Entrevista con Andy Chango: volver a la música después de «ser Charly»

Luego de su aclamada interpretación de Charly García en la biopic de Fito Páez, recuperó parte de su obra y, acompañado del pianista Hernán Jacinto, dio forma a un espectáculo de música y palabras que lo traerá a Neuquén por primera vez.

Fito Páez buscaba un Charly García y lo encontró en Andy Chango. Pero nos dio algo más: devolvió a escena a un artista de los que ya no quedan. Su interpretación de García fue toda una revelación. Y lo fue en muchos sentidos, todos ellos literales como le contará a Diario RÍO NEGRO a lo largo de una amena entrevista telefónica. Andy Chango es más que su grandiosa interpretación de un García treintañero y en el pico máximo de su creatividad que le dio a la biopic “El Amor Después del Amor” un vuelo alto a la recreación de la escena de los 80.


De algún modo, la serie y su (hacer de) Charly García lo trajo nuevamente a la escena de la música, de la que se había alejado hacía ya bastante tiempo, pero a la que regresaba de manera esporádica. Ahora, sin abrazar la masividad, Andy Chango, el músico que supo escandalizar a la teleaudiencia argentina de comienzos de los 2000 con su posicionamiento sobre las drogas y el consumo, está de vuelta con “Un piano cuatro manos”, un espectáculo de música, canciones y palabras, muchas, junto al pianista Hernán Jacinto.
Luego de dos presentaciones a sala llena en Café Berlín, sitio porteño del que se siente parte, el dúo salió de gira. El jueves pasado se presentó en Rosario, hoy lo hará en un festival de Jazz en Merlo, al pie de las sierras puntanas; y el próximo jueves harán escala en el Teatro Desafíos (Brentana 46, Neuquén). Las entradas se pueden conseguir en forma física en Flipper (Av. Argentina 179) o, por sistema, a través de entradauno.com.
Digamos algo de Andy Chango. Nacido en Buenos Aires en 1970, estudió dos años de composición musical en la U.C.A, 4 años de lo mismo, pero en la Universidad de Bellas Artes de La Plata. En 1995, grabó su primer disco “Superchango” con la banda homónima. En 1997, se radicó en Madrid, dónde grabó cuatro discos: “Andy Chango” (1998), “Las Fantásticas Aventuras del Capitán Angustia (2000), “Salam Alecum” (2003), “Boris Vian” (2008) y “San Lorenzo Superstar” (2014). No pasó nada con ninguno, salvo con “Boris Vian”, pero hasta ahí nomás: fue nominado a los Premios de la Villa de Madrid y a los Premios Gardel.


También compuso la canción original para tres películas españolas: “A mi madre le gustan las mujeres”, “Mortadelo y Filemón” y “Lo mejor que le puede pasar a un cruasán”. Colaboró en grabaciones y conciertos con infinidad de músicos reconocidos a ambos lados del océano, casi todos ellos buenos amigos suyos: Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro, Fabiana Cantilo, Antonio Vega, Gabinete Caligari, Ariel Rot, Jerry González, Iván Ferreiro, Pereza, Moris, Claudio Gabis, Albert Plá, y la lista podría seguir.
En el 2020, retornó a la Argentina y mientras hacía algunas cosas aquí y allá, Fito, su amigo, le dijo que solo él, Andy Chango, podía interpretar al Charly García que necesitaba para su biopic. Lo demás es historia, reciente, sí, y muy movida, también, pero historia al fin.


Andy Chango en tiempo presente


El espectáculo que comparte con el pianista Hernán Jacinto y que lo traerá próximamente a Neuquén no es otra cosa que un repaso por su música, esa que, según él, nadie conoce. Sobre todo, la que interpretó en “Boris Vian”, un disco con canciones del excéntrico artista francés traducidas por él mismo al castellano y al inglés.
“A Hernán lo conocí hace unos años interpretando el disco Boris Vian con orquesta”, recuerda Andy. “Luego, hace poco más de un año, surgió un concierto suelto en Tecnópolis, yo no estaba haciendo música y me propusieron un dúo con Boris Vian, un poco hablado para introducir a este personaje. Lo acepté y lo hice con Hernán y quedé fascinado con su manera de tocar el piano. Luego, más adelante, después de la serie El Amor después del amor, noté que el resto de los protagonistas y coprotagonistas estaban capitalizando la serie con trabajos, menos yo, descansando como siempre (risas) Entonces dije bueno vamos a ponernos un poco las pilas y comencé a ir a lo de Hernán a ensayar sin tener nada previsto y la verdad es que la empecé a pasar bien otra vez, con Hernán y su piano, empecé a disfrutar, a escuchar música volví a cantar y decidí armar este espectáculo”.
El espectáculo incluye cuatro canciones del disco Boris Vian” y el resto es un seleccionado de canciones de sus otros tres discos que, sostiene, “acá no conoce nadie, primero porque vivía en España y porque acá no me daban bola porque eran discos algo controversiales por las letras”.


