Después de dos días, el volcán Copahue dio un respiro
Desde ayer a la madrugada, la mole de piedra dejó de lanzar cenizas al cielo. Aseguran que no hay nada que temer, pero no descartan una nueva erupción.
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CAVIAHUE (enviado especial).- La erupción del volcán Copahue se detuvo ayer a la madrugada y todo parece indicar que, por ahora, la mole de piedra iniciará un nuevo descanso.
La nube de cenizas que durante casi dos días se descargó sobre la villa y sus alrededores tiñó de gris el paisaje y terminó por espantar a más de 200 personas entre lugareños y turistas. Ayer, todos los ojos buscaron la imagen del inquieto volcán, que escondió sus 2.910 metros de altura detrás de espesas nubes que amenazan con nuevas tormentas.
El director de Medio Ambiente, José Luis Sierra, aseguró que no hay razones para temer, pero no descartó que en las próximas horas pueda producirse otro «evento volcánico», tal como prefiere denominar a la erupción. Sierra pidió tranquilidad y garantizó un permanente monitoreo del volcán e informó que la villa volverá a contar con un sismógrafo en el transcurso de la semana.
La hermandad del viento blanco con las cenizas, y un penetrante olor a azufre, fueron más que suficientes para pintar dos días terroríficos en Cavihue.
«Estaba todo negro, había desinformación y caían piedritas muy livianas. Tuve miedo por mis hijas. Lo peor fue la sensación de no poder salir que tuvimos el domingo», afirmó en Loncopué Martín Pérez Porto -un turista de Buenos Aires- quien ayer a la mañana dejó el hotel Farallón acompañado de su esposa y sus dos pequeñas hijas. Ania, de ocho años, mostró una de las piedras que cayeron el domingo.
Ayer, a pesar de muchas dificultades, el tránsito entre Loncopué y Caviahue quedó restablecido pero fueron pocos los que regresaron a la villa turística.
El ministro de Desarrollo Social, Jorge Lara, instalado en el lugar desde el domingo, repitió una y otra vez que se trata de un hecho «que se reitera cada cinco años, sencillamente porque el volcán decide limpiar sus chimeneas». Para abonar su afirmación recordó que en 1992 y en 1995 se produjeron fenómenos similares; es decir un período que no respetó la frecuencia del lustro.
Sierra, especialista en geotermia, reconoció que en esta oportunidad la actividad del «evento volcánico» fue mayor a las anteriores de los «90.
«Es la actividad póstuma de un volcán que se está apagando, no hay peligros», afirmó Sierra quien ayer recogió muestras de cenizas y de agua que hoy en Neuquén serán analizadas por el vulcanólogo Luis Más.
Lara anunció que esta semana un especialista del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) viajará desde San Juan para poner a punto el sismógrafo, un elemento vital para controlar el pulso del volcán.
Lara reunió ayer al intendente Oscar Mansegosa; al director de Termas, Herminio Balda; al jefe de Policía y al de Gendarmería y al presidente de la Dirección Provincial de Vialidad, Ricardo Roca Jalil y con ellos trazó un plan para que Caviahue recupere la normalidad y sobre todo para no ser sorprendidos otra vez.
La villa presentaba ayer una aspecto desolador y solo fue posible llegar gracias a la pericia de los choferes y al impresionante trabajo de los maquinistas de Vialidad que con paciencia de hormigas limpiaron la ruta 26.
Las casas y los vehículos de Caviahue estaban cubiertos de nieve y de una capa de ceniza de entre tres y cuatro centímetros de espesor. Para colmo hubo cortes de energía y se interrumpió el suministro de agua potable, por lo que el municipio se encargó de distribuir bidones de agua.
La única radio, FM Volcánica, tuvo que dejar de transmitir porque las cenizas estropearon parte de los equipos y además algunos empleados dejaron la villa.
