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«Gran Neuquén», camino a ser el primer «conurbano» de la Patagonia

Estamos pasando de “ciudad región” a “metrópolis”. Arrasa el crecimiento no planificado de la ciudad de Neuquén y localidades aledañas. Corre peligro el oasis irrigado que dio origen al Valle. ¿Figura este problema en alguna agenda pública?

Hoy no solo está creciendo la mancha urbana de la ciudad de Neuquén sino que también lo hacen a un ritmo acelerado las áreas urbanas de todas las localidades de la Región Metropolitana Confluencia (RMC).

El impacto de Vaca Muerta agudiza este proceso de conurbanización de la RMC con centro en la ciudad de Neuquén, la que está concentrando la mayor cantidad y complejidad de servicios para toda la región.

Este proceso iniciado a fines de los años 70 podría llevarnos a un desarrollo territorial desequilibrado, transformando lo que aún es una región metropolitana en una metrópolis, alertan especialistas en urbanización consultados por “Río Negro”.

Rumbo a ser un conurbano

Este desborde implicaría la consolidación de una mancha urbana continua que avanza sobre el “oasis irrigado” destruyendo no solo la infraestructura de riego sino también produciendo la pérdida de tierras productivas y transformando las localidades que rodean a Neuquén en un “conurbano” o “periferia dormitorio”, dependientes, en gran medida, de las oportunidades de trabajo que pueda ofrecer Neuquén.

En el país existen varios ejemplos de ciudades metropolitanas o metrópolis; son ciudades conformadas por varios municipios cuyas áreas urbanas son colindantes; este proceso de crecimiento es definido como de “conurbación”. El ejemplo más conocido es el AMBA, Área Metropolitana de Buenos Aires también llamado conurbano bonaerense. Otro caso es el “Gran Mendoza”, desarrollado territorialmente sobre un oasis irrigado creado por el hombre, similar al oasis irrigado del Alto Valle de Río Negro y la Confluencia de Neuquén.

Vista de la ciudad de Neuquén. Foto «Río Negro»

¿A alguien le preocupa este fenómeno que está ocurriendo a pasos agigantados? ¿Cómo nos va encontrar el 2040 viviendo en esta región?

Para hallar respuestas a estos interrogantes entrevistamos e indagamos estudios realizados por profesionales de prestigio internacional que han desarrollado estudios en la región como el arquitecto y urbanista Marcelo Corti, profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNCórdoba; el arquitecto y planificador territorial Alfredo Garay, profesor de la Facultad de Arquitectura, diseño y urbanismo de la UBA; el doctor Hernán Petrelli, experto en Derecho Urbanístico y profesor postgrado en Planificación Urbana y Regional FADU – UBA; Pablo Lumerman, politólogo y director de Liquen Consultora; el arquitecto y planificador territorial Sergio Lardies, socio fundador de la Sociedad Argentina de Planificación Territorial (SAPLAT) y Jorge Aragón, quien lidera Janus Proyecto Rural Integrador en esta región.

¿Qué puede pasar en el futuro? “En los últimos años se ha venido haciendo un trabajo en el marco del programa Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior (DAMI) donde uno de los objetivos ha sido preservar el patrón de asentamiento original de la Región Metropolitana Confluencia con la intención de evitar el avance del proceso de conurbación y la consecuente pérdida de suelo productivo y de la identidad valletana de la Región Metropolitana Confluencia (RMC)”, comenta el planificador territorial Sergio Lardies.

Las manchas urbanas visualizan como las ciudades del Alto Valle se van juntando alrededor de la ciudad de Neuquén capital.

En uno de los estudios desarrollados, denominado “Sistema de movilidad y presupuestos mínimos urbanísticos para la Región Metropolitana Confluencia”, se realizaron proyecciones temporales respecto al aumento poblacional y su relación con el crecimiento de las manchas urbanas de cada uno de los doce municipios que conforman la RMC. Las proyecciones de expansión urbana se pudo hacer con los datos de población provistos por las direcciones de Estadísticas de Neuquén y Río Negro, y de extensión de la mancha urbana registrados en 2020 en base a interpretación de imágenes satelitales .

Con estos datos de población proyectada se marca una tendencia al descenso progresivo de la densidad poblacional registrado en los períodos intercensales previos, asumiendo que las provincias y los gobiernos locales no logran implementar políticas urbanas efectivas para el control de la expansión urbana ni revertir el proceso de crecimiento de baja densidad, alertan.

