El desempleo superó el récord de 1995, con un 17 por ciento

NEUQUEN (AN).- Desde octubre de 1999 a mayo de este año, un promedio mensual de 945 neuquinas y neuquinos quedó fuera del mercado laboral. Ese total de 5.670 personas forma parte de la porción de 19.100 desocupados en el principal aglomerado urbano de la provincia, constituido por esta capital y Plottier, donde la tasa de desempleo llegó a un histórico 17 por ciento, según anunció ayer el gobernador Jorge Sobisch.

Diariamente y durante seis meses cuya mayor parte coincide con el actual gobierno, más de 31 personas perdieron su trabajo. En ese lapso, el único efecto morigerador del desempleo fue la cosecha frutícola, que estacionalmente hace descender los niveles de desempleo en Confluencia.

El mandatario provincial, que recibió a periodistas en su despacho, dijo que el índice, «que da el 17 por ciento, resulta preocupante». El dato le sirvió para argumentar a su favor en la discusión instalada sobre la prórroga de acuerdos con Repsol-YPF, y dijo que es necesario «generar fuentes de trabajo genuinas». Sin embargo, en esta oportunidad el recorte de empleo público dispuesto por las autoridades a poco de asumir -se calcula que entre 1.500 y 2.500 personas perdieron su empleo por cesantías o caducidad de los contratos de servicios-, sin contar la depuración de los padrones de la ley 2128 de asistencia ocupacional. En todo caso y, pese a la depreciación en las remuneraciones, de manera directa -empleo público o subsidio- o indirecta -contratos u obra pública-, el Estado sigue siendo el principal factor generador de empleo en la provincia.

Sobisch conjeturó que la desocupación media nacional será algo menor -un punto aproximadamente- a la tasa provincial, y dijo que en Neuquén «se privilegió el clientelismo político por sobre las inversiones genuinas». Pese a ello, aseguró que se contuvo la crisis social pero ese porcentaje «ratifica que estamos en emergencia, que no estoy mintiendo».

El pico anterior de la desocupación -16,7 por ciento en mayo de 1995- fue una de las razones esgrimidas por el gobierno encabezado por Sobisch y los legisladores de entonces para sancionar ese fondo de desempleo que se constituyó en único en el país: a finales de ese año había unos doce mil beneficiarios, aunque en la actualidad ese padrón se redujo a poco más de diez mil. La población total encuadrada en programas de asistencia a desempleados, con los planes nacionales -Trabajar, Servicios comunitarios en sus distintas versiones, y Social Agropecuario-, era en octubre pasado de 14.800.

Ahora se estima un crecimiento de la subocupación similar al que se verificó en el resto del país, en sintonía con la desocupación, con lo cual se puede llegar a unas 16.000 personas incluidas en programas y regímenes de subsidios al desempleo en el aglomerado urbano más importante de la Patagonia norte. Las cifras, que difundirán este jueves el Indec permiten establecer que un total de 35 mil personas tienen problemas de empleo en esta capital.

Esa cantidad equivale a la población entera residente al oeste de la calle Rufino Ortega hasta el aeropuerto. Con esos datos y la destrucción del tejido social, en Neuquén los hogares con necesidades básicas insatisfechas son el 18,5 por ciento y nuclean a una franja de población de casi 50 mil personas.

En paralelo con el crecimiento de la desocupación se produjo un deterioro del nivel salarial en la provincia, producto de la flexibilización y precarización laboral. A tal punto que, según datos oficiales de la oficina de estadística de la provincia, en octubre de 1997 se consideraba bajo un promedio mensual de ingresos del orden de los 321,77 pesos. En cambio, dos años después, esa media había descendido a 300,88, es decir, cayó más del tres por ciento.

Ese panorama indica «a las claras cómo se ha abandonado el desarrollo provincial», subrayó Sobisch, y en cambio se insistió -en referencia a la administración anterior- en un «modelo que está agotado». En el mercado laboral neuquino, la mayor proporción se ubica en un nivel de ingreso bajo: los hogares pobres disponen del 16,4 por ciento de lo que perciben los de mayores recursos. Además, el trabajo se encuentra altamente terciarizado, con un 50 por ciento de los ocupados del ámbito privado en esta franja, y el 29.5 por ciento en el ámbito estatal.

El promedio nacional sería 1,5% menor

NEUQUEN (AN).- Desde hace una semana, los trascendidos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Indec, clavaron el índice de desempleo en el 15,5 por ciento en todo el país. Esa media nacional afecta sobre todo a mujeres y jóvenes y, de esa franja, con mayor crudeza a quienes tienen bajo nivel de instrucción.

Entre los gremios más vulnerables, encabeza la escala la construcción, que aporta el mayor índice de desocupación y una creciente proporción de trabajo en negro -sin aportes sociales ni previsionales y fuera de todo sistema de seguridad laboral-. En números, el 15,5 por ciento se traduce en más de dos millones de desocupados en el país, y es la cifra absoluta más alta desde mayo de 1997, cuando la tasa tocó el 16,1 por ciento. La diferencia radica en que entonces, la subocupación era de un dígito, y se estima que el anuncio del jueves llegará al 16 por ciento, con lo cual se calcula que en mayo, la Argentina tenía unas cuatro millones de personas con problemas de empleo.

