El perfil de la primera mujer gobernadora de Río Negro

Arabela Carreras inició su participación política en 2004 con el partido vecinal de Bariloche, Sur, bajo el ala del exintendente Alberto Icare. Su acercamiento con Soria la llevó a la Legislatura 8 años atrás y ayer se convirtió en gobernadora electa.

Arabela Carreras llega a la gobernación como una figura casi desconocida en todo Río Negro, a excepción de Bariloche, su ciudad natal y donde comenzó a forjar su formación política desde hace 15 años.

Carreras es licenciada en Letras Modernas, estudió en la Universidad de Córdoba y de su paso por la capital de la provincia mediterránea tiene un dejo cordobés en su modo de hablar. Tiene 49 años, está casada, no tiene hijos y se asume ser una persona de fe.

Es una mujer activa, que confesó ser vegetariana, realiza ejercicio físico cada mañana y está atenta a la prensa antes de comenzar el día.

Trabajó como docente de nivel medio y se inició en la política como militante del partido vecinal Sur, bajo el ala de Alberto Icare, quien tras la crisis del 2001 surgió como una figura política de las bases que llegó incluso a captar la atención de la esfera nacional por la particularidad de su figura.

Se puede fijar en el año 2004 el inicio de Carreras en la política. Fue secretaria privada del intendente Icare y luego subsecretaria de Desarrollo Económico. En 2006 encabezó al lista de convencionales para la reforma de la Carta Orgánica Municipal, bajo el sello del Frente para la Victoria, alianza que integraba el partido Sur y presidió la convención que terminó con la nueva Carta Orgánica de Bariloche en la se imprimió una fuerte impronta ambiental pero también participativa, con nuevo modelos de participación ciudadana.

De regreso a su función en Desarrollo Económico, Carreras impulsó un modo de presupuesto participativo que en las posteriores gestiones locales quedó desactivado.

En 2007 el partido Sur sumó a Carreras en su lista de concejales y asumió su banca. Desde la oposición al exintendente radical Marcelo Cascón tuvo un rol activo y un crecimiento político que la llevó a acercarse a Carlos Soria y al entonces legislador Carlos Peralta que no dudaron en incorporarla en la lista sábana de legisladores por el Frente para la Victoria, en una posición expectante que le permitió llegar a la Legislatura a fines de 2011.

De inmediato en su nuevo rol, Carreras fue protagonista al ser la vocera y miembro informante en la Legislatura de la ley que rehabilitó la minería con cianuro en Río Negro, un proyecto que Soria pregonó en campaña y uno de los primeros en activar al asumir su corta gobernación.

Carreras profundizó su identificación con la fuerza que la llevó a la Legislatura y se afilió al PJ en enero de 2012.

Con el nuevo escenario político provincial, Carreras fue de las dirigentes que llegaron con Soria y que se quedaron con Weretilneck. Tuvo un rol protagónico en el Consejo de la Magistratura como representante del oficialismo y en 2015 fue reelecta legisladora por la lista sábana de Juntos Somos Río Negro.

Consolidó su acercamiento al gobernador y se posicionó como una de las referentes cercanas al mandatario. En septiembre de 2017 el gobernador la designó ministra de Turismo, Cultura y Deportes, cargo en el que permaneció hasta hace pocas semanas cuando fue oficializada como compañera de fórmula de Weretilneck.

Luego, los designios de la política la bendijeron para liderar el proyecto, con Weretilneck fuera de la fórmula, y ayer finalmente se convirtió en la primera gobernadora electa de Río Negro, con el 52% de los votos.


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