Pese a las críticas, Weretilneck y Figueroa firmaron el acuerdo por el “dólar colchón”

Tras llevar una postura crítica sobre los recortes de Nación en el encuentro del CFI, ambos gobernadores adhirieron al régimen simplificado de Ganancias e intercambio de información tributaria.

Las declaraciones del gobernador Alberto Weretilneck hacían presagiar una disputa entre Río Negro y Casa Rosada que no fue tal. Incluso fue significativo que, por primera vez en la gestión de Javier Milei, haya habido consenso entre todos los gobernadores para reclamar una ley tributaria federal y defender el equilibrio fiscal aunque con matices.

El encuentro del que participaron 23 de los 24 gobernadores se hizo bajo la asistencia del Consejo Federal de Inversiones (CFI), un ente que intenta mostrarse neutral y que empieza a ser imprescindible en la recuperación de proyectos de infraestructura, frente a la caída de la recaudación y de las transferencias no automáticas de Nación a las arcas provinciales.

Antes del arranque de la cumbre los únicos que pararon a hablar con los periodistas, entre ellos Río Negro, fueron Weretilneck y el mandatario neuquino Rolando Figueroa. Ambos se mostraron prudentes en sus declaraciones respecto al Gobierno nacional.

Antes de subir al piso 21 del edificio de Azopardo 750, el rionegrino no evitó un tema incómodo como la situación fiscal de las provincias y el impacto de la merma en las transferencias no automáticas. “La recesión es muy clara”, indicó sobre la caída del 20% de la recaudación.

Figueroa, por su part,e destacó la necesidad de diálogo entre gobernadores, aunque siempre con ánimo de “construir”. Reconoció la disminución de las transferencias y -como todos sus pares- suavizó la queja sobre las obligaciones que les delegó Nación, como la obra pública. Sin embargo calificó de positivo el impacto del anuncio de flexibilización de los controles para sacar los “dólares del colchón” por la posibilidad de que impulse una mayor recaudación en concepto de Ingresos Brutos y de la Coparticipación a través del IVA.

“A las provincias las beneficia, estamos viendo el artilugio legal que se necesita, como la modificación de la ley de procedimiento tributario y la modificación de las prescripciones”, explicó en sintonía con lo que manifestó la mayoría de los mandatarios.

De hecho, apenas terminó el encuentro en las oficinas que transitoriamente ocupa el CFI -mientras están las propias en obra- tanto Weretilneck como Figueroa se fueron a Casa Rosada donde firmaron el convenio de intercambio de información entre Río Negro y ARCA en el marco del Plan de Reparación Histórica de los Ahorros con el que se apunta a poner en circulación los dólares o pesos no declarados. Se sumaron así a otros 10 mandatarios que estamparon su firma. Ninguno de los dos habló ni en el ingreso ni al retirarse de Casa de Gobierno.

Asistencia casi completa


Más importante fue la reunión en el CFI. Fueron veintitrés de los veinticuatro gobernadores los que se reunieron con la excusa de acordar un fondo para compensar la caída del flujo de recursos nacionales en infraestructura.

Justo el tema por el que Weretilneck anunció que irá a la Justicia contra el Gobierno nacional. Incluso participó Jorge Macri, aunque la Ciudad no integra el CFI; se sumó el santacruceño Claudio Vidal –habitualmente esquivo-; y sólo hubo un ausente con aviso: el correntino Gustavo Valdés, que está más preocupado por la elección a gobernador del 31 de agosto que por estas cuestione.

Sin ánimo de aparecer como un frente ‘antiMilei’, no hubo ni documento ni declaraciones de alto voltaje a pesar de la asistencia perfecta del peronismo duro.

En cambio ofició de vocero un moderado Ignacio Torres (Chubut) que anunció el pedido de audiencia al Gobierno nacional para discutir en conjunto el proyecto de reforma fiscal, una ley que se espera sea federal y contemple el impacto en las economías regionales. Según trascendió intentarán reunirse dentro de dos semanas. “Hay que reflotar el espíritu de cuerpo del Pacto de Mayo”, destacó Torres mientras el resto de los patagónicos se retiraba por el estacionamiento. Un dato para no olvidar: la mayoría de los peronistas no firmó aquel acuerdo.

Puertas adentro, el santafesino Maximiliano Pullaro planteó una posición dialoguista para avanzar sobre temas estructurales y no de coyuntura, en los que sería difícil llegar a un acuerdo entre signos políticos distintos.

De todos modos, y aunque no quisieron plantear condiciones al Gobierno, es evidente que intentarán exponerlas en un bloque sólido a sabiendas de que una reforma tributaria requiere de mayorías calificadas.

La reunión tuvo matices. Valdés, por ejemplo, avisó que compartía el espíritu siempre y cuando no hubiera un reclamo fuerte al Gobierno por lo que seguramente le quedó cómodo el tono amable de Torres. “Queremos una reforma fiscal inteligente, no queremos votar las leyes menos malas” expresó el patagónico y agregó que “hay vocación y voluntad de ir a un país normal” porque “nadie está en contra de sostener el equilibrio fiscal”.

En su declaración englobó también al peronismo. Sin embargo al tomar la palabra el bonaerense Axel Kicillof mencionó el ajuste de la inversión nacional en infraestructura. Advirtió que en 2024 se registró la inversión más baja en 22 años y que en concepto de impuestos se recaudaron $ 3.5 billones que no fueron ejecutados en obra pública. De esas partidas, $ 1.2 billones corresponden al Sistema Vial Integrado: $200 mil millones al Fondo para Infraestructura Pública y $ 2.1 billones por el Impuesto PAÍS. Sobre la obra vial, explicó que sólo el 47% de las rutas están en buen estado; el 23.5% en estado regular y el resto, en mal estado.


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