Identidad Patagonia

La pregunta sobre la música sureña tuvo rápida reacción de los lectores que, cada uno a su modo, hacen un repaso de lo que podría encajar en esta denominación. Que la hay es cierto, lo difícil es definirla con exactitud, cuando ni siquiera se puede definir con exactitud el mapa del alcance del folclore más viejo y tradicional. Es tan rápida y extensa la difusión que nadie se animaría a decir hasta aquí esto y de aquí en más aquello. De todos modos, como las respuestas son muy valiosas y muestran miradas diferentes sobre un mismo tema, las iremos dosificando, para que en cierto modo vamos sentando algún antecedente en lo que a definición de música sureña se refiere. Es así que me parece necesario compartir las explicaciones de algunos de nuestros lectores sobre la temática y que permiten avanzar en esta cuestión. En las que recibimos hay una coincidencia: la juventud de la Patagonia en comparación con provincias que tienen en algunos casos más de 400 años. Jorge Castañeda, de Valcheta, nos dijo que “creo que está en proceso de conformarse con las nuevas camadas de músicos y poetas que le van incorporando su paisaje, sus leyendas, sus personajes legendarios pero sobre todo un sentimiento de soledad, de distancias, de silencio y de austeridad como es la misma tierra que habitamos”. Explicó que “generalmente la gente de campo ha incorporado al chamamé como suyo, aparte de las rancheras, los valseados, los temas payadoriles de Saúl Huenchul y Marcelo Marín entre otros, y a veces no es raro todavía escuchar un estilo a la manera de Juan Carlos Guerrero o Angel Hechenleiner”. En el valioso aporte a esta columna, Castañeda entiende que “con dicha argamasa sin olvidar la música tradicional de tehuelches y mapuches que era de faceta religiosa y ceremonial y no celebrativa se va forjando nuestra ansiada identidad”. Y aquí viene lo de la edad de la Patagonia, punto en el que las opiniones tienen bastante en común. “Sucede que somos muy nuevos y eso nos diferencia de las provincias del norte que tienen años de historia. De todas formas como en el arte así en la música siempre se tienen influencias foráneas, como de la milonga sureña, la habanera, etc”. Concluye nuestro distinguido lector en que “el tema da para mucho y debemos aludir a los pioneros como Abelardo Epuyén tal vez el más puro de nuestros cantores y el primero en incorporar a nuestra música su entorno y su paisaje. Y René Muscarsel, Anibal Forcada y otros que sembraron en la buena melga”. Aquí quedará escrita parte de esta historia no escrita (disculpen la redundancia) de la música sureña, fruto de la inquietud de los lectores que saben que hay algo o mucho “más allá del Colorado”, como sostiene uno de los temas emblemáticos de esta parte del país. Si logramos descubrir o avanzar aunque sea un poquito en esta cuestión, avanzaremos también un paso en la identidad musical con la que la Patagonia se sienta identificada.

Jorge Vergara jvergara@rionegro.com.ar


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