Detienen al chofer de Goye y a empleado municipal
Realizaron pericias en la casa que alquila uno de los sospechosos del asesinato.
BARILOCHE (AB).- Roberto Bordón y Eduardo Ariel Fernández se despertaron ayer sobresaltados. Un grupo de efectivos policiales irrumpió alrededor de las 7 en sus domicilios y los detuvo por orden del juez de Instrucción Martín Lozada. Ambos quedaron imputados como presuntos autores del homicidio de Giselle Monje. Hoy serán indagados. Bordón fue chofer del exintendente Omar Goye y empleado del municipio hasta octubre, cuando fue despedido. Personal policial lo detuvo en la casa de sus padres, que está ubicada en el barrio Casa de Piedra. Además, secuestraron un Fiat Uno que pertenece al sospechoso, quien no opuso resistencia. Casi en forma simultánea, personal del grupo de operaciones especiales COER de la Policía rionegrina ingresó en la casa que Fernández alquila en la calle Elguea al 190 del barrio Abedules. Estaba durmiendo solo y tampoco opuso resistencia. Además, secuestraron una moto de su propiedad. Fernández es empleado municipal y está a cargo de la delegación que funciona en los galpones de Dinara, en la Ruta Nacional 40 Sur casi Rolando, a unos 100 metros de su domicilio. La investigación apuntó hacia ellos como sospechosos del crimen de la joven a partir de varios indicios, pero sobre todo, por los llamados que los investigadores detectaron en el celular de Giselle. Fuentes judiciales señalaron que las llamadas al celular de la chica están acreditadas hasta el 8 de diciembre pasado, cuando fue la última vez que familiares la vieron con vida. Los investigadores lograron establecer que Bordón y Fernández llamaron a la chica desde sus teléfonos particulares. Y también la víctima los llamaba con frecuencia porque, al parecer, había una amistad entre ellos. La joven de 21 años fue hallada muerta la tarde del 11 de diciembre pasado en un descampado próximo al complejo de canchas de fútbol de Adeful, en cercanías del barrio Vivero municipal. Allí vivía Giselle con su madre, aunque por conflictos familiares se había mudado temporalmente a la casa de una tía en el barrio 2 de Abril. La autopsia estableció que Giselle murió por las dos heridas de arma blanca que recibió en el cuello. La chica era alumna de la Universidad de Río Negro y militaba en la Juventud Radical. La Brigada de Investigaciones de la Comisaría 28 llevó adelante la investigación con las directivas del fiscal Eduardo Fernández. Fuentes judiciales informaron que el fiscal pidió el martes por la tarde los allanamientos y las detenciones de los sospechosos a Lozada, quien avaló las diligencias que se realizaron ayer. Los investigadores sospechan que en la casa donde alquilaba Fernández es posible que se haya cometido el crimen de la chica. Por eso, ayer tras la detención del imputado, efectivos del gabinete de Criminalística de la Policía de Río Negro y personal de la Policía Científica de Gendarmería Nacional comenzaron a trabajar en el interior de la vivienda en la búsqueda de huellas y posibles manchas de sangre. Las fuentes explicaron que el personal de Gendarmería fue convocado porque tiene los reactivos químicos para detectar evidencia aunque hayan limpiado la escena del crimen. Y destacaron que se trata de peritos que viajaron desde Buenos Aires. Fernández estuvo preso años atrás porque fue condenado por robo calificado, señalaron las fuentes. Señalaron que Lozada ordenó que los detenidos fueran examinados minuciosamente por el cuerpo médico forense para detectar si tienen lesiones, alguna cicatriz reciente, hematomas o excoriaciones. Luego, el juez dispuso que sean trasladados hasta el laboratorio de genética forense que funciona en la avenida San Martín al 300, para realizar un hisopado bucal o extracción de sangre para realizar después un cotejos de perfiles genéticos. Los detenidos quedaron alojados en unidades policiales y hoy comparecerán ante Lozada. El fiscal y los investigadores siguen con la búsqueda de las evidencias que confirmen las sospechas.
