Dos ladrones mantenían rehenes en un prostíbulo porteño

BUENOS AIRES (Télam).- Dos delincuentes armados mantenían a varias personas de rehenes en un departamento del microcentro porteño donde funciona un prostíbulo, informaron fuentes policiales.

Tras negociaciones con expertos del Gupo Especial de Operaciones Federales (GEOF), los delincuentes liberaron a un hombre y a una mujer, pero anoche a las 23.30, al menos seis personas continuaban privadas

de su libertad.

Si bien en principio se dijo que se trataba de una financiera o que los ladrones venían de cometer un asalto en otro sitio, tres jefes policiales confirmaron que el robo se inició a las 14:15 en el mismo edificio.

Se trata del tercer piso de Montevideo 497, esquina Lavalle, a sólo tres cuadras del Palacio de Tribunales, donde funciona un «privado» en el que varias mujeres ejercen la prostitución, según confirmaron vecinos de ese edificio y fuentes policiales. Dentro del mismo edificio funcionan varias oficinas y estudios jurídicos, cuyos empleados también quedaron encerrados bajo llave por decisión propia o consejo de la policía y salieron recién pasadas las 21.

El comité de crisis se estableció en el séptimo y último piso del edificio, que está abandonado pero, según informó una vecina del sexto, hasta la semana pasada también funcionaba como un «privado».

El propio juez de la causa, Juan María Ramos Padilla, encabezaba en el séptimo piso el comité que también está conformado por la fiscal Mariana García y, para darle garantías a los delincuentes, el defensor oficial de turno, Sergio Paduczak.

Según las fuentes, el asalto comenzó a las 14.15, cuando dos hombres subieron al «privado» armados y con fines de robo. La policía fue avisada por un llamado telefónico y de inmediato se hicieron presentes en el lugar varios patrulleros. En principio se pensaba que era un solo asaltante, ya que, ante la llegada de los patrulleros, éste se asomó por la ventana con una mujer encañonada para amenazar a los efectivos gritando que tenía «armas largas y granadas».

Sin embargo, la policía estableció luego que en el departamento había un segundo delincuente y que los rehenes eran varias personas.

Al lugar arribó el GEOF y comenzó el diálogo con un negociador experto a través de la puerta. Alrededor de las 16, se cumplió una de las exigencias de los delincuentes, ya que los ladrones arrojaron una larga soga confeccionada con sábanas anudadas a la que la policía ató cajas de pizza y gaseosas.


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