Novedad: el salto del dólar no habría acelerado la inflación en abril

Las consultoras anticipan que la devaluación, tras la salida del cepo, no se trasladó a precios el mes pasado. Una por una, las mediciones.

Terminó abril, y será recordado como el mes en que se materializó un nuevo acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desembolsos y refinanciación: eso es lo que el Gobierno pedía y obtuvo. Pero la “contraprestación” implicaba, a priori, un costo social (en un año electoral).

La acumulación de reservas ha sido el punto débil del programa económico del Gobierno, y constituye una problemática recurrente en la historia económica argentina. Ese es, justamente, el punto en el que el FMI puso el foco.

Para revertir esta tendencia, el organismo pidió reemplazar el régimen cambiario de crawling peg por uno de libre flotación entre bandas, restringiendo el uso de reservas para intervenir en el mercado de cambios. Asimismo, se acordó una simplificación del esquema cambiario, con la eliminación del llamado “dólar blend” para exportadores, a fin de evitar que parte de la oferta de divisas se dirija a los mercados paralelos.

Para una población acostumbrada a la inestabilidad cambiaria, no es un secreto que la eliminación del cepo suele asociarse con efectos no deseados. En particular, pass-through es el término con que se denomina al traslado a precios de la devaluación de la moneda local, causa frecuente de brotes inflacionarios en nuestro país.

Devaluación

8,9%
Fue la suba acumulada del tipo de cambio oficial mayorista en abril.

Se salió del cepo, y el precio del dólar cerró abril con un salto del 8,2% en el segmento minorista y del 8,9% en el mayorista, lo cual contrasta con el 1% mensual que regía bajo el crawling peg que terminó en abril.

Materializada la devaluación del peso, es momento de evaluar el costo social al que aludíamos en el primer párrafo. En particular: ¿qué pasó en abril con la inflación?

Diario RÍO NEGRO dialogó con economistas de distintas consultoras, quienes compartieron sus estimaciones de inflación para el mes recién finalizado. Un elemento común que surge de sus análisis es que gran parte del traspaso a precios de la devaluación se habría adelantado a marzo, cuando la inflación minorista fue del 3,7% mensual, la más alta en siete meses, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Gran parte del traspaso a precios de la devaluación se habría adelantado a marzo, cuando la inflación minorista fue del 3,7% mensual.

Otro punto de coincidencia entre las consultoras es que, a diferencia de lo que se preveía, el aumento del índice de precios al consumidor (IPC) en abril no habría sido muy diferente al de marzo. Incluso, podría ubicarse por debajo del último 3,7% mensual.

Por último, también coinciden en que los precios del rubro alimentos desaceleraron su suba en abril respecto de lo ocurrido el mes anterior, algo que atribuyen a factores estacionales.

En suma, abril habría marcado una sorpresa positiva en materia de inflación: la salida del cepo no desató un salto abrupto de precios, como muchos temían. Con expectativas ancladas, precios regulados contenidos y alimentos más calmos, el índice mensual habría quedado cerca o incluso por debajo del dato de marzo. Hacia adelante, las consultoras esperan que la inflación continúe su sendero descendente, aunque advierten que todo dependerá de la estabilidad cambiaria y de la política de ingresos.

Abeceb: 3,9%


“La inflación del mes de abril se estima en 3,9%, es decir una leve alza respecto del sorpresivo valor de marzo, a pesar del incremento del tipo de cambio oficial”, señaló Jerónimo Montalvo, analista senior macro de la firma. De confirmarse este valor, la variación interanual caería a casi 49%, el registro más bajo desde mayo de 2021.

Para el economista, la aparente estabilidad en la dinámica de precios responde a una combinación de factores. Por un lado, marzo ya había concentrado parte del traslado a precios: “La alta y sorpresiva inflación del mes de marzo, en un contexto de incertidumbre global y local con dudas del esquema cambiario, habría evidenciado un adelantamiento de los aumentos que en abril no deberían continuar”.

