Retrato de los negacionistas que ocuparon el Capitolio el 6 de enero: el valioso documental de HBO «El insurrecto de al lado»

Disponible en HBO, "El insurrecto de al lado", de Alexandra Pelosi, es un retrato honesto en el que la hija de reconocida congresista entrevista a personas que participaron del asalto al Capitolio y que ahora enfrentan cargos.

 Felipe Márquez tiene 25 años y una tobillera electrónica. Cumple tres meses de arresto domiciliario y 18 de libertad condicional por entrada violenta y conducta destructiva. Es uno de los miles partidarios de Donald Trump que el 6 de enero de 2021 participaron del histórico asalto al Capitolio, en Washington, que dejó cinco muertos y más de 140 uniformados heridos, convencidos de que le habían «robado» las elecciones a su líder en las elecciones presidenciales de 2020, que ganó Joe Biden.

Felipe Márquez habla de ese día ante Alexandra Pelosi, la hija de la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (la mujer que los partidarios de Trump querían «colgar» ese día) que lo filma, en su casa, para el documental «El insurrecto de al lado» que está disponible en HBO. Lo que podría ser una debilidad del documental -está hecho por la hija de una congresista a la que los seguidores de Trump querían colgar- es su fortaleza.

Alexandra Pelosi habla con Felipe Márquez y otra decena de acusados, con la curiosidad de quien quiere entender qué pasó ese día, por qué, cómo llegaron a sumarse, qué piensan ahora que deben enfrentar penas de hasta 36 años de prisión por irrumpir violentamente en la sesión parlamentaria para confirmar los resultados electorales que consagraron presidente de los Estados Unidos a Joe Biden, qué piensan ahora de Trump. Las respuestas, las de Felipe y las de otros integrantes de los Proud Boys, el grupo radicalizado más conocido en el espectro de la ultraderecha de los EE.UU., son una muestra sociológica: la mayoría sigue convencida de que se manifestaron contra el fraude y siguen pensando que Biden está usurpando el puesto de Trump. Pero frente a cámaras, algunos al menos, dicen que, tal vez, cometieron “excesos”. Se contabilizan en más de 1000, las personas que enfrentan cargos por todo lo ocurrido aquel 6 de enero.

Felipe habla con Alexandra mientras prepara dos tortas, una de vainilla y otra de chocolate. Se emociona en un momento: «No tener una esposa e hijos me duele mucho. Me he desmoronado muchas veces y no quiero seguir así», le dice antes de convidarle una porción de la torta. Ella come la de vainilla. El la de chocolate. Brindan con los pedazos de tortas. Los dos acuerdan en que les encanta lo que están comiendo. Es casi lo único en lo que concuerdan: él está convencido de que la culpable de que una mujer lo haya abandonado, e incluso de su insurrección es la izquierda. «He tomado algunas malas decisiones en mi vida», y «Me dejé llevar», son lo más cerca de algún arrepentimiento que estará.

Entre muchos, Alexandra visita también a Billy Knutson, un Proud Boy que lleva tatuada esa distinción en la frente. Billy tiene cuatro hijos chicos, y es el responsable de un rap que sonó fuerte por esos días, «Stand Back and Stand By», en la que decía cosas como estas: «Se robaron las elecciones en nuestras narices. Es hora de levantarnos. Quién morirá si eligen bandos. Ya estoy preparado para una guerra civil». Ex convicto, Pelosi lo filma en el exacto momento en que debe despedirse de su familia para ir a prisión, nuevamente, por los cargos que enfrenta por el asalto al capitolio. El está convencido de las elecciones les fueron robadas. Su familia llora, él no. En su casa quedan decenas de gorras rojas de apoyo a Tump y sus canciones viralizadas.

Hay más casos, por ejemplo el de un ex marine gay, casado, que es entrevistado justo cuando asiste a la sentencia. Lleva orgulloso unas medias con la figura de Trump y un tatuaje en la pierna que dice “MAGA” (Make America great again, el slogan que quiere decir: “Hagamos a América grande otra vez”), también dos hermanos que dicen que se sumaron a la toma del Capitolio porque, en medio de un viaje a Washington, vieron gente reunida y se sumaron. Ahí están, el hermano, que dice estar un poco arrepentido y ser votante de Biden y la hermana, que está embarazada, y convencida de haber hecho lo correcto, esperando la sentencia que podría llevarlos 35 años a prisión.

El documental, filmado cámara en mano por Pelosi (y otras cámaras de apoyo), fue registrado tres años después del episodio, y muchos de sus protagonistas ya fueron condenados y ya han salido de prisión, o están a la espera del veredicto. Lo bueno del material es el diálogo que se establece entre ella y los «insurrectos de al lado», la curiosidad que la mueve a encontrar respuestas y las conversaciones sorprendentemente sinceras. Lo universal del documental, también, es ver cómo hay situaciones y operaciones que se repiten en varios lugares del mundo, como la convicción del fraude electoral que los mueve a cometer un hecho violento y antidemocrático. Y también, una explicación que todos parecen darse: el dejarse llevar, que termina dejando a la vista lo peligrosas que resultan las convocatorias basadas en hechos falsos que se montan sobre la bronca y la desilusión de muchos.

Alexandra Pelosi ya ha hecho unos 15 documentales que retratan muchas de las escenas políticas de los Estados Unidos de la última década. Obsesionada con entender lo que ocurre en su país, filmó un documental sobre los adherentes al Tea Party, esa fracción ultraderechista del Partido Republicano que se cristalizó con Donald Trump y también «Fuera de la burbuja» en la que se embarca en un viaje por el país para intentar descifrarlo.

El documental de Alexandra Pelosi se sumerge en la vida de los seguidores del Tea Party y su participación en el asalto al Capitolio en 2021

El asalto del 6 de enero de 2021 fue la primera ocupación del Capitolio de Estados Unidos desde que las tropas británicas incendiaron el edificio durante la guerra angloestadounidense de 1812. Pero en este caso respondió a un llamado de un presidente estadounidense, Donald Trump. que se negó a aceptar la voluntad de más de 81 millones de ciudadanos que decidieron sustituirlo a través del voto. Como lo explicaba el New York Times, «El llamado que hizo el presidente Donald Trump en un mitin celebrado ese mismo día para que la multitud marchara hacia el Capitolio fue, sin duda, la chispa que ayudó a encender los disturbios mortales que dejaron un saldo de cinco muertos —incluyendo a un oficial de policía y a una mujer que irrumpió en el edificio— decenas de heridos y un daño a la reputación que tenía el país de realizar transferencias pacíficas de poder. Sin embargo, la leña de ese incendio se había estado acumulando durante meses, con cada tuit de que las elecciones habían sido robadas, cada negativa de los legisladores republicanos a reconocer a Joe Biden como el próximo presidente, y cada comentario incendiario que envalentonó a los grupos supremacistas blancos a atacar de manera violenta.»


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