Andy siente que es un buen momento para reivindicar aquella música que pasó desapercibida para el gran público, que la serie de Fito le dio un buen viento de cola para volver a sacar a la luz aquellas composiciones que hicieron de él una promesa incumplida del rock en español. “Hago las canciones que más me gustaban de esos discos que no se conocieron y que siento que están buenos. Entonces, como una suerte de venganza personal, ahora que acá soy conocido, muestro ese material que en su momento no le dieron bola”. Pero, aclara, es un espectáculo que mixtura las canciones que habían sido grabadas en formato de banda de rock, “terribles bandas de rock”, enfatiza Andy y razón no le falta: Las Fantásticas Aventuras Del Capitán Angustia, su segundo disco, lo hizo con Fernando Samalea en batería, Fernando Lupano en el bajo, Ariel Rot en guitarra y Andrés Calamaro en las teclas, “pero aun así no le dieron pelota ni en Argentina”, se lamenta.

Andy Chango, un frontman muy particular. (Foto: Val Furman)


“Hay algo de justicia histórica en todo esto y perdón por usar esta palabra tan seria para una boludez”, reconoce Andy, “pero es algo que sí me interesa y hay que es revisar todo ese material. Cuento también en el concierto las historias de cada tema, voy contando historias, es un espectáculo que es también gracioso, cuento mi vida, pero la gente se ríe. Es una mezcla de buena música, tocada excelente por Hernán, los textos y las letras. Me siento en un sillón, con una botella de vino y un cigarro. Ahí es donde miento un poco porque cuando decimos que es a cuatro manos no aclaro que una mano mía tiene una copa y la otra, un cigarrillo. Eso pasa con mis manos (risas), pero hay momento donde sí tocamos a cuatro manos y son los que más disfruto por supuesto. Así como él es un gran pianista, yo soy un gran orador y un gran bebedor. La velocidad que él tiene en sus dedos para tocar yo la tengo en la garganta para hablar y creo que ese es un poco el secreto de este espectáculo y del clima que se crea. Una combinación de la sensibilidad musical de Hernán con mi locura”.

P: ¿No pensaste en reeditar aquellos discos, ahora que te ampara cierta fama?
R:
Tengo diferentes fantasías y una de ellas es reunir a mi banda Superchango y ese disco sigue estando buenísimo. Siempre fantaseo con hacer un gran concierto y juntarme con los chicos. A raíz de Fito aprendí el truco de los 25 años y yo ya puedo hacerlo también. Lo que pasa es que armar una banda y reunir a los músicos con los que me gusta tocar a mi es muy caro y a esta altura tenés que tener un público certero que llene y que todos puedan cobrar. No estoy en una edad para apostar por un proyecto y menso para uno que ya hice. Yo ya no estoy para chocarme dos veces con la misma pared.

P: ¿Por qué creés que tus discos no funcionaron?
R:
Me pasó por vivir en España, mi humor y mi música es muy argentina. En España no le fue bien ni a Charly García, ponés un tema de él y no se dan cuenta de que es un genio. Tienen otro tipo de sensibilidad… o no tienen. Fito también lo intento incluso con Sabina de socio. Ahora con la serie es medio internacional y mete gente en todos lados. Pero la realidad es que yo lo vi a Fito muchas veces en Madrid y el 80 por ciento del publico era siempre argentino. Es muy difícil conquistar España. El único que lo logró fue Calamaro con Los Rodríguez, pero allí sucedió que Andrés se adaptó. Había veces que hablaba de tu o le escribía una canción a un toro (risas). La astucia de Andrés fue esa.

