Reactivación de Otasa: las pruebas del lado chileno y lo que se viene en Vaca Muerta
Qué hará la empresa chilena Enap con los primeros cargamentos de petróleo que recibirá desde Vaca Muerta. Para el shale es una oportunidad para gambetear los cuellos de botella, en el corto plazo.
El reinicio de las exportaciones de petróleo a Chile a través del Oleoducto Trasandino (Otasa) significa todo un hito para ambas naciones y en especial para Vaca Muerta que necesita nuevos mercados y redes de transporte. En poco tiempo comenzarán las pruebas por parte del país vecino que serán clave para definir qué tipo de acuerdo se firma, para el mediano y largo plazo.
A través de un comunicado oficial, la empresa chilena Enap anunció la firma de un contrato spot con YPF para la compra de 41.000 barriles de petróleo diarios, en un plazo de 45 días, entre mayo y junio de este año. Pese a las formalidades del contrato, este primer acuerdo es algo más que un intercambio comercial entre países.
En números
- 41.000
- barriles de petróleo por día se exportarán entre mayo y junio, según comunicó la chilena Enap.
El objetivo principal es que, hacia finales de año, el caño transporte cerca de 70.000 barriles de petróleo por día, ya que para alcanzar su tope (109.000 barriles por día) es necesario que Enap haga un reacondicionamiento de las instalaciones, en el lado chileno. Además de eso, también es vital que se inaugure el oleoducto Vaca Muerta Norte, que llevará más producción a la zona de Puesto Hernández donde está la cabecera de Otasa.
Qué definirá Enap con las primeras entregas
Como marcamos más arriba, el reciente acuerdo firmado entre la petrolera de bandera y Enap es más que un intercambio comercial, ya que el objetivo principal es el de hacer pruebas de todo tipo, no solo del producto, sino también de las instalaciones.
Es decir que podría definirse como un acuerdo que tiene una intencionalidad más operativa más que una transacción de un commodity.
Hasta hace poco se probó la integridad del caño con envíos de agua y herramientas específicas para tal tarea. Ahora se deberá probar cómo se comportan las instalaciones cuando se transporte la carga de petróleo crudo, las bombas y todo el sistema.
Tras las intensas pruebas que se realizaron en la previa, las expectativas en cuanto a la infraestructura son más que positivas. Las siguientes evaluaciones tienen que ver más con el producto y, para eso, deben comenzar los envíos.
Una vez que la empresa chilena comience a recibir las cargas, recién ahí tendrá los volúmenes necesarios para hacer las pruebas de calidad. Luego se definirá qué grado de refinación podrá tener y si ese crudo podrá tratarlo en esas instalaciones o tendrá que llevarlo a otras plantas.
Por lo general, las refinadoras del país vecino están más acostumbradas a recibir crudos un poco más pesados que el de Vaca Muerta y esto puede obligar a realizar modificaciones o adaptaciones, algo que se tuvo que hacer en Argentina.
Todo esto es lo que se busca comenzar a definir con el primer contrato de 45 días que se firmó entre las empresas de ambos países. Recién se evaluará, hacia el mediano y largo plazo, la posibilidad exportar petróleo por el Pacífico hacia otros países, hoy poco viable por los bajos volúmenes.
Aire fresco para Vaca Muerta
El acuerdo con Chile contempla la exportación de 41.000 barriles de petróleo por día que, en el mejor escenario, será ampliable a unos 70.000 barriles hacia fin de año. Lo que implica que las petroleras de la formación descomprimirán el uso de la red de Oleoductos de Valle (Oldelval) en el mismo volumen que transporten por Otasa.
Esto significa una importante -e insuficiente- bocada de aire fresco paras las compañías que durante el inicio de este año se vieron condicionadas por los cuellos de botella de las redes de transporte.
Teniendo en cuenta que el objetivo de Neuquén es cerrar el año cerca de los 400.000 barriles por día, hoy en 332.300 barriles diarios, la puesta en funcionamiento de esta línea es más que fundamental para cumplir con esas expectativas.
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