La erupción provocó un fuerte debate en la pequeña localidad donde viven unas 500 personas en forma permanente. Hubo fuertes críticas desde el sector hotelero para Mansegosa y el abanderado fue Miguel Denovi el concesionario del impresionante hotel Farallón ubicado a unos siete kilómetros del volcán.
Riesgos y fastidios entre nieve y olor a azufre
CAVIAHUE (enviado especial).- A unos 25 kilómetros de Caviahue, a la altura del paraje Riscos Bayos, la nieve y las cenizas pintan una suerte de tapiz natural que bien podría compararse a la piel de una cebra. Ya a esa altura el olor a azufre es intenso y parece adherirse a las fosas nasales.
En invierno, llegar a Caviahue no es tarea sencilla para un vehículo convencional. La nieve y el hielo pueden construir trampas fatales.
Con la ruta 26 cortada y con el volcán escupiendo cenizas, la gente tuvo muchas razones para dejar la villa el domingo a la noche, cuando la vía fue despejada.
Unos kilómetros más allá de los Riscos Bayos -una milenaria y particular formación geológica hija del volcán Copahue- el gris de las cenizas se hace intenso y son pocos los lugares limpios. En esa zona, muy cerca del Cajón de Hualcupén, desde el viernes dos camiones con otros tantos contenedores, desde hace tres días esperan poder llegar a Caviahue. Llevan las aerosillas para los medios de elevación que la empresas Desarrollos de Montañas -del principado de Andorra- instala en Caviahue.
Sobre ese proyecto hay muchas expectativas, que tambalearon desde el viernes cuando el manto gris se desparramó en esta zona.
El mal tiempo y la erupción pesaron para que el representante de esa firma, Jaime Ros, recibiera al periodista y al fotógrafo de «Río Negro» con una pregunta sugerente.
¿Cuántas guerras ganaron los argentinos? -preguntó.
-Desde que empezó a caer ceniza todos salieron corriendo. Qué poco quieren lo de ustedes -se contestó el hombre que destacó el honor de las mujeres. «Acá (por el Farallón) había hombres que se querían ir corriendo pero ninguna mujer se movió», destacó.
Ros es español y está en Caviahue partir del proyecto de montaje de los medios de elevación con lo que la empresa de Andorra se asegura la explotación de las pistas en sociedad con Miguel Denovi, el concesionario del Farallón.
Ros, que no tiene nada que ver con el músico uruguayo, consideró que Caviahue es una plaza «muy interesante» por su ubicación y por su calidad paisajística. Y anticipó que de haber una licitación pública la empresa que representa tiene interés en candidatearse para la explotación del complejo termal Copahue, en manos de la provincia.
«Me voy hasta que pase»
CAVIAHUE (AN).- «Me voy a Loncopué hasta que esto pase un poco». A las corridas, mientras las máquinas viales intentaban despejar el camino, José Valdebenito dejó la villa turística de montaña, donde vive desde hace 16 años. Esperaba volver pronto quizá «en esta semana».
Fue al mediodía, cuando tras el avance de los maquinistas algunos vehículos pudieron llegar a Caviahue. Entre ellos, el distribuidor de diarios, Julio Bacci, que tenía una cantidad de diarios para Caviahue.
En la villa, en tanto, muchos esperaban para salir. Valdebenito tiene 72 años y es la primera vez que asiste a un fenómeno de esta naturaleza. Las erupciones de 1992 y 1995 «no fueron tan grandes como esta».
Unos metros más allá una familia cargaba sus cosas en otro automóvil.
Además de las bufandas y de pesada ropa de abrigo el matrimonio se protegía con barbijos del olor a azufre.
El director de Medio Ambiente, José Luis Sierra, descartó que el sulfato de las cenizas pueda tener algún grado de toxicidad y afirmó que «no hay riesgos de que se contamine el agua».
Sierra aseguró que en los próximos días se analizará la fuente de agua que provee a la villa.
«Para que se contamine el agua tienen que caer tres metros de ceniza», sostuvo Sierra.
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