Espigas: el enemigo de la naturaleza para los perros
Las espigas de distintos tipos de plantas representan un peligro para los perros. Cómo prevenir que se claven en la piel o en los ojos y qué hacer si sucede.
Entre las gramíneas (Poaceae) y las ciperáceas (Cyperaceae) se componen en su inflorescencia, una pequeña espiga formada por una o más flores y dichas espigas sirven de soporte a las semillas. Al desprenderse de las plantas suelen engancharse fácilmente en el cuerpo de los animales ocasionando una gran molestia y en muchos casos perjudicando severamente la salud. Por su forma en punta afilada, al pisarlas o pasar cerca, se adhieren con cierta resistencia al cuerpo debido a que en la superficie poseen una especie de ganchos muy diminutos facilitando quedar aferradas al pelo de los animales o la ropa de las personas.
“La cola de zorro es la más conocida y suele adherirse a los perros afectando severamente las áreas de oídos, ojos, nariz y boca”
Franco Fantini – MP 499 – médico veterinario, de Roca.
Según Franco Fantini, médico veterinario de Roca, todos los años en esta época (desde fines de octubre y casi todo diciembre) aumentan los casos de este tipo, en los perros.
“Todas las zonas del cuerpo donde suelen adherirse las espigas, en nuestra zona son conocidas estas plantas como “cola de zorro” resultan muy peligrosas para el animal”, explicó Fantini a Río Negro. Después de diciembre, la planta se seca y el animal naturalmente tiende a revolcarse.
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“La colita de zorro es muy perjudicial porque arrastra bacterias y tierra a la herida que al adherirse estas especies de espigas punzantes, inoculan dentro del animal ocasionando la infección”, explicó.
Y añadió: “En perros grandes es frecuente que estas espigas se introduzcan entre los dedos de las patas, de manera profunda provocando un absceso del área de infección e incluso subir varios centímetros por debajo de la piel originando una pelota de pus”.
En razas de pelo largo – aclaró el profesional – es más difícil detectarlas y también suelen aferrarse en las encías entre los dientes. “En el caso de los oídos es muy frecuente y el síntoma es que el perro comienza a ladear la cabeza y le suele producir otitis, donde también puede afectar el tímpano”, especificó.
Tanto en la nariz como en los ojos – describe el profesional – son zonas muy delicadas que, si no se tratan pueden resultar un gran problema para la salud del animal. “En los oídos es muy frecuente y se trata de un lugar muy delicado, por lo tanto se los debe anestesiar para poder extraerlas. En tanto que “los ojos es una zona sumamente peligrosa porque pueden lastimar la córnea y hay casos donde se ha debido vaciar el ojo” acotó.
Estas molestas y pinchudas espigas, se prenden con mucha fuerza y si llegan a las áreas de los orificios nasales, uno de los puntos más peligrosos – explicó el experto – porque le produce un sangrado permanente por la nariz corriendo el riesgo de desangrarse, si no se lo trata, sobre todo en perros gerontes.
En estos casos se detectan a través de una cámara microscópica que se intruduce por el orificio nasal. Por esta razón, el consejo es evitar paseos por lugares donde haya estas especies de gramíneas, que se desarrollan en esta época y afectan aún, una vez secas. “También se encuentran en baldíos y en patios por lo que es importante juntar los restos de césped, una vez cortado”, concluyó Fantini.
Para tener en cuenta:
-Entre los dedos de sus patas, se introduce por la piel arrastrando bacterias y ocasionan infecciones.
-En los ojos puede afectar la zona de retina y córnea. También puede producir infección que, si no se trata, en muchos casos se debe vaciar el ojo.
-En los oídos es lo más frecuente y puede afectar severamente el tímpano.
-En la nariz la zona más peligrosa si no se detecta a tiempo ya que puede producir un sangrado permanente peligrando la vida del animal.
-En la boca entre las encías afectando la zona
Entre las gramíneas (Poaceae) y las ciperáceas (Cyperaceae) se componen en su inflorescencia, una pequeña espiga formada por una o más flores y dichas espigas sirven de soporte a las semillas. Al desprenderse de las plantas suelen engancharse fácilmente en el cuerpo de los animales ocasionando una gran molestia y en muchos casos perjudicando severamente la salud. Por su forma en punta afilada, al pisarlas o pasar cerca, se adhieren con cierta resistencia al cuerpo debido a que en la superficie poseen una especie de ganchos muy diminutos facilitando quedar aferradas al pelo de los animales o la ropa de las personas.
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