P: ¿Por qué no estabas haciendo música?
R:
Lo que me pasó en España después de muchos años, al no poder vivir de eso y de tener una hija, sencillamente tuve que empezar a hacer otras cosas. Pero la verdadera razón fue la frustración de sacar tres discos que, para mis ídolos, Charly, Fito, Calamaro, era grandes discos y para el mercado español y el argentino ni siquiera existía. Eso generó en mi juventud una cierta expectativa porque Calamaro me ponía de telonero suyo, Ariel Rot me decía que les iba a sacar el trabajo a todos, me alimentaron mucho una expectativa que, al no cumplirse durante tres discos consecutivos, quedé medio quemado y deprimido.
En 1995, grabo Superchango y me convierto en la promesa del rock en español, me hacen de padrino Andrés y Ariel, me agarra Warner, me llenan la cabeza, y resultó que llegué al 2003 con una hija y pobre. Me fui buscando la vida, me empezó a ir fenomenal en Argentina y ahora que está todo superado, ya sin rencores y con la vida económica algo más acomodada, vuelvo a disfrutar de la música.

P: ¿Y qué te motivo para volver a hacer música y salir de gira?
R:
Me motivo darme cuenta de que con Hernán podía hacer algo bueno y que funcionara.
Siento que el género que yo hacía que era el rock agotó su discurso. El rock lo que hacía era aglutinar gente marginal y perseguida por la ley. Tenía un sentido ideológico que ya no lo tiene. Y lo que hace los grandes artistas es repetir sus temas de juventud, que es lo que la gente quiere escuchar, cosa que me parece bárbaro porque cuando voy a ver a Paul McCartney, me encanta que toque veinte temas de los Beatles y no sus discos nuevos. Lo mismo le pasa a Charly, a Fito, a todo el mundo. Yo no sé si hay música que vaya contra el sistema. El rap es el sistema, pero tiene algunas cosas de denuncia callejeras que todavía se plantan.

P: En alguna entrevista dijiste que cuando te pusiste el bigote sentiste que habías resuelto el personaje de Charly García. Pero cuando te lo propusieron y no tenías el bigote puesto, ¿veías algo de García en vos?
R:
No! Ni loco. Me quería matar, nunca quise hacer esto. No estoy tan loco como para ir a un casting a contar la vida de un amigo mío íntimo y que yo sea Charly García, no estoy tan enfermo (risas) Jamás se me hubiera ocurrido hacer esto, fue Fito quien me lo pidió personalmente. No encontraban a nadie, porque era un Charly de 30 años y toda la gente joven a la que estaban casteando ninguno podía representar esa locura de Charly. Parece que era imposible o al menos fue eso lo que me comentó Fito. Entonces, tuve que hacerme cargo de la situación pero con mucho miedo. Hacer de Charly es como hacer de Maradona o de Gardel, si te sale mal te van a verduguear toda la vida. Entonces yo ya tenía planeada mi ruta de escape, había calculado la guita de Netflix y estar seis meses retirado en Bolivia, en el Amazonas. Tenía un plan B (risas).

P: Pero fuiste nominado como Revelación para los premios Cóndor de Plata que se van a entregar este lunes…
R:
Yo creo que ya me gané el premio revelación para mi mismo (risas). El primero que se dio cuenta de que era actor después de terminar la serie era yo. Fue una revelación verdadera, no hecha por jurados sino real. Fue una revelación para mi, realmente. Los otros actores nominados ya eran actores, son revelación porque los vio más gente, pero es gente que ya trabajaba súper bien. Yo ya estoy contento con la revelación personal. De todos modos, siempre me sentí actor, cuando tuve que mentir para salvar, de e la colimba me sentí Robert De Niro. La vida me hizo tener que mentir mucho y mentir es actuar. Después también es verdad que yo hable mucho en los conciertos.

P: ¿Creés que ahora podría aparecer algo?
R:
Yo estaba convencido de que sí, pero todavía no me llamo nadie y estoy bastante indignando (risas) No sé qué están esperando Szifron, Ortega…


Andy Chango y Hernán Jacinto presentarán “Un piano cuatro manos” el próximo jueves, a las21, en el Teatro Desafío (Brentana 46, Neuquén).


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