la característica del pedido, sino porque el disco ya estaba terminado. O al menos eso era lo que él creía. López le insistía con que estaba faltando algo al piano, de ahí su pedido.
Miguel Mateos: 40 años de canciones sin tiempo
Y el músico recordó un viejo demo casero hecho en el viejo piano vertical Bruckner de su sala en el barrio porteño de Liniers. El demo era una melodía y un nombre, pero sin letra. Cuando retomó aquella melodía, la canción le salió de un tirón. Y la letra también.
“Yo no busco lo que vos tenés/
yo no quiero hacerte ningún test/
Sigo siendo un gato en la ciudad/
dame una oportunidad…”
La canción era, por supuesto, “Tirá para arriba” y estuvo a punto de quedar afuera de Tengo que parar (1984), el tercer disco de Miguel Mateos/Zas, porque no existía hasta que el productor le sugirió algo “eltonyoniano”.
Pocas metáforas rockeras siguen tan vivas en la memoria como la segunda estrofa de Tirá para arriba”: “tengo a un ruso a un yanqui en mi habitación, que se juegan mi foto de graduación en un Atari”.
Al año siguiente de editado Tengo que parar, el productor Oscar López volvió a proponerle a Miguel Mateos una idea que lo desconcertó, pero que, al igual que aquella de un año antes, tampoco le dijo que no. “¿Por qué no hacemos un disco en vivo?”, le sugirió. ¿Ahora?, se (le) preguntó Mateos. Sí, ahora, ¿por qué no?, le devolvió el productor.
Es tan inquietantemente actual que explica, en parte, la vigencia de la letra y música de Miguel Mateos, cuarenta y un años después. Basta con actualizarles la consola de juegos para que rusos y yanquis sigan jugando, así como así.

El líder dudaba porque, si bien Zas existía desde comienzos de la década, lo cierto era que, para entonces, comienzos de 1985, Zas era una banda con nuevos integrantes y poco rodaje en vivo. Es cierto que venía de hacer Tengo que parar, pero largarse a hacer, no una sino cuatro veces el teatro Coliseo era algo bien diferente. Sobre todo, porque no estaban habituados a salas grandes.
¿Que no lo estaban? En 1981, Miguel Mateos/Zas teloneó a Queen en Vélez sin siquiera haber editado su primer disco, que vendría recién un año después. Aun así, aquella fue la segunda formación de Zas, que incluía, además de a los hermanos Mateos, a un pibito llamado Fernando Lupano, en bajo; y a Ricardo Pegnotti, en guitarra.
Si aquello salió bien, tan bien que Pettinato, escribiendo para la revista El Expreso Imaginario, fue más elogioso con ellos que con los Queen, ¿qué podría salir mal esta vez? La respuesta está en la historia.
El producto de aquellos cuatro Coliseos fue Rockas Vivas, un disco vivo que resultó imbatible en ventas. El más vendido en la historia del rock argentino (500 mil copias) hasta 1992, cuando fue superado por El Amor Después del Amor, de Fito Páez. Más allá del dato comercial (no menor, por cierto), Rockas Vivas sigue siendo un disco imbatible en todos los otros aspectos.
Cuarenta años después de aquel suceso, Miguel Mateos y su hermano Alejandro, compañero de todas las formaciones de Zas, retoman aquellas canciones, junto a otras que quedaron afuera del registro de aquel directo por cuestiones técnicas, para darle forma a Retrospectiva Rockas Vivas 1981-1985, un espectáculo que celebra la música de los tres primeros discos de lo que fue Miguel Mateos/Zas.
De gira por el país, este show se presentará el próximo sábado 9 de agosto, a las 21, en el Gimnasio del Parque Central de Neuquén (Sarmiento 299). Entradas en venta entradauno.com y en boleterías de Casino Magic. En un extenso diálogo con Río Negro, Miguel Mateos habló del espectáculo que lo traerá a Neuquén en los próximos días, que celebra Rockas Vivas; de las canciones que lo integran, de su música, sus influencias y de su ambicioso proyecto sinfónico que piensa estrenar el año que viene.
Rockas Vivas: por qué hacer un disco en vivo
“La razón del show, en este caso de la gira, es efectivamente el tributo a los cuarenta años de Rockas Vivas, un álbum que está hecho básicamente por canciones en vivo de los tres primeros álbumes de Zas, más ‘Perdiendo el control’, un tema inédito en ese momento, pero grabado en estudio, y un par de canciones estrenadas en vivo”, cuenta.
