Boca y el duelo del Pipa Benedetto que se cortó justo a tiempo

El Xeneize venció a River con un tanto del goleador, que llevaba diez partidos sin marcar y que parecía haber perdido su poder de fuego tras la noche trágica ante Corinthians.

¿De qué sirven las rachas? ¿Hasta qué punto importa una sequía goleadora si cuando se rompe el hechizo, todo aquello que estaba oculto se vuelve explosión, felicidad, grito sagrado y comunión?

No fue fácil la existencia de Darío Benedetto dentro de una cancha de fútbol, después de haber errado dos penales en la noche fatal ante Corinthians, cuando Boca quedó eliminado de la Copa Libertadores.
El duelo del Pipa duró diez partidos, una eternidad sin meterla, demasiado para un jugador que vive del gol.

Pero si el destino le hubiera avisado a Benedetto que el martirio terminaría ante River, con una Bombonera repleta, ávida de vencer al eterno rival, hubiera firmado con los ojos cerrados.

El día que Boca tuvo su fiesta inolvidable en el torneo, recuperó a su goleador. Conservado por un cierto hado que lo resguardó hasta ayer, el Pipa, luego de meter un cabezazo certero a los 19’ del segundo tiempo del superclásico, se trepó al alambrado para quedar cara a cara con el hincha, en modo Sergio Manteca Martínez por el Apertura ‘92, cuando el uruguayo, también contra River, celebró de la misma manera.


“Al goleador hay que esperarlo…”, dijo después del partido el Negro Ibarra, quien castigó a Benedetto y lo sacó del equipo cuando se peleó con Carlos Zambrano.
El DT de Boca, que se abrazó al Pipa cuando lo reemplazó por Luis Vázquez, quizás desde ahora se lo deje de mirar con desdén. Ibarra, curtido de superclásicos con pantalones cortos, debutaba en su función del otro lado de la línea de cal, y al igual que Benedetto, ayer tuvo su desquite personal en respuesta a las dudas sobre su capacidad para el cargo.


Es cierto que antes de River, Boca tuvo como salvador ocasional al juvenil Luca Langoni (Atlético Tucumán y Colón) y ahora al Pipa, pero el Xeneize de Ibarra ya acumula cuatro victorias consecutivas y esta serie lo deja a sólo dos unidades del líder de la Liga Profesional, el Decano tucumano.

Pero anoche en la Bombonera Boca no jugó pensando ni la cima del torneo, ni en Atlético. En la mira sólo estuvo River y ese deseo sin fecha de vencimiento que es ganar el superclásico, es lo que lo motivó. La satisfacción está implícita en el resultado final, donde las formas muchas veces no importan.

El partido fue apenas discreto en la primera mitad, donde casi no hubo situaciones de peligro, salvo en una sola ocasión donde se volvió a ratificar la incidencia de Agustín Rossi en el arco xeneize.
Cuando se jugaban apenas 6’, el guante que tiene Juanfer Quintero es su pie izquierdo puso a Emanuel Mammana de cabeza al gol a la salida de un córner. Pero cuando la pelota se metía apareció el ‘1’, que a puro reflejo, evitó el gol de River.


La falta de respuestas colectivas en la primera mitad por parte de River, empujaron a Marcelo Gallardo a meter tres cambios donde tales relevos serían titulares indiscutidos en cualquier otro equipo argentino.
Miguel Borja, Rodrigo Aliendro y Esequiel Barco pisaron el campo del templo xeneize desde el primer minuto del ST, pero no hubo soluciones.

Boca incluso pudo aumentar cuando Benedetto asistió de taco en la puerta del área a Pol Fernández, quien de frente al arco y de zurda, la tiró a la segunda bandeja.

Boca ganó a lo Boca y eso a su hincha siempre lo hace feliz. Y cuando se aplaquen los festejos de la victoria sobre el rival de siempre, caerá en cuenta del significado del triunfo más allá de lo emocional: quedó a dos puntos del líder y ahora ser campeón de la LPF se transformó en una dulce realidad.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios