Hipólito Vieytes, el primer periodista
Redactó, dirigió y editó el primer semanario criollo desde el 1 de setiembre de 1802 hasta febrero de 1807 y enfrentó la censura virreinal
Intelectual autodidacta, políglota y combatiente con la pluma (o con las armas contra el invasor inglés). Fue uno de los principales ideólogos de la Revolución de Mayo, anfitrión de los conjurados en su hogar y jabonería de la calle «Agüero que fue de San Bartolomé» (hoy México, pero lugar sepultado por la avenida Nueve de Julio). El bonaerense Vieytes resultó, sobre todo, el primer periodista nativo y creador de la primera empresa periodística privada de la Argentina, surgida en los umbrales de la primavera de 1802. Es decir, mucho antes de editarse la Gazeta de Buenos Ayres aparecida el 7 de junio de 1810 cuando ya las necesidades eran otras y por eso había sido elegido como emisario de la Primera Junta en el flamante ejército a punto de marchar al interior contra los enemigos de la revolución.
El mérito de nuestro primer periodista no sólo constituyó protagonizar aquella primacía cronológica -verdad que en la práctica, ingratamente, se la desdeña- sino avizorar y hasta proyectar desde aquellas páginas, un país vigoroso en el cual basar su autonomía, cuando todavía era sometido como Virreinato del Río de la Plata.
De los pagos de Areco
«El Semanario de Agricultura, Industria y Comercio consagraba a su director Juan Hipólito Vieytes, como el primer periodista criollo. De ahí que mereciera la atención de los estudiosos, esas páginas donde aparece reflejado el pensamiento progresista y liberal de uno de los precursores de la revolución». Esta opinión fue deslizada en la breve semblanza sobre el prócer que publicó el prolífico historiador Francisco L. Romay (en 1962), uno de los tantos que ponderaron el periódico del jacobino autodidacta nacido en San Antonio de Areco el 12 de agosto de 1762. y que editó durante 218 números en 5 tomos, continuidad sólo interrumpida tres meses al día siguiente de la tronchada noche de teatro del virrey Sobremonte, cuando fue avisado en el palco de la inminente Invasión Inglesa.
Es que entre la mar de rumores y temores de la mañana del miércoles 25 de junio de 1806 casi no pudo distribuirse el número 197 del Semanario. Un contemporáneo, aunque adolescente de 14 años, Ignacio Núñez, que se incorporó en aquel año 6 al regimiento de Húsares, ya mayor y seguramente el primer historiador y testigo protagonista de las Invasione Inglesas y la Revolución de Mayo, escribió en su valiosa obra póstuma (Noticias Históricas de la República Argentina): «Vieytes era lo que podía llamarse entonces un literato colonial; había estudiado hasta las leyes pero no era profesor; había tenido el coraje de redactar en e1804 y 1805 un periódico titulado Semanario…; había servido de secretario del tribunal del Consulado en tiempo del virrey Sobremonte y de capitán con grado de teniente coronel del regimiento de Patricios en tiempo del virrey Liniers; el había sido sino el primero uno de los primeros cuatro hombres que empezaron a trabajar en el cambio político..(y menciona a Belgrano, Castelli y Nicolás Rodríguez Peña)…;concurrió a las primeras conferencias reservadas y votó en el Congreso General por la deposición del virrey, en cuyo concepto marchaba en el ejército auxiliar como un representante de la revolución».
Antes que La Gazeta
El semanario surgió casi 8 años antes de la Gazeta de Buenos Ayres, publicació oficial de los gobiernos surgidos a partir de 1810, aparecida a inspiración -se asegura- de Mariano Moreno, el 7 de junio de 1810. Esta fecha se tomó como emblemática de los periodistas argentinos para a la vez homenajear a Moreno como el primer periodista.
