¡Indígnate!
ANÁLISIS
aleardo f. laría (*)
A finales del mes pasado se presentó en el Liceo Francés de Madrid, con la asistencia de su autor, el opúsculo “¡Indígnate!” del ex integrante de la Resistencia francesa, Stéphane Hessel. Este antiguo diplomático, que formó parte del equipo redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a sus 93 años, exhortaba a los jóvenes a mirar a su alrededor para encontrar los hechos que justifiquen su indignación –el trato a los inmigrantes, el paro juvenil, etc.– y emprender una acción ciudadana fuerte. Este “alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica” parece haber encontrado eco en los miles de jóvenes españoles que el pasado domingo 15 de mayo se manifestaron en las principales ciudades españolas. Las plataformas convocantes, que lo han hecho a través de Internet y las redes sociales como Facebook y Twitter, han adoptado diferentes denominaciones connotativas de los fines que las inspiran: “democracia real ya” y “no les votes”. Desde entonces ocupan la Puerta del Sol de Madrid. La organización “Democracia Real Ya” ha sintetizado en 40 propuestas sus objetivos, que pasan desde reclamar la reducción del gasto militar, hasta exigir la abolición de la “Ley Sinde” que penaliza la acción de descargar gratuitamente música o películas por internet. Pero los que en las consignas de la calle aparecen como objeto de escarnio y burlas son los políticos y los banqueros. Las causas de esta eclosión juvenil son múltiples y están naturalmente vinculadas con una crisis económica que se ha cebado con un sector donde el desempleo afecta al 40%, duplicando la actual tasa desempleo española, también muy elevada, en torno al 20%. También es fruto de una desesperanza política, cuando el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), apremiado por la inflexibilidad alemana y de la Unión Europea, ha tenido que poner en práctica el programa económica de la derecha. Existe también un clima de malestar generado por la incapacidad de la política para embridar los excesos del capitalismo financiero. Como muestra basta un botón. El año pasado, el consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sanz, se embolsó en concepto de sueldo anual, más de nueve millones de euros. Esas enormes remuneraciones salen de las elevadas comisiones bancarias y los intereses de los préstamos hipotecarios que tienen ahogados a los jóvenes mileuristas, es decir que perciben una remuneración que oscila alrededor de los mil euros. Por consiguiente, asistimos a una notoria insuficiencia del sistema de representación política para canalizar las demandas y angustias juveniles. La clase política española se prepara para las elecciones autonómicas que tendrán lugar el próximo domingo 22 de mayo, pero estas inesperadas protestas juveniles, la ponen al borde del almodovariano (por Pedro Almodóvar) “ataque de nervios”. (*) Abogado y periodista. Madrid
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