El pulso de los gobernadores
El federalismo en la Argentina está rengo desde que en 1996 la Constitución Nacional ordenó una ley de Coparticipación que nadie se anima a discutir. Sin reglas claras, todo se hace mucho más difícil y la discusión queda a merced de la fuerza de las partes. En general, la Nación avasalla a las provincias y otras veces, los gobernadores buscan acercamientos. No son todos iguales, sus posturas políticas son heterogéneas, pero a veces toman nota de su valía y tratan de hacer pesar su importancia política.
Otro ejemplo de haber dormido la institucionalidad es la puesta en marcha del Pacto de Mayo, un intento federal para darle juego político a buena parte de los actores de la sociedad, que lleva ya una apreciable demora. Tan importante le resulta hoy al Gobierno la coyuntura electoral y la necesidad de seducir a los mandatarios provinciales para ganar bancas a través de pactos electorales, si fuese necesario provincia por provincia, o al menos para lograr que no haya interferencias, que 11 meses después de la firma rimbombante del Acta en Tucumán, el presidente avanzó por Decreto para darle forma al elenco de políticos, empresarios y sindicalistas que deberán proponer leyes desde el Consejo de Mayo.
La política hoy está jugando en tiempos de elecciones, y en esa instancia los gobernadores han pasado a ser actores claves. Muchos lo están aprovechando, conocida la que es por ahora la mayor debilidad objetiva del Gobierno nacional: la carencia de representación en el Congreso. Bastante seguros de que La Libertad Avanza necesita consolidar una masa legislativa capaz de darle mayor presencia durante los dos años que le quedan de mandato al presidente, algunos de ellos se han ocupado en los últimos meses de seducir y de marcarle simultáneamente la cancha al gobierno nacional.
La mayor parte busca recuperar fondos para sus provincias, mientras que otros generan diálogos mano a mano para armar fuerzas electorales conjuntas. En medio de esa coreografía para prevalecer, deviene la sensación de que se han tornado más que importantes, que se los llama a la Casa Rosada y que hoy se los considera en cuestiones puntuales, como la adhesión al Régimen Simplificado de Ganancias, para poner a circular los dólares no declarados que necesita la Nación para dinamizar la economía, algo que al día de hoy le resulta más prioritario que la puja política que sobrevendrá.
El sistema propuesto busca preservar la información vinculada a los consumos personales y a los incrementos patrimoniales de los contribuyentes, pero algunas provincias no quieren saber nada con dejar de controlar estas cuestiones desde las agencias de recaudación. Ya son 14 las que han adherido, entre ellas Chubut, Neuquén y Río Negro y esa cercanía de objetivos le ha permitido al oficialismo pedirle a todas que lo acompañen en el Congreso para sacar lo más rápidamente posible la ley que busca blindar el pasado de los tenedores de dólares.
Con picardía y para mostrarle al oficialismo quién tiene la iniciativa, muchos legisladores de las provincias contribuyeron el miércoles al quórum en la sesión de Diputados en la que se aprobó con media sanción el aumento de 7,2% a jubilados por un índice que no se había considerado cuando se hizo el empalme de sistemas el año pasado, se incrementó el bono fijo a $ 110 mil, se autorizó una prórroga de la moratoria previsional y también el giro parcial a varias cajas de provincias. Una de cal y otra de arena. Hasta el PRO apretó con 9 abstenciones.
La mirada pasa ahora a la Cámara Alta, donde los números no le dan al oficialismo. Por la representación de cada provincia que ejercen los senadores, existe allí una mayor dependencia de muchos de ellos hacia el Ejecutivo. Si la votación diera a favor de lo resuelto en Diputados y el proyecto jubilatorio se convierte en Ley, entonces llegará el veto prometido por Milei, para lo cual se necesitarán votos para sostenerlo. En cambio, si es rechazado, volverá a los diputados quienes podrían insistir, pero con los dos tercios. Dos oportunidades más para que los gobernadores le aprieten un poco más las clavijas a la Nación.
Comentarios