Amenazó a su inquilino con un cuchillo y le disparó a la Policía en Bariloche: dictaron prisión preventiva

El hecho ocurrió esta semana en Bariloche. El hombre fue detenido tras amenazar con un cuchillo y disparar a la Policía. Quedó con prisión preventiva por un mes. El fiscal acusó citando la flamante Ley de Reiterancia por una condena previa.

Una amenaza brutal, un disparo en plena noche y una persecución a pie que terminó con la detención de un hombre que ya había sido condenado por violencia. Todo ocurrió en Bariloche, en plena feria judicial, cuando Julián Alberto Solís protagonizó un hecho que puso en riesgo a su inquilino, a los agentes de la Policía de Río Negro y que ahora lo tiene -preventivamente- tras las rejas. El fiscal citó la nueva Ley de Reiterancia.

No se trata de una causa menor. Solís fue imputado por múltiples delitos tras amenazar con un cuchillo carnicero a su inquilino y, horas más tarde, recibir a los policías con un disparo de revólver. Esta semana, el juez dictó prisión preventiva por un mes, mientras continúa la investigación.


La secuencia: amenazas, tiros y fuga


Todo comenzó en la madrugada del domingo 13 de julio de 2025, alrededor de las 3:30, en una casa ubicada en las calles Onelli y Hermite de Bariloche. Según relató el fiscal Álvaro Hernán Viterbori durante la audiencia, Solís amenazó de muerte a su inquilino utilizando un cuchillo tipo carnicero. «Tomátela, hoy te voy a matar y te quemo con casa y todo«, fue la frase que dejó asentada la víctima en la denuncia realizada minutos después.

El hombre, visiblemente atemorizado, decidió salir del domicilio y acudir a la comisaría 28 para solicitar ayuda. Acompañado por personal policial, regresó a la vivienda con el fin de retirar sus pertenencias. Pero lo que parecía haber quedado atrás, apenas comenzaba.


Disparo a la Policía y persecución


Alrededor de las 4:18, mientras la víctima juntaba sus cosas, Solís reapareció en la escena. Esta vez, portaba un arma de fuego en su mano derecha. Frente a la voz de «alto, policía», el acusado no dudó en disparar contra los efectivos. Por fortuna, nadie resultó herido.

Los uniformados respondieron utilizando una escopeta con munición antitumulto, obligando a Solís a escapar por un pasaje cercano. Pero no terminó ahí: durante la persecución, giró nuevamente y disparó otra vez contra los agentes. La respuesta policial fue inmediata, con más disparos al suelo para disuadirlo.

Finalmente, fue reducido en la calle Padre Elguea oponiendo resistencia incluso al momento de ser esposado. Según se detalló en la audiencia, la fuerza utilizó la coerción necesaria para contenerlo.


El arma secuestrada y las pruebas


Media hora después del altercado, llegó al lugar el gabinete de Criminalística. Allí se secuestró un revólver calibre 38 con dos balas percutadas y cuatro intactas, junto a una caja de 36 municiones que Solís llevaba en una mochila. Fue trasladado a la unidad 28 en calidad de detenido a las 5:35.

El Ministerio Público Fiscal calificó provisionalmente los hechos como amenazas calificadas por el uso de arma, abuso de armas agravado por ser cometido contra miembros de la Policía y portación ilegal de arma de fuego de uso civil condicional, equiparable a un arma de guerra.


Antecedentes penales y riesgos