Figueroa seguirá detenido por tentativa de homicidio

Para el juez hubo una discusión que terminó con el disparo. La victima sufrió lesiones graves en su cabeza.

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Mauricio Figueroa de 29 años seguirá detenido por haber disparado contra su pareja Ana Saizar provocándole lesiones graves en la cabeza de las que aún no se recupera. Todavía no recuperó la visión ni una movilidad plena. El juez penal de Viedma, Favio Igoldi, lo procesó con prisión preventiva por el delito de “homicidio doblemente agravado en grado de tentativa en concurso real con portación de arma de fuego de uso civil condicional”.

Le atribuyó haber sido quien en la madrugada del cino de este mes, mediando violencia de género y con intenciones de quitarle la vida habría disparado con un arma de fuego, tipo revolver calibre 38, a la cabeza de su pareja Ana Saizar, resultando gravemente herida.

El hecho ocurrió en el interior de una casa prefabricada que la pareja compartía en la toma del barrio Inalauquen -entre ruta provincial Nº 1 y Cardenal Cagliero-. Ambos son empleados estatales y Figueroa además delegado de ATE suspendido en su afiliación luego de lo ocurrido.

La resolución agregó que en la oportunidad el imputado habría portado el arma de fuego “sin la debida autorización legal, no logrando su cometido por la rápida intervención médica”.

Igoldi detalló que la pareja mantuvo una discusión en el interior de la vivienda “según lo referido por el propio imputado en su indagatoria, y la víctima en su escueto y dificultoso testimonio en el que pudo recordar como último evento que se encontraba discutiendo con Figueroa. De igual modo se expresó otro testigo”.

El juez añadió que la discusión finalizó con el disparo que gatilló Figueroa y que impactó en la parte de atrás de la cabeza de la mujer sin orificio de salida.

“La existencia del arma de fuego encontrada dentro de la vivienda y secuestrada por la prevención (apta para el disparo según obra en el expediente) corrobora lo dicho por el imputado en cuanto a la portación del elemento y su manipulación”, sostuvo la resolución judicial al agregar que “a los primeros uniformados que aparecen en el lugar del hecho, inmediatamente luego de sucedido, Figueroa también les da cuenta de su participación en el evento -aduciendo que se trató de un accidente-”.

Ante el juez el imputado refirió que para ponerle fin a la discusión “tomó el arma de un bolso que había junto a la cama en la que ambos estaban sentados y le pegó con ésta en la cabeza a la víctima, momentos en que el revolver se disparó -siente un explosión-”. Sin embargo, la pericia balística descartó la posibilidad de un disparo accidental.

Igoldi tuvo en cuenta además el certificado médico que no informó de hematoma u otro tipo de lesión junto al orificio de entrada de la bala, apareciendo como más probable que el elemento fuera acercado a la cabeza de la víctima y no utilizada para golpearla”. Concluyó en que “no parece razonable que para hacer callar a una persona se haga uso de un arma de fuego que debe ser tomada del interior de un bolso y utilizarla como objeto, cuando si lo que Figueroa quería era reaccionar, le hubiera bastado un golpe de puño, empujarla, retirarse, o cualquier otra conducta menos gravosa para la víctima”.

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