Sobró agua en los ríos y las hidroeléctricas bancaron la demanda
El 37,9% de la generación de octubre provino de grandes centrales que utilizan el agua para producir. Las lluvias y las nevadas fueron clave para la recuperación.
Hacía mucho tiempo que las centrales hidroeléctricas de nuestro país no tenían estos niveles de generación. El invierno extrahúmedo fue clave para que la energía producida en estas usinas fuera la fuente principal de Argentina durante octubre. El dato es bueno por donde se lo mire porque, además del corte de una sequía demasiado pronunciada y extendida, permitió ahorrar combustibles fósiles, esencialmente gas, que tiene un costo mucho más alto.
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) estimó que en agosto (no tiene muy actualizada la carga de información) las precipitaciones fueron por encima de la media en las tres grandes zonas en las que dividen el territorio.
El río Limay tuvo precipitaciones un 14% por encima de la media. Fue la zona donde menos intensas fueron las lluvias y las nevadas.
Pero unos kilómetros hacia el sur, en la zona del Collón Cura, que es el que le aporta mayores caudales al Limay, el exceso de precipitaciones fue superior: un 20% respecto del premedito histórico.
Lamentablemente, la cuenca tiene sólo una central hidroeléctrica en el río Neuquén, Planicie Banderita, que es parte del complejo Cerros Colorados. Aquí la marca sobre la media histórica fue del 92%.
La inmensa mayoría del agua que el Neuquén transportó desde el norte de la provincia, pasó por las turbinas de Planicie Banderita, que no tiene vertedero.
La generación de esta central creció casi 190% en octubre en relación con el mismo mes del año pasado. Comparada con 2021, el aumento de la producción aquí fue del 193%.
Los datos son los que procesa la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa), una sociedad mixta manejada por la secretaría de Energía de la Nación, que maneja el despacho eléctrico de nuestro país.
El Limay tiene más centrales hidroeléctricas, lo que permite sacarle más provecho al agua, que pasó por las turbinas de cinco presas antes de ser liberada a los valles.
Así, Alicurá generó el mes pasado un 66% más de electricidad que el año anterior.
La represa El Chocón fue gigante
El Chocón, la más antigua de las presas del norte de la Patagonia, tuvo una producción de electricidad un 143% por encima de la marca del año pasado. Y Arroyito, que es su compensador (hace constante el caudal que llega al valle) subió su generación un 79%.
Las presas continúan bajo control privado porque luego de que vencieran las concesiones, el gobierno nacional se las extendió en un plazo de meses.
Las provincias de Neuquén y Río Negro propusieron que pasaran al dominio de una empresa estatal con participación de ambas y de la Nación, pero todo indica que cuando asuma Javier Milei esas concesiones volverán a licitarse.
Hacía mucho tiempo que las centrales hidroeléctricas de nuestro país no tenían estos niveles de generación. El invierno extrahúmedo fue clave para que la energía producida en estas usinas fuera la fuente principal de Argentina durante octubre. El dato es bueno por donde se lo mire porque, además del corte de una sequía demasiado pronunciada y extendida, permitió ahorrar combustibles fósiles, esencialmente gas, que tiene un costo mucho más alto.
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