Estudiantes de San Martín diseñaron una bici muy especial

Alumnos del EPET 21  le dieron forma a un rodado adaptado para personas con discapacidad. Ahora le sumarán una pedalera con asistencia eléctrica.

La visita a un centro de rehabilitación de un grupo de estudiantes secundarios fue el comienzo de una idea que culminó con un prototipo de inclusión y ayuda para las personas con discapacidad. Estudiantes de la EPET 21 de San Martín de los Andes armaron una bicicleta de paseo adaptada a personas con discapacidad, en un proceso que contó con la solidaridad de decenas de vecinos.

El prototipo adaptó una silla de ruedas con una bicicleta, de manera que el acompañante es el que conduce el rodado. Es un modelo usado en todo el mundo pero muy costoso.

Gabriel Gómez, es el profesor a cargo de las prácticas profesionalizantes de la EPET 21. En ese espacio los alumnos “hacen prácticas de vinculación con la comunidad”. Contó que en ese contexto, en abril, y junto a dos estudiantes de sexto año, Fernando Huechante y Renata Fortunato, visitaron un centro de rehabilitación, donde presenciaron una sesión que le realizaban a un niño con Síndrome de West.

“Quedaron con emociones. Cuando volvemos a la escuela, siempre nos preguntamos, qué se puede hacer ante esa realidad desde la educación técnica. Y lo que salió es hacer un prototipo de una bicicleta con una silla de rueda adaptada para darle un mimo al alma a esa situación y que pueda vincularse la familia con esa persona que tiene una discapacidad”, reveló el profesor.

Renata Fortunato, una de las alumnas que fue a la visita, dijo que el armado del prototipo fue “algo muy lindo y que nos unió mucho como grupo”.

Hace dos semanas probaron la silla en la Plaza Sarmiento con un paciente adulto y un niño. “Fue muy emocionante”, expresó la estudiante. En esa primera prueba los estudiantes recibieron la devolución de Martín, que estrenó la creación gestada en la escuela.

La primera pieza que recibieron los alumnos para el armado fue un cuadro de bicicleta que donó un profesor de la escuela. De ahí, y a medida que el proyecto fue llegando a los oídos de la comunidad educativa y de la ciudad, otras donaciones y colaboraciones fueron llegando. Recibieron manillares, sistema de frenos, banderín para señalizar la silla, y apoya cabeza.

El profesor contó que en la fabricación participaron varios estudiantes, no solo de sexto año.

La bicicleta tiene adaptada una silla para las personas con discapacidad motora. (Foto: Patricio Rodríguez)

“Con la bicicleta, este chico puede salir con su familia, y realizar una actividad recreativa. Por ejemplo, recorrer la costanera. De esta manera se integra la parte social y emocional del paciente, con la realidad que atraviesa esa persona”, destacó la kinesióloga Valeria Bezzan.

Para marcar la importancia de la bicicleta adaptada Bezzan recordó que “todo el plano emocional es un gran avance en cualquier tratamiento” y el prototipo permite que el paciente pueda pasear en compañía de un ser querido.

Los ambiciosos planes para la segunda etapa

Con el armado, los estudiantes cumplieron con el primer objetivo: hacer una bicicleta para paseo. La segunda parte, que seguirá el próximo año, es modificarla con las devoluciones que hizo uno de los pacientes (Martín) tras probarla en la plaza. “Martín, que tiene parálisis cerebral, la re disfrutó, y nos hizo sus aportes para mejorar. La idea es completarla para el año que viene”, marcó Valeria Bezzan.

Los planes para la segunda parte son ambiciosos: sumarle una pedalera y que tenga asistencia eléctrica. Así, se pueda usar para rehabilitación.

“Se deja a la persona y se la coloca con la pedalera. Así, con el mismo pedaleo de la persona que la acompaña, reproduce adelante el pedaleo en la silla con el pie del paciente”, explicó.


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