Estimaciones del Indec establecieron que el trabajo en negro e informal representa el 40 por ciento de la gente en condiciones de trabajar, al tiempo que el ingreso medio de los ocupados volvió a descender debido a la pérdida del poder adquisitivo del salario combinada con la reforma fiscal -«impuestazo»- que el gobierno de Fernando de la Rúa impuso para los sueldos brutos superiores a los 1.500 pesos mensuales.

Según los datos publicados ayer por el diario «Clarín» , en mayo del año pasado, con un desempleo del 14,5 por ciento, la desocupación en la construcción era del 27,4 por ciento, pero en esta onda puede llegar al 32 por ciento. En Neuquén, es uno de los gremios con mayores problemas, y sus dirigentes oficializan una cifra de desocupación exorbitante: entre 3.500 y 4.000 desempleados sobre un padrón de ocho mil afiliados titulares a la obra social.

En ambos casos -el nacional y el provincial- la paralización de la obra pública resulta preponderante, por lo cual, también en las dos jurisdicciones, se apunta a la reactivación a través del programa de infraestructura.

El tercer factor que influyó en la nueva marca de desempleo fue la expulsión de mano de obra por parte de la industria manufacturera y los gobiernos nacional y provinciales, que desde el diez de diciembre instrumentaron con mayor o menor éxito y con más o menos profundidad, programas de ajuste y racionalización del gasto.

En el interior neuquino la historia es otra

NEUQUEN (AN).- Las asimetrías en el mercado laboral se agudizan más en el interior, donde existen unos 13 mil desocupados que habitan la zona rural, aunque el desempleo castiga más de Zapala al norte. En el sur, según confiaron voceros del gobierno, «la cuestión está más contenida».

De acuerdo con una publicación que tiene ya un año de realizada, en la provincia hay unas 60 mil personas con serios problemas de trabajo, entre ocupados que buscan otro empleo, subocupados que tras cuatro o menos horas de actividad buscan otra o desempleados absolutos.

En Catán Lil, cinco de cada diez pobladores no tiene empleo fijo ni perspectivas de obtenerlo y en Las Coloradas, 500 personas están con dificultades sobre una población económicamente activa de 1.100 habitantes.

La situación en el norte

En el norte neuquino -Las Ovejas, Manzano Amargo, Varvarco-, 900 neuquinas y neuquinos están desocupados, y representan el 35,6 por ciento de la PEA en esa zona.

En el departamento Ñorquín, 600 personas desocupadas -33,8 por ciento de la fuerza laboral- y se verifican situaciones parecidas en Loncopué, Aluminé y Añelo, con tasas que oscilan entre el 26 y el 31 por ciento.

La menor desocupación está en la zona sur -Los Lagos, Lácar- y en Rincón de los Sauces -Pehuenches- que exhiben las tasas más bajas en comparación con el norte provincial.

Las intermedias están en Chos Malal, Collón Cura, Picún Leufú, Huiliches y Picunches, con porcentajes que oscilan entre el 17 y el 22 por ciento.

También creció la cantidad de gente que sale a ofrecer trabajo

Neuquén presenta características muy especiales que influyen en forma decisiva en la evolución de la oferta laboral. Tal vez la mas importante radica en el nivel de la tasa de actividad de la provincia, es decir la cantidad de gente que sale a ofertar su trabajo, una de las variables que define la tasa de desempleo.

La provincia posee una estructura poblacional muy joven, lo que quiere decir que hay un gran potencial de personal a incorporarse al mercado laboral. El 35 por ciento del total de la población de la provincia es pasiva transitoria (menos de 14 años) mientras que el 62 por ciento corresponde a personas en edades económicamente activas (entre 15 y 65 años). La contracara de este fenómeno es la poca cantidad de personas de edades elevadas. La oferta de trabajo, medida a través de la Población Económicamente Activa (PEA), se concentra en un 65por ciento en edades que van de los 25 a los 49 años, de los cuales el 60 por ciento declaran poseer un bajo o medio nivel de instrucción, lo que ello implica que a los sumo tienen un nivel secundario incompleto. La otra variable que define la tasa de desempleo es la demanda de trabajo que existe en la región.

En este sentido, es importante recordar que el nivel de actividad económica no se modificó este último año en la toda la Patagonia norte como así también no influyó la flexibilización laboral como para marcar un cambio de tendencia sobre la demanda.

Todo esto muestra que la demanda de trabajo se mantuvo estable con tendencia a la baja mientras que la oferta creció sensiblemente con la incorporación de nuevos brazos en el sistema laboral.

La ecuación es simple: la tasa de desempleo aumenta. Y es lo que esta pasando hoy en Neuquén. El problema para la provincia no esta dado por el 17 por ciento que va a salir de las estadísticas de mayo, si no en como poder revertir este esquema teniendo en cuenta que la demanda de trabajo crecerá en forma sensible ya que la tasa de actividad muestra también esta tendencia.