Gran purga en Ejército colombiano

Se trata de 27 militares y por causas relacionadas con los derechos humanos. Los chicos desaparecieron y fueron hallados torturados.

BOGOTA. – El gobierno colombiano realizó ayer una purga sin antecedentes en el Ejército al retirar a 27 uniformados, incluyendo 3 generales, en momentos en que es fuertemente cuestionado por organismos de derechos humanos y el país es visitado por la alta comisionada de ONU, Navi Pillay.

Ayer se conoció que cerca de 1.300 colombianos han sido ejecutados de forma extrajudicial en el país desde 2002, año en que asumió la presidencia Alvaro Uribe.

Así lo señaló un informe publicado por la Misión Internacional de Observación -conformada por un centenar de organismos no gubernamentales de derechos humanos- .

La destitución de los militares responde a los resultados de una investigación del Ministerio de Defensa a las muertes de una veintena de jóvenes -desaparecidos a principios del año de un humilde sector del sur suroeste de Bogotá- hechas pasar como bajas de la guerrilla en combate en el noreste del país.

«La investigación ha encontrado que puede haber integrantes de las fuerzas armadas incursos en asesinatos», dijo el presidente Alvaro Uribe en una conferencia de prensa en la casa presidencial, en la que anunció la decisión.

Por su parte, el Ministerio de Defensa dijo en un comunicado que hay «serios indicios de negligencia del mando en diferentes niveles» incluyendo «el planeamiento, conducción, ejecución y evaluación de las operaciones».

En el comunicado se reconoce que esa situación «pudo haber facilitado la colusión de algunos miembros del Ejército Nacional con delincuentes externos que gozaban de impunidad a cambio de contribuir al logro de resultados».

Los jóvenes, que vivían en Bogotá, fueron reportados como muertos en combates registrados en una apartada zona rural del municipio de Ocaña (noreste), donde fueron sepultados como no identificados.

Según familiares, antes de que ocurriera las desapariciones, desconocidos le habían ofrecido a los jóvenes empleos en haciendas del norte del país con elevados salarios.

Los tres generales destituidos eran los más altos responsables militares en la región donde se presentaron los supuestos combates en que murieron los jóvenes.

Dos de los generales destituidos rechazaron las acusaciones.

«Bajo ninguna circunstancia por mi mente pudo atravesar mandar asesinar a alguien para presentar un falso positivo», dijo el general Paulino Coronado a radio Caracol.


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