«Empresas que inicialmente habían anunciado incrementos de precios de entre el 5% y el 15% dieron marcha atrás al observar la estabilidad cambiaria.»

Jerónimo Montalvo, analista senior macro de Abeceb.

Además, la evolución del tipo de cambio oficial ayudó a moderar expectativas. Montalvo explicó que, tras un salto inicial a más de $1.200 por dólar, el valor descendió hacia la banda inferior y luego se mantuvo con una suba leve: “Empresas que inicialmente habían anunciado incrementos de precios de entre el 5% y el 15% dieron marcha atrás al observar la estabilidad cambiaria”.

Otro elemento que habría contribuido a contener la inflación fue la desaceleración del rubro alimentos y bebidas, que habría pasado de una suba del 6% en marzo a alrededor del 4% en abril. También incidieron las decisiones del Gobierno de frenar la indexación automática y contener los aumentos de tarifas: “Incrementos en servicios como luz, gas, agua, transporte y combustibles tendrían aumentos menores al 2%, marcando una menor incidencia mensual”, resumió Montalvo.

Empiria: 3,2%


Desde la consultora Empiria, la estimación de inflación para abril se ubica en el 3,2%, un valor por debajo del registro de marzo. Para Mateo Borenstein, consultor económico de la firma, el dato refleja que “la salida del cepo tuvo un impacto menor de lo esperado en precios”, señaló.

Un punto clave en esta dinámica fueron los precios regulados, que actuaron como ancla en el índice general. “Probablemente traccionen hacia abajo los precios”, explicó Borenstein. No obstante, aclaró que la inflación núcleo —es decir, aquella que excluye precios regulados y estacionales— “posiblemente esté unas décimas por encima de la inflación, debido a la volatilidad que pudo haber generado la salida del cepo en la segunda mitad del mes”.

«El bajo impacto en los precios de la salida del cepo se explica en que no fue traumatizante y el dólar se mantuvo estable estas dos semanas.»

Mateo Borenstein, consultor económico de Empiria.

Al igual que otras consultoras, en Empiria interpretan que parte del traslado a precios ya se había adelantado al mes de marzo, en especial en el rubro alimentos. “El bajo impacto en los precios de la salida del cepo se explica en que no fue traumatizante y el dólar se mantuvo estable estas dos semanas”.

De cara a los próximos meses, Borenstein se muestra cautamente optimista: “Más allá de la salida del cepo y la suba de los precios de marzo, la trayectoria de la inflación debería continuar a la baja siempre y cuando los fundamentals de la economía argentina no cambien”. 

Libertad y Progreso: 3,1%


Desde la Fundación Libertad y Progreso estiman que la inflación de abril se habría ubicado en torno al 3,1%, una cifra que representa una desaceleración respecto al dato oficial de marzo (3,7%) y que está por debajo de proyecciones previas

Para Lautaro Moschet, economista de la institución, dos factores ayudan a explicar el comportamiento de los precios en abril. “Durante marzo hubo fuertes aumentos en educación y alimentos —particularmente en verduras— que fueron estacionales y no esperamos se repitan en abril”, señaló. A eso se suma un contexto de incertidumbre previa: “Las negociaciones con el FMI y la incógnita sobre un nuevo esquema cambiario con riesgo de devaluación llevó a que muchos empresarios se anticipen y aumenten sus precios”, lo que habría adelantado parte del pass-through.

«Las negociaciones con el FMI y la incógnita sobre un nuevo esquema cambiario con riesgo de devaluación llevó a que muchos empresarios se anticipen y aumenten sus precios.»

Lautaro Moschet, economista de Libertad y Progreso.

Sin embargo, el desenlace fue menos disruptivo de lo anticipado. “La salida del cepo fue con un pequeño salto del tipo de cambio oficial y los tipos de cambio financieros retrocedieron”, indicó Moschet. Según los relevamientos semanales de la consultora, “no vimos implicancia significativa sobre el índice de precios tras la unificación cambiaria”.

