La tecnología que redefinió la blockchain, cumple 10 años
Ethereum se creó en 2015 con la intención de permitir la creación de aplicaciones descentralizadas a través de smart contracts. Una tecnología que sostiene desde sistemas financieros descentralizados hasta la tokenización de activos reales.
Por Sebastian Serrano (CEO y co founder de Ripio)
Hace 10 años, cuando Ethereum se lanzó el 30 de julio de 2015, llegó con una propuesta ambiciosa: convertir a la blockchain en una plataforma flexible y programable. Al permitir que cualquier persona pudiera crear aplicaciones descentralizadas a través de smart contracts, Ethereum amplió radicalmente las posibilidades de la tecnología cripto y abrió el camino a una nueva era de innovación abierta.
En estos diez años, la red evolucionó de un experimento prometedor a una infraestructura robusta que, a día de hoy, sostiene desde sistemas financieros descentralizados hasta proyectos de tokenización de activos reales, pasando por expresiones culturales y nuevos modelos de gobernanza digital.
La historia de Ethereum está marcada por hitos clave: su lanzamiento, el episodio de The DAO y el posterior hard fork que dio origen a Ethereum Classic, el boom del DeFi, la popularización de los NFTs y, más recientemente, la transición a proof-of-stake con The Merge.
Cada una de estas etapas por las que atravesó Ethereum, consolidó a la red no sólo como una tecnología diginal disruptiva, sino como un ecosistema vivo, con una comunidad activa, capacidad de adaptación y un impacto duradero.
Ethereum se diferencia de otros proyectos cripto por tener un ecosistema dinámico y vibrante.
A pesar del surgimiento de otras blockchains más rápidas o más baratas, ninguna logró replicar la robustez de la Ethereum Virtual Machine (EVM), la fuerza de su base de desarrolladores o el nivel de adopción institucional. Desde bancos centrales hasta protocolos de stablecoins, desde empresas de tokenización hasta startups Web3: todos siguen eligiendo Ethereum como base de confianza.
Ethereum sigue siendo la plataforma preferida en soluciones descentralizadas serias, de parte de instituciones, gobiernos y empresas.
La transición al modelo de proof-of-stake significó un salto en sostenibilidad y seguridad: redujo en más de 99% el consumo energético de la red e introdujo nuevos mecanismos de incentivo que fortalecen su eficiencia de cara al futuro.
A su vez, el staking de ETH comenzó a ofrecer retorno financiero y una conexión directa con la protección de la red —una innovación que une tecnología e incentivo económico—. Al reemplazar la minería por staking, The Merge redefinió los fundamentos operativos de Ethereum y preparó a la red para una nueva fase de expansión, con más rendimiento y capacidad de adopción global.
Claro que, aun así, persisten desafíos. Las fees elevadas en momentos de congestión, las barreras técnicas para nuevos usuarios y la fragmentación de liquidez entre soluciones de segunda capa siguen siendo aspectos en evolución. Pero es justamente esa capacidad de reconocer sus propias limitaciones —y reinventarse técnicamente— lo que sostiene la relevancia de Ethereum como infraestructura consistente de largo plazo.
El token ETH refleja esa madurez: tiene utilidad concreta, un modelo deflacionario vía burn de tokens, y ofrece rendimiento con menor volatilidad gracias al staking. Su propuesta va más allá de la mera especulación financiera: es un pilar central de la nueva infraestructura digital.
El token ETH refleja madurez: tiene utilidad concreta, un modelo deflacionario vía burn de tokens, y ofrece rendimiento con menor volatilidad gracias al staking.
Desde Ripio entendemos que, a largo plazo, Ethereum va a seguir siendo la plataforma preferida para construir soluciones descentralizadas serias, especialmente por parte de instituciones, gobiernos y empresas que buscan seguridad e interoperabilidad.
Más allá de los ciclos del mercado, Ethereum sigue siendo la red mejor preparada para sostener la próxima generación de innovaciones en blockchain.
Como pilar de una nueva infraestructura digital que no para de expandirse tanto a nivel local como global, esta red está transformando mercados, conectando instituciones e impulsando la adopción global de soluciones descentralizadas.
Celebrar sus 10 años es reconocer no sólo un hito tecnológico del universo cripto, sino una década de avances que están redefiniendo tanto el futuro de la infraestructura digital, como de las finanzas globales.
Por Sebastian Serrano (CEO y co founder de Ripio)
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