Sin embargo, la valiosa tarea periodística de Moreno, no alcanzó a medio año, ya que envuelto en la puja en la que enfrentó a la facción encabezada por Cornelio Saavedra, debió ceder y aceptar la misión diplomática para la que se embarcó ya el 22 de enero de 1911 en aquél fatídico viaje en que iba a alcanzarlo la muerte precedida de presagios fatales y hasta criminalmente programada, como lo sostienen varios investigadores («Crimen de Estado: La eliminación de Moreno, de Eduardo Dürnhöfer -1993).
El periódico oficial, se sabe, quedó en las sombrías manos saavedristas, léase el Deán Funes, es decir, que como verdadero órgano del gobierno, padecía la parcialidad de todo oficialismo.
En tiempos virreinales, desde principios del invierno de 1802, ya circulaba el Prospecto del Semanario por aparecer y a fines de julio le fue otorgado a Vieytes el permiso para publicar. El Prospecto anticipó la temática, olía a la tendencia fisiocrática de su autor, daba la frecuencia semanal (saldría todos los miércoles) y la tarifa en todo el virreinato pero los «que suscriban pagarán en Buenos Aires un peso al mes y se les llevará a sus casas el papel», y quien quisiera suscribirse «podrá hacerlo en mi casa y en la imprenta de los Niños Expósitos».
Los Liniers intentaron
El miércoles 1° de setiembre, cuando circuló el primer número, Vieytes tenía 40 años, dos de matrimonio y veinte invertidos inicialmente en recorrer el país virreinal y establecerse largamente en el Alto Perú. Durante ese celibato resultó un experto en minas de plata, pero ya estaba desvelado por otros tesoros: las secretas bibliotecas no alcanzadas por la Inquisición.
El primer intento periodístico en el virreinato rioplatense data de 1796, la dominical Gazeta de Buenos Ayres- que no se concretó aunque su nombre sería usado 14 años después. Lo propuso el francés Santiago Luis Enrique conde Liniers, hermano mayor del «reconquistador» de Buenos Aires y su socio en la «fábrica de pastillas» de carne disecada, rígidas antecesoras de las hamburguesas y fracaso industrial de los Liniers.
El primer periódico impreso y que precedió al semanario de Vieytes, fue el Telégrafo Mercantil, Rural, Político-Económico e Historiográfico del Río de la Plata, que apareció el 1° de abril de 1801pero su editor era español. Nacido en Extremadura, era el muy contestatario «coronel peruano» Francisco Cabello y Mesa (que terminó ajusticiado en España). Llegó a elogiar la salida del Semanario de Agricultura… y a su editor, a quien se lo sospecha como colaborador del Telégrafo.
El intento de Vieytes como indagador histórico proviene de su solicitud del 17 de enero de 1806 -luego denegada por el Ayuntamiento- para incursionar en los archivos virreinales. El último número del Semanario data del miércoles 11 de febrero de 1807. Vieytes ya viste el uniforme del Patricios y cumple con la maniobras en Barracas para esperar a los ingleses que amenazan con una nueva invasión. Al año siguiente surgirá la jabonería, negocio pero buen encubrimiento para las reuniones secretas revolucionarias.
Francisco Juarez fnjuarez@sion.com
Nota asociada: Resurrección del semanario
Nota asociada: Resurrección del semanario
Intelectual autodidacta, políglota y combatiente con la pluma (o con las armas contra el invasor inglés). Fue uno de los principales ideólogos de la Revolución de Mayo, anfitrión de los conjurados en su hogar y jabonería de la calle "Agüero que fue de San Bartolomé" (hoy México, pero lugar sepultado por la avenida Nueve de Julio). El bonaerense Vieytes resultó, sobre todo, el primer periodista nativo y creador de la primera empresa periodística privada de la Argentina, surgida en los umbrales de la primavera de 1802. Es decir, mucho antes de editarse la Gazeta de Buenos Ayres aparecida el 7 de junio de 1810 cuando ya las necesidades eran otras y por eso había sido elegido como emisario de la Primera Junta en el flamante ejército a punto de marchar al interior contra los enemigos de la revolución.
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