Grabaciones de sobrevivientes conmovieron en el juicio de Trelew

RAWSON (Enviado especial, Pedro Caram).- “Esta es la última negociación, la próxima, los cagamos a tiros”. La frase, citada por Ricardo Haidar, uno de los sobrevivientes de la Masacre de Trelew, ayer se pudo escuchar en un audio que se dio a conocer ante el tribunal y que fue aceptado como prueba. Haidar afirma en esa grabación realizada a 10 meses de los fusilamientos perpetrados el 22 de agosto de 1972 en la base Almirante Zar, que esa frase fue dicha por el capitán Luis Sosa, uno de los imputados, el 15 de agosto de aquel año, cuando los 19 presos políticos fueron recapturados en el aeropuerto de esa ciudad. Una semana después, la amenaza se concretó. Haidar, María Antonia Berger y Alberto Camps fueron los únicos sobrevivientes de aquellos hechos ocurridos hace 40 años. El 25 de mayo de 1973 el presidente Héctor Cámpora los indultó, cerca de un mes después los tres dieron testimonio ante las cámaras del director Fernando Pino Solanas, quien había contratado a Jorge Abelardo Kushnir como sonidista. Ayer, por videoconferencia, el especialista en audios para cine y video dio su testimonio en el juicio y explicó que el sonido y la imagen se toman por separado, por lo que él pudo conservar las cintas que fueron digitalizadas recientemente. En un acto de homenaje al cineasta Raymundo Gleyzer, en el que habló Alicia Bonet, viuda de Pedro Bonet -víctima de la masacre-, Kushnir le entregó a la mujer una copia, que ahora fue reproducida en la audiencia y aceptada como prueba. Los testimonios conmovieron por el relato en primera persona de las circunstancias en las que 16 de sus compañeros fueron ultimados y ellos resultaron gravemente heridos. Quienes concurrieron al juicio quedaron conmocionados al oír en primera persona los testimonios, 10 meses después de sucedida la masacre y sabiendo que los tres fueron luego asesinados por la dictadura que se inició en 1976. Durante 25 minutos, Haidar, Berger y Camps describen a sus “verdugos”, como califican a Luis Sosa y a Roberto Bravo (quien no se encuentra entre los cinco acusados por no haberse otorgado su extradición desde Estados Unidos, donde reside), relatan los vejámenes a los que fueron sometidos, explican las causas de sus detenciones y, con minuciosidad, rememoran el momento fatal de la masacre. Berger recibió cuatro tiros de ametralladora en el cuerpo y cayó en su celda. Luego apareció un oficial y le disparó con la pistola en la boca. A su lado murió María Angélica Sabelli. Haidar, estaba al fondo del pasillo cuando comenzaron a sonar las ametralladoras en aquella madrugada. Al igual que Camps se tiró hacia su calabozo y hasta allí llegaron los uniformados para terminar la tarea. Pero las balas de remate, en sus casos, no fueron efectivas. “Estuve 9 horas desangrándome sin atención hasta que fui operada”, recordó Berger en la grabación. “Mueren 13 compañeros, 6 heridos fuimos a la enfermería y sólo quedamos nosotros tres. Haber sobrevivido a la encerrona y gozar de la libertad después del indulto del gobierno popular no estaba en nuestras cabezas el 22 de agosto. No es una casualidad, pienso que es producto de las limitaciones con las que se encontró la dictadura militar porque aparecieron esos personajes que no participaron del operativo, es una de las limitaciones del enemigo que tuvo que actuar de manera comando y clandestina, aun dentro de la misma fuerza”, concluyó Haidar.


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