“Por lo tanto, lo que nos ocurrió, obviamente, al tener solamente nueve canciones en el álbum propiamente dicho, fue que tuvimos que agregarle más temas al show. Y lo que decidimos al respecto fue abarcar un periodo, el de nuestros primeros tres discos que es el que va desde 1981 a 1985. Entonces, este show también tiene canciones del álbum Huevos y Tengo Que Parar que tocamos en el Colises y que, por alguna razón, quedaron en su momento fuera de Rockas Vivas. Esta suerte de retrospectiva es muy interesante porque rescata y vuelve a poner sobre el tapete canciones muy representativas de ese periodo de fines de la dictadura y comienzos de la recuperación democrática”.
“Después de Rockas Vivas fui el primero en pensar en exportar la música argentina. Fui el primer exportador del rock argentino, el primero en estar convencido de ir afuera con la música. Teníamos algo como para mostrar”.
Miguel Mateos
Al revisar aquel material, seleccionó otras diez canciones descartadas en su momento del corte final de Rockas Vivas, Pero no será todo porque la lista se completa con un puñado de covers que dan forma a un espectáculo que si bien celebra, es mucho más que eso. Es la mirada retrospectiva a una época, la transición democrática, a través de la letra y música imbatibles de Miguel Mateos.
«Perdiendo el control», el tema inédito que abre el disco fue grabado en estudio.
“Tené en cuenta las dificultades de entonces, estamos hablando de un disco grabado en vivo hace 40 años”, advierte el músico sobre el modo en que se hizo Rockas Vivas, un disco en vivo por demás particular. Una de ellas, llamativa, por cierto, es que comienzo con un prolijo tema grabado en la comodidad técnica de un estudio, el mencionado “Perdiendo el control”.
Y no solo eso, habiendo editados tantos hits, que ya por entonces eran himnos, decidieron abrir con un tema inédito no era, sobre todo en Argentina, algo muy común. Puesto en ese lugar, su escucha funciona como una previa al vivo, como si desde la consola musicalizaran el Coliseo a la espera de la banda sobre el escenario.

Después sí, el vivo. Sin embargo, otra curiosidad: “Por una noche más”, aunque fue parte del directo, también es un tema inédito que no será parte de ningún disco en estudio de la banda. Recién el tercero fue una que sabían todos: “Va por vos, para vos”, la única del primer disco de Zas incluida en Rockas Vivas.
De las nueve canciones definitivas, solo seis eran parte de algunos de los tres discos editados por la banda hasta entonces. La mayoría eran de Huevos: “Un poco de satisfacción”, “Extra, extra”, “Un gato en la ciudad” y “En la cocina (Huevos”). De Tengo que parar, solo la icónica “Tirá para arriba” y de Zas, la mencionada “Va por vos, para vos”. Rockas Vivas cierra con “Un mundo feliz”, el otro tema inédito del disco, toda una rareza estilística si se quiere. Con Miguel Mateos sentado al piano y registros y giros vocales y líricos más cercanos a Páez.
“Las condiciones técnicas y tecnológicas en aquel momento eran difíciles”, recuerda Mateos. Rockas Vivas es el resultado de cuatros shows en el Teatro Coliseo, a lo largo de dos noches, las del 21 y 22 de abril de 1985, ya que fueron dos shows por noche. De esos shows, se rescataron las que mejor quedaron.
“Hubo problemas técnicos, una parte no se grabó, así que terminamos seleccionando lo que mejor sonaba, lo que mejor había sido interpretado y aprovechamos también el fabuloso público. Aprovechamos todo eso para hacer un disco que es considerado tal vez uno de los mejores discos en vivo del rock nacional . Aún así las dificultades fueron mayúsculas”.
Miguel Mateos/Zas en 1985: una vieja nueva banda
¿Cómo llegaba la banda a los shows den Coliseo? “Llegamos como llegamos”, dice Mateos entre risas. “Llegábamos con trabajos más discretos en pubs, en pequeñas presentaciones, y en los lugares donde se hacía rock. Llegamos con perplejidad también, pero a la vez con mucho profesionalismo. Lo recuerdo así. Nos concentrábamos y ensayábamos y cambiábamos los detalles, y nos fijábamos en los detalles de los arreglos. Por ahí en un show de fin de semana, en el club, no sé, en Berazategui ponele, salió algo mal y volvíamos y ensayábamos, teníamos un gran nivel de profesionalismo y de cuidado, y eso creo que en definitiva fue lo que llegó a sobrepasar la carencia tecnológica de la grabación de Rockas Vivas. Teníamos un grupo que sonaba bien”.

Si algo caracterizó a las diversas formaciones de Zas fue la calidad de sus músicos. “Siempre hemos sido muy cuidadosos, inclusive mi hermano Alejandro ha participado en esa selección, mi hermano, mi socio, mi partner en este sentido. Hemos sido muy cuidadosos en la selección”. Y en es selección aparecen nombre s como Fernando Lupano, que era poco menos que un adolescente en ese entonces, bajista en los dos primeros discos. Luego pasaría a La Torre y a fines de los 80 sería el bajista de Charly García. O Pablo Guyot, guitarrista del disco Huevos, el segundo disco, que se iría para formar GIT.
