Identifican restos de una de las monjas francesas

Fue torturada en la ESMA y luego tirada al mar durante un "vuelo de la muerte". Su cuerpo apareció en la

Los restos de la religiosa francesa Leonie Reneé Duquet, secuestrada en 1977 por el aparato represivo de la última dictadura militar, fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) luego de haber sido hallados en el cementerio de la localidad bonaerense de General Lavalle.

La información fue suministrada ayer por el juez Horacio Cattani, que integra la Cámara Federal porteña y reveló que la monja misionera había sido enterrada como NN en el cementerio de Lavalle, casi 400 kilómetros al sur de esta capital.

Un análisis de tejido óseo de Duquet fue comparado con estudios sobre muestras de sangre realizados a un sobrino y otros familiares de la religiosa que viven en Francia. Los resultados de las pruebas indicaron compatibilidad en las cadenas de ADN del 99,92 por ciento.

La monja fue secuestrada el 10 de diciembre de 1977 por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que integrab el entonces capitán naval Alfredo Astiz, que asistía a las reuniones fundacionales que las Madres de Plaza de Mayo realizaban en la iglesia de la Santa Cruz de esta capital. Astiz, con la falsa filiación de Gustavo Niño, se ganó la confianza de los familiares de prisioneros de las dictadura que se reunían en la parroquia, y entregó a Duquet y a su compañera, la monja gala Alice Domon, que continúa desaparecida.

Leonie Duquet, nacida en Charquemont, se había radicado en 1949 en Argentina para fundar la primera casa de la Congregación de las Hermanas de las Misiones Extranjeras, donde conoció a su compatriota Domon. Secuestrada en la parroquia de San Pablo, en Ramos Mejía, Duquet fue alojada en la ESMA y se encontró allí con Domon y otras once personas que habían sido capturadas ilegalmente, tres días antes, en la Iglesia de la Santa Cruz.

El director de Derechos Humanos de la Cancillería y abogado de las familias de las monjas, Horacio Méndez Carreras, dijo ayer que «Astiz fue el responsable del secuestro de la hermana Duquet. Lo hizo para borrar todos los testigos y vestigios de que él había sido el entregador de los secuestrados en la iglesia de Santa Cruz».

Un grupo de familiares se reunía en la Iglesia de Santa Cruz, de los padres pasionistas, para coordinar acciones en busca de personas desaparecidas. El 8 de diciembre de 1977 se sumó a los encuentros Astiz, que mintió ser hermano de un prisionero con incierto paradero. Astiz es comparado con Judas porque señaló, dando un beso en la mejilla, a cada una de las víctimas del operativo en el que fueron captu

radas 12 personas entre las que se encontraban las monjas francesas y fundadoras de la organización de Madres como Azucena Villaflor de Devicenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco.

Ante la repercusión que tuvo el operativo en Francia, militares fotografiaron a las monjas en la ESMA con un ejemplar del diario «La Nación» y una bandera de la organización «Montoneros» sobre el fondo, con lo cual simularon que las religiosas habían sido secuestradas por guerrilleros. Finalmente, el aparato represivo lanzó a las monjas al océano desde aviones militares, dopadas pero aún vivas, en los denominados «vuelos de la muerte». El mar, sin embargo, devolvió los cuerpos a la costa entre el 20 y el 30 de diciembre de 1977, cuando siete cadáveres aparecieron en las playas de Santa Teresita. Allí estaban Domon, Duquet, y otras víctimas de los vuelos de la muerte.

«Una búsqueda dura y triste»

Para la titular de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el anuncio oficial sobre la identificación del cadáver de Leonine Duquet, -una de las monjas secuestradas y asesinadas durante la última dictadura militar-, marca el «el doloroso final de una búsqueda dura y triste» y es una «prueba contundente» de los delitos de lesa humanidad cometidos durante ese período.

En un reportaje con la versión electrónica del diario «La Nación» , Carlotto aseguró que la identificación del cuerpo de Duquet, secuestrada, trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y luego desaparecida junto a la religiosa Alice Domon «permite ir aportando pruebas a la crueldad e ignominia de la dictadura».

«Esto es para la sociedad la prueba contundente de que lo que denunciamos hace 28 años es cierto. Estos huesos que hablan van a servir para determinar la forma de la muerte (de la monja)», aseguró.

Reconocimiento de Francia

El gobierno francés hizo llegar ayer su «reconocimiento y agradecimiento» a las autoridades argentinas, tras el anuncio de la identificación de los restos de la monja Leonie Duquet, secuestrada en la última dictadura militar.

La encargada de negocios de Francia, Blandine Kreiss, expresó su «reconocimiento y agradecimiento» a las autoridades argentinas, por lo que calificó como un «hallazgo muy importante para avanzar en la búsqueda de la verdad».

Por su parte, el abogado y actual funcionario de Cancillería Horacio Méndez Carreras, patrocinante de las familias de Duquet y de la también desaparecida monja francesa Alice Domon, destacó el apoyo del gobierno de Néstor Kirchner para el avance de la investigación. Méndez Carreras recordó que en enero último el presidente Kirchner y el canciller Rafael Bielsa fueron recibidos en Francia por el jefe de Estado Jacques Chirac, a quien entregaron «voluminosa documentación» sobre la represión a franceses en la dictadura.

Salvajemente torturada

Sor Leonie Renée Duquet tenía 61 años cuando fue secuestrada por el aparato represivo de la Armada, que la torturó salvajemente por haber prestado asistencia espiritual a familiares de desaparecidos.

«A la hermana Renée la alojaron en 'Capuchita'. Las hermanas Alice (Domon) y Renée (Duquet) fueron salvajemente torturadas, especialmente la primera. La conducta de ellas fue admirable. Hasta en sus peores momentos de dolor, la hermana Alice preguntaba por la suerte de sus compañeros», relató Lisandro Cubas, sobreviviente de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Cubas dijo que «en el colmo de la ironía», las monjas preguntaban por el «muchachito rubio», en referencia al teniente de Fragata Alfredo Astiz, que mintió ser hermano de un desaparecido para unirse al grupo fundacional de Madres de Plaza de Mayo que se reunía en la Iglesia de la Santa Cruz, y al que apoyaban Domon y Duquet.

El también sobreviviente Horacio Maggio, en tanto, contó que en la ESMA «tuve oportunidad personal de hablar con la hermana Alice, ya que fue llevada junto con la hermana Renée al tercer piso del Casino de Oficiales de la ESMA, lugar donde me encontraba cautivo (…) Era el 11 ó 12 de diciembre» de 1977.

La agencia francesa de noticias AFP informó que tanto Duquet como Domon «enseñaban el catecismo católico y atendían a niños que sufrían el síndrome de Down, entre ellos a un hijo de un militar del Ejército, Jorge Rafael Videla, quien fue después el primer comandante de la dictadura tras el golpe de Estado de 1976».

Duquet fue secuestrada el 10 de diciembre de 1977 y encarcelada en la ESMA, de la cual fue trasladada para ser lanzada al mar desde un avión militar, narcotizada con sedantes pero aún viva. (DyN/AFP)


Los restos de la religiosa francesa Leonie Reneé Duquet, secuestrada en 1977 por el aparato represivo de la última dictadura militar, fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) luego de haber sido hallados en el cementerio de la localidad bonaerense de General Lavalle.

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