De cara al futuro, el economista proyecta una tendencia a la baja más marcada: “Con esta nueva fase de la política monetaria, es de esperar que la inflación vuelva a desacelerarse y pueda quebrar el 2% mensual en los próximos meses”.

LCG: entre 3% y 3,5%


La consultora LCG proyecta que la inflación de abril se ubicó en un rango del 3% al 3,5%, levemente por debajo del dato oficial de marzo. “Todavía hay incertidumbre respecto de cómo funcionará el régimen de bandas cambiarias”, advirtió Javier Okseniuk, director ejecutivo de la firma, al referirse a uno de los factores que siguen condicionando las expectativas inflacionarias.

Según explicó, el relevamiento de precios de alimentos y bebidas que realiza la consultora arrojó una variación promedio del 3,4% en las últimas cuatro semanas, un valor similar al del mes anterior. En ese sentido, Okseniuk destacó que los precios regulados —como prepagas, telefonía y transporte público— continuaron aumentando por encima del 2% mensual y aportarían “medio punto” al índice general de inflación.

«La desaceleración de las últimas semanas de abril deja un arrastre virtuoso para mayo.»

Javier Okseniuk, director ejecutivo de LCG.

Sin embargo, al igual que en otras estimaciones privadas, los precios estacionales mostraron una moderación en abril, en contraste con los picos de marzo: “Los estacionales, que fueron elevados en marzo por el fuerte aumento de verduras, estuvieron más calmos en abril”.

Además, el economista subrayó que el cierre del mes dejó señales positivas hacia adelante: “La desaceleración de las últimas semanas de abril deja un arrastre virtuoso para mayo”, concluyó.

EcoGo: 3%


Según el último relevamiento de precios minoristas de la consultora Ecogo, correspondiente a la cuarta semana de abril, la inflación del mes pasado se habría ubicado en el 3,0% mensual. Se trata de un dato preliminar, sujeto a revisión, pero que refleja una dinámica más moderada de lo que se esperaba al inicio del mes. “La baja respecto a la semana previa responde a una menor variación a la esperada en el rubro alimentos”, detalla el informe.

En efecto, el componente de alimentos consumidos dentro del hogar mostró una suba del 3,7%, mientras que los alimentos consumidos fuera del hogar aumentaron 4,4%, llevando la inflación de este rubro al 3,9% mensual. Pese a estas subas, el traspaso a precios tras el levantamiento del cepo habría sido menor al anticipado. “El pass-through luego del levantamiento del cepo —al menos para las personas físicas— fue menor al esperado, en un contexto donde la demanda no termina de recuperarse”, señala el reporte, que también apunta a la recomposición pendiente del poder adquisitivo: “Los salarios aún están por debajo de lo registrado en noviembre del 2023 para la mayoría de los segmentos”.

El informe también desagrega el comportamiento de los distintos componentes del IPC: los precios estacionales habrían subido 6,4% en el mes, mientras que los regulados lo hicieron un 2,7%.

Macroview: 3,2%


Desde la consultora Macroview estiman que la inflación de abril fue del 3,2% mensual, en línea con otras mediciones privadas. Según Facundo Martínez Maino, director de la firma, el impacto de la salida del cepo sobre los precios fue, por ahora, muy acotado.

“La devaluación fue baja al momento y ubica al dólar mayorista al nivel que estaba el dólar blend de los exportadores”, explicó, lo cual implicó que “la mesa de los argentinos no está recibiendo un tipo de cambio más alto y los importados están incidiendo poco”. En ese marco, el economista concluyó: “El pass-through que estamos verificando es imperceptible por el momento”.


Terminó abril, y será recordado como el mes en que se materializó un nuevo acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desembolsos y refinanciación: eso es lo que el Gobierno pedía y obtuvo. Pero la “contraprestación” implicaba, a priori, un costo social (en un año electoral).

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