Toncek Arko
La vivienda de calle Elguea, en el barrio Abedules, fue revisada por policías y gendarmes.
BARILOCHE (AB).- Roberto Bordón y Eduardo Ariel Fernández se despertaron ayer sobresaltados. Un grupo de efectivos policiales irrumpió alrededor de las 7 en sus domicilios y los detuvo por orden del juez de Instrucción Martín Lozada. Ambos quedaron imputados como presuntos autores del homicidio de Giselle Monje. Hoy serán indagados. Bordón fue chofer del exintendente Omar Goye y empleado del municipio hasta octubre, cuando fue despedido. Personal policial lo detuvo en la casa de sus padres, que está ubicada en el barrio Casa de Piedra. Además, secuestraron un Fiat Uno que pertenece al sospechoso, quien no opuso resistencia. Casi en forma simultánea, personal del grupo de operaciones especiales COER de la Policía rionegrina ingresó en la casa que Fernández alquila en la calle Elguea al 190 del barrio Abedules. Estaba durmiendo solo y tampoco opuso resistencia. Además, secuestraron una moto de su propiedad. Fernández es empleado municipal y está a cargo de la delegación que funciona en los galpones de Dinara, en la Ruta Nacional 40 Sur casi Rolando, a unos 100 metros de su domicilio. La investigación apuntó hacia ellos como sospechosos del crimen de la joven a partir de varios indicios, pero sobre todo, por los llamados que los investigadores detectaron en el celular de Giselle. Fuentes judiciales señalaron que las llamadas al celular de la chica están acreditadas hasta el 8 de diciembre pasado, cuando fue la última vez que familiares la vieron con vida. Los investigadores lograron establecer que Bordón y Fernández llamaron a la chica desde sus teléfonos particulares. Y también la víctima los llamaba con frecuencia porque, al parecer, había una amistad entre ellos. La joven de 21 años fue hallada muerta la tarde del 11 de diciembre pasado en un descampado próximo al complejo de canchas de fútbol de Adeful, en cercanías del barrio Vivero municipal. Allí vivía Giselle con su madre, aunque por conflictos familiares se había mudado temporalmente a la casa de una tía en el barrio 2 de Abril. La autopsia estableció que Giselle murió por las dos heridas de arma blanca que recibió en el cuello. La chica era alumna de la Universidad de Río Negro y militaba en la Juventud Radical. La Brigada de Investigaciones de la Comisaría 28 llevó adelante la investigación con las directivas del fiscal Eduardo Fernández. Fuentes judiciales informaron que el fiscal pidió el martes por la tarde los allanamientos y las detenciones de los sospechosos a Lozada, quien avaló las diligencias que se realizaron ayer. Los investigadores sospechan que en la casa donde alquilaba Fernández es posible que se haya cometido el crimen de la chica. Por eso, ayer tras la detención del imputado, efectivos del gabinete de Criminalística de la Policía de Río Negro y personal de la Policía Científica de Gendarmería Nacional comenzaron a trabajar en el interior de la vivienda en la búsqueda de huellas y posibles manchas de sangre. Las fuentes explicaron que el personal de Gendarmería fue convocado porque tiene los reactivos químicos para detectar evidencia aunque hayan limpiado la escena del crimen. Y destacaron que se trata de peritos que viajaron desde Buenos Aires. Fernández estuvo preso años atrás porque fue condenado por robo calificado, señalaron las fuentes. Señalaron que Lozada ordenó que los detenidos fueran examinados minuciosamente por el cuerpo médico forense para detectar si tienen lesiones, alguna cicatriz reciente, hematomas o excoriaciones. Luego, el juez dispuso que sean trasladados hasta el laboratorio de genética forense que funciona en la avenida San Martín al 300, para realizar un hisopado bucal o extracción de sangre para realizar después un cotejos de perfiles genéticos. Los detenidos quedaron alojados en unidades policiales y hoy comparecerán ante Lozada. El fiscal y los investigadores siguen con la búsqueda de las evidencias que confirmen las sospechas.
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