Las manchas de expansión del escenario futuro tendencial (sin planificación territorial) comprenden la totalidad de los usos urbanos, incluyendo los no residenciales. “Las densidades seguirán descendiendo, con la consecuente ocupación de suelo agrícola productivo y la pérdida del paisaje, que conforma el oasis irrigado con sus cortinas de álamos y sus canales de riego y acequias. Este paisaje es parte sustancial de la identidad del Alto Valle, cuyo origen se remonta a más de 100 años atrás, a partir de la construcción de las grandes obras de infraestructura de riego como el dique Ingeniero Ballester y el canal principal de riego, de más de 100 km de extensión”, expresa Jorge Aragón, quien lidera Janus Proyecto Rural Integrador en esta región.

Del 2010 y 2020, la RMC pasó de tener una población de 471.409 habitantes a 540.909, lo que implica un crecimiento del 15% (69.500 nuevos habitantes). Para estudiar el crecimiento de las ciudades de la RMC se calculó la huella urbana –superficie realmente ocupada– de cada ciudad en los cortes temporales 2010 y 2020 en base a fotointerpretación. El ejercicio arroja un crecimiento del 45% del área urbana, pasando en diez años de ocupar 12.460 has a 18.083 has (5.623 nuevas has). Se trata de una tasa de crecimiento muy importante para una región urbana de esta escala, impulsada sobre todo por la expansión residencial en nuevos loteos, muy superior a la tasa de crecimiento de población. Esto implica una caída de la densidad poblacional de 37,8 hab/ha a 29,9 hab/ha (equivalente a una disminución del 21%).

Un conurbano con la ciudad de Neuquén como el gran centro

Partiendo de la hipótesis de que ahora en más se siga sin tomar medidas que permitan el control de la expansión urbana se plantea un “escenario 2040”. ¿Cómo sería? De confirmarse el modo de crecimiento de las últimas décadas sería el de una “metrópolis conurbada”. Es decir que las manchas urbanas de cada una de las localidades que conforman la RMC se unirán avanzando sobre el oasis irrigado y conformando un conglomerado urbano continuo, producto del proceso de conurbación en marcha, aseguran los especialistas entrevistados.

Al ser la ciudad de Neuquén la que concentra la mayor cantidad de población y diversidad de actividades estaríamos ante un nuevo patrón de asentamiento territorial, que seguramente se lo llamará “El Gran Neuquén”. Así se perderá una característica de calidad ambiental y territorial que hacía de esta región metropolitana una “ciudad región”, no conurbana, donde cada localidad esta separada por el oasis irrigado, que no solo es suelo productivo sino también conforma un paisaje valletano que le da identidad y calidad ambiental a la RMC”, resaltan los entrevistados.

¿Se puede detener este avance urbano frenético?

¿Qué hacer, entonces? Los entrevistados urgen que se consolide y potencie el proceso que se viene llevando adelante desde los organismos provinciales de planificación territorial, en el marco del Programa de Desarrollo de Áreas Metropolitanas.

Y también:

-Defender el oasis que dio origen al conjunto de ciudades valletanas y no olvidar que esta mega infraestructura de riego permitió la transformación del valle de los ríos Neuquén, Limay y Negro en un valle productivo.

-Preservar la identidad de cada una de las ciudades (municipios) del valle y evitar transformar la Región Metropolitana Confluencia en una “metrópolis” con un centro (ciudad de Neuquén) y una periferia (las demás ciudades de la RMC) .

-Instalar en la agenda política regional la necesidad de una gobernanza metropolitana que articule e integre el desarrollo territorial de todas las localidades de la RMC.

-Promover la soberanía alimentaria de cada una de las localidades del valle aprovechando la calidad agroecológica del oasis y la infraestructura de riego existente. Desarrollar la agroecología y una “nueva ruralidad”.

Cómo frenar este proceso de conurbanización debiera ser el gran tema de la agenda de los gobiernos locales y provinciales de la región. Las proyecciones que dibujan un escenario futuro tendencial no es muy prometedor si no se hace nada en lo inmediato y en el corto plazo, concluyen los principales investigadores de la territorialidad patagónica entrevistados por “Río Negro”.


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