Un tropiezo que enciende las alarmas: al nuevo River le falta equilibrio y maduración

Sin balance entre sus líneas, el equipo de Martín Demichelis se mostró vulnerable ante Arsenal, que se llevó una victoria histórica del Monumental.

Tiene mucho que mejorar este River de Martín Demichelis para ser un equipo confiable. Dentro de la abundancia en el nombre por nombre, el entrenador aún no pudo acertar cuál es el mejor planteo que le sienta a su formación, todavía inconclusa.

El Millo es un equipo partido, que arriba pudo hacer la diferencia, como anoche ante Arsenal, pero la inestabilidad de mitad de cancha hacia atrás lo transforma en un once vulnerable, incapaz de brindar soluciones en momentos urgentes.

La victoria 2-1 de Arsenal en el Monumental, la primera de su historia en ese estadio, premió a un equipo que jugó sin complejos, a pesar de que llegó a este encuentro con apenas un punto, que supo aprovechar los errores del rival y nunca dejó de competir.

River comenzó el juego como siempre. Voraz para atacar, pero desestabilizado cada vez que el Arse se hacía de la pelota. Además de Lucas Beltrán y Salomón Rondón -los dos delanteros elegidos por Demichelis ayer-, Pablo Solari, José Paradela y Nacho Fernández conformaron un quinteto netamente ofensivo, que deja a Enzo Pérez y toda su veteranía (llegó ante Arsenal a los 200 partidos con la casaca del Millo) demasiado solo cada vez que el contrario rompe ese bloque de volantes.

Si River fuera más contundente en ataque y convirtiera más de lo que sufre atrás, podría disimular el déficit. Y esto no significa que Beltrán y Solari hayan jugado un mal partido, pero la inestabilidad que padece el equipo millonario obliga a contabilizar las chances desperdiciadas arriba, a fin de justificar por qué River perdió anoche ante su gente por la quinta fecha de la Liga Profesional.

Es cierto que Beltrán y Solari no estuvieron finos en la definición (tuvieron un par de oportunidades claras cada uno), pero las falencias en el fondo son el verdadero mal de este incipiente ciclo de Demichelis.
River lo comenzó a ganar gracias a una asistencia de Beltrán para José Paradela, pero ni con el resultado a favor el Millo transmitió una sensación de seguridad ante un equipo de menor categoría, al menos si uno repasa las formaciones de uno y otro.

Además, el Millo se da el lujo de dejar en el banco a nombres como Borja, Palavecino, Barco y De la Cruz, que anoche volvió a jugar después de la lesión que sufrió el pasado 12 de octubre del año pasado. Demasiado para caer ante un equipo modesto y plagado de juveniles como Arsenal.

Robert Rojas, al menos anoche, no fue solución por la franja derecha y González Pires tampoco fue el complemento ideal del elegante Enzo Díaz, que tiene más alma de volante que de defensor.

Cuando Demichelis intentó con un cambio de nombres enderezar el rumbo, se perdió del todo.
Palavecino, que había ingresado junto a Borja y De la Cruz, en la primera que tocó dio un mal pase atrás que derivó en la falta de Armani sobre Paiva, que Guzmán cambió por gol.

El desbalance de River se acentuó con el empate parcial que se transformó en derrota cuando Guzmán desde el sector derecho de la defensa local, metió el centro para que Luis Leal la toque al gol.

Fue el golpe fatal para un equipo que no pudo disimilar sus errores. Plagado de opciones en ataque, la edificación de River para ser una formación sólida debe comenzar desde atrás. Material para sentar las bases le sobra, aunque en la elección de Demichelis estará la clave del éxito.


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