Ni hablar los que vinieron después de Rockas Vivas: el Negro García López, Cachorro López y Ulises Butrón fueron parte de Solos en América (1986) y Atado a un sentimiento (1987), dos discos superlativos que instalaron a Miguel Mateos/Zas en todo el continente.
El álbum fue grabado en vivo en cuatro funciones en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, en abril de 1985. “Perdiendo el control”, que abre el disco, es la única canción grabada en estudio.
Pero volvamos a 1985. Rockas Vivas se grabó con la misma banda que venía de registrar Tengo que parar. Es decir, Miguel Mateos, voz principal y coros, sintetizadores, piano eléctrico, guitarra rítmica acústica y eléctrica; Alejandro Mateos, batería, caja de ritmos y coros; Eduardo Chino Sanz, guitarra principal y coros; y Raúl Chevalier, bajo y coros. Además, contó con las colaboraciones de León Gieco, en armónicas, y Oscar Kreimer en saxos.
“Hay bandas que graban su primer disco en vivo después de cinco o diez años de trayectoria. Nosotros teníamos apenas un año como banda”, dice Miguel no sin razón. Es que, si bien Zas existía desde 1979, para 1985 la banda había cambiado unas cuantas veces su formación de la cual solo los hermanos Mateos permanecían desde el principio.
“Mateos tenía un atracción masculina que no tenía nadie. Era un latin lover por naturaleza. En ese momento yo contemplaba al artista de otra manera a como se lo veía acá. En él observé el charme de Bryan Ferry, con un costado ambiguo que podía gustarle tanto a las mujeres como a los hombres”.
Oscar López, productor de Miguel Mateos/Zas.
¿Por qué deciden en ese momento de la historia de la banda, grabar el vivo? Por varios motivos: porque sentían que tenían buen material, porque era el momento de dar el gran salto a lugares más grandes con audiencias más amplias. “Yo sentía, y la producción también, mi manager en aquel momento, Oscar López, y coproductor también de todo este asunto, que los discos tenían un gran material y que si juntábamos tres o cuatro canciones de cada disco, íbamos a hacer un gran disco y por ahí ese disco iba a ser una especie de greatest hits, para decirlo de alguna manera, y eso es en definitiva Rockas Vivas, el disco que en definitiva nos hace conocer a nivel masivo. En ese sentido, no nos equivocamos, no sé equivocó Oscar López en aquel momento en tirarme la idea”.
Sin embargo, en aquel momento el líder musical de la banda dudaba. “Yo no estaba tan seguro justamente, entre otras cosas, por lo nuevo de la banda, pero la banda respondió y el disco respondió. Me tengo que sacar el sombrero ante la idea de Oscar, porque nada, me convencieron los hechos, los resultados”.
¿De qué estaba hecha la música de Miguel Mateos, que influencias lo atravesaron? “Arranco con Los Beatles”, dice sin dudar. Todo lo demás vino después. “En los 70’s me identifico definitivamente con Genesis, con Yes y por bandas más pesadas: soy un fan de Deep Purple, Black Sabbath, pero hasta ahí llegó en ese género, nada más porque hay dos o tres cosas de Sabbath que son para mí antológicas. Pero mis bandas eran Genesis y Yes. Y en los ‘80 son los XTC, esa es mi banda de los 80’s. También The POlice y Bruce Springsteen, por supuesto. Pero mi banda son los XTC”, revela.
“Además tengo una formación académica, provengo del conservatorio municipal de acá de Buenos Aires, como muchos músicos también que estudiaron música, que tuvieron formación académica. Eso no quiere decir nada, hay grandes músicos que tocan de oído y hicieron grandes cosas, pero también es una influencia que está muy presente en todas mis composiciones”, resume.
Esa formación académica será más evidente cuando estrene su proyecto sinfónico, en el que viene trabajando desde los tiempos de la pandemia. Un proyecto que ya tiene nombre y una fecha estimada de presentación. Se trata de “Los tres reinos, una obra de poco más de una y ahora y media de música para orquesta sinfónica y cuatro cantantes y banda que su autor define como una distopía de la conquista de América. “Ahí vas a encontrar a Yes, a Genesis, a XTC, a Zappa, Sabbath… Vas a encontrar absolutamente todo porque me di ese lujo a esta altura de la vida.
“¿No tenés algo eltonyoniano?”. La pregunta del productor Oscar López descolocó a Miguel Mateos. No tanto por la característica del pedido, sino porque el disco ya estaba terminado. O al menos eso era lo que él creía. López le insistía con que estaba faltando algo al piano, de ahí su pedido.
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