El crudo rionegrino nació en Ñirihuau
Se conoció por los afloramientos naturales. Se usó como combustible y como brea para los barcos.
El valle del río Ñirihuau. Por su belleza y su cercanía a los parques nacionales, sería hoy muy complicada allí la actividad petrolera.
MUY CERCA DE BARILOCHE
La primera perforación en territorio rionegrino fue cerca del aeropuerto de Bariloche.
Karim Nasser (*)
istóricamente se asume que la actividad petrolera en Río Negro comenzó en 1959 con el hallazgo de petróleo en Catriel, pero no es así porque no se tiene en cuenta la primera experiencia de Ñirihuau, en cercanías de Bariloche. Fue a principios de siglo, cuando imperaba un contexto político, energético y económico muy particular en la Argentina. A partir de 1904, el Estado argentino comenzó a mirar la Patagonia desde la perspectiva económico-energética y mandó a efectuar exploraciones geológicas para conocer las potencialidades de los nuevos territorios. Por aquellos años, la Argentina era uno de los principales productores mundiales de alimentos que exportaban a todo el mundo. Este sistema tenía una marcada debilidad: su subordinación al carbón, que era el principal recurso energético que movilizaba la producción agrícola-ganadera y su transporte por barcos (a vapor) a los mercados mundiales. La economía argentina se veía sometida a los precios internacionales del carbón, proveniente de Gran Bretaña, lo que ocasionaba desequilibrios en la balanza de pagos del país. Por esta razón se buscó en el territorio patagónico reservorios de recursos energéticos que lo suplieran. Por ello se fundó la Dirección de Minas, Geología e Hidrológica, que trajo a numerosos especialistas al país para conocer el suelo y subsuelo. En aquellos años no se sabía bien qué recurso podría ser el adecuado: el carbón o el petróleo (llamado por aquel entonces con diversos nombres como querosén, bitumen de Judea, aceite de carbón, aceite de petróleo, etcétera) El descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia en 1907 da comienzo a la actividad petrolera del Estado argentino. La Dirección de Minas y Geología empieza a explorar en la Norpatagonia reservorios de petróleo en la cordillera del Viento (cerca de Chos Malal), las zonas cercanas a Bariloche (por los depósitos de carbón), así como el cerro Lotean en el territorio nacional del Neuquén y el volcán Auca Mahuida. El descubrimiento del “oro negro” en Comodoro Rivadavia resultó toda una revolución mundial. La Argentina fue el séptimo país donde se encontraba petróleo en el mundo, lo que alentó al capital privado a intentar exploraciones y explotaciones en diversos puntos. La empresa de capitales alemanes La Chile Argentina, asentada en Santiago, dedicada al transporte de personas y la comercialización de diversos productos entre los dos países, comenzó a explorar en cercanías de Bariloche –en la zona denominada Ñirihuau– los afloramientos de petróleo. El crudo de Ñirihuau era conocido desde la época colonial española, se lo podía encontrar en los puertos del sur de Chile como brea para la reparación de barcos o como aceite para iluminación. Las comunidades originarias conocían las propiedades del lugar porque los animales tenían comportamientos extraños en la zona, debido posiblemente a los afloramientos de gas. La intención de la empresa era utilizarlo como combustible para sus embarcaciones, que recorrían el lago Nahuel Huapi o comercializar alguno de sus derivados en la zona. La experiencia tuvo poco éxito y las exploraciones y perforaciones fueron abandonadas al poco tiempo. La Dirección de Minas y Geología envió al doctor Bailey Willys a la zona para hacer un recorrido geológico-topográfico en los valles intermontanos del Nahuel Huapi en 1911; él le restó importancia económica al aprovechamiento de los afloramientos. A los pocos años, en 1916, con el boom petrolero despertado por el hallazgo en Plaza Huincul, un intrépido y tenaz hombre de negocios de Santiago de Chile, Lorenzo Soriano Rosas, quedó impresionado por los afloramientos y solicitó permisos de cateo para realizar exploraciones y perforaciones. Hacia 1918 comenzó a perforar en la zona del actual aeropuerto de Bariloche, para ello realizó una inversión comprando calderas, cañerías perforadoras y herramientas, y transportándolo a al lugar. Soriano Rozas realizó tres perforaciones de 99, 98 y 86 metros de profundidad. Pese a las precarias condiciones, la primera perforación arrojó petróleo, agua y gas. La segunda se realizó en el valle donde nace el arroyo Las Minas, tributario del río Ñirihuau (había un afluente de brea natural); las perforaciones de 1918 arrojaron bastante petróleo y mucho gas. Las tareas de Soriano Rozas resultaron exitosas al principio, luego dejaron de producir hidrocarburos; no obstante realizó un nuevo emprendimiento. En 1922 perforó un pozo en el arroyo Las Minas en la margen opuesta a la anterior locación, llegando a una profundidad de 152 metros, que tuvo que ser abandonada por la pérdida del trépano en el interior de la perforación. Hacia 1918 el gobierno nacional envió al doctor en Geología Juan Rassmuss a observar las actividades petrolíferas y a explorar los depósitos de carbón (para ver las posibilidades de explotación comercial) adyacentes al lago Nahuel Huapi. El resultado de estas observaciones de inspección geológica fueron publicadas en el boletín número 28 de la Dirección de Minas, Geología e Hidrológica, que se convirtió meses más tarde en la nueva empresa de petróleos creada por el radicalismo, Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Se pensaba detener los intentos de lo trusts ingleses y norteamericanos por controlar el petróleo argentino, para poder dominar el precio de los combustibles que incidían en los costos de producción y de transporte de la actividad agrícola-ganadera. YPF se interesó en la década del 20 por Ñirihuau, mencionándolo como posible lugar de exploración y explotación; los éxitos de Plaza Huincul opacaron estas intenciones, pero en 1933 y 1934 la empresa retomó el interés e instaló un campamento con dos perforaciones, trasladó personal, equipamientos, herramientas y le dio una importante difusión a las actividades en los boletines de información petrolera. YPF perforó 6 ó 7 pozos en total en el lugar. Las perforaciones llegaron a una profundidad de 452 metros y encontraron importantes cantidades de impregnaciones de petróleo en el subsuelo, pero se pudo en poca cantidad. Los trabajos fueron en lugares donde el petróleo brotaba naturalmente, lo que era producto de la migración del petróleo en rocas y arenas impregnadas. Las perforaciones no lograron encontrar la beta madre, que es sitio donde se halla habitualmente el mayor reservorio de petróleo. Las actividades de YPF no dieron los resultados económicos comerciales que justificaran la inversión que se estaba haciendo en Ñirihuau, por eso las actividades se postergaron indefinidamente. El crudo de Río Negro fue descubierto en la zona de Ñirihuau, la primera experiencia petrolífera y gasífera rionegrina. Esta localización se produjo antes que en el territorio de Santa Cruz, en Tierra del Fuego y La Pampa. La falta de cumplimento de las expectativas se debió a la poca cantidad de petróleo hallada en las extracciones, lo que hacía inviable financieramente la continuidad de las operaciones. En cuanto al gas de Ñirihuau (que era abundante) YPF no contaba en esos momentos con capacidad técnica, de almacenamiento ni transporte para explotarlo. El petróleo localizado en tierras rionegrinas debió recorrer un sinuoso y difícil camino para ser extraído y constituir un recurso importante para la nación, así como para la provincia que nació en 1957. (*) Profesor en Historia, integrante del equipo Cehepyc de la Facultad de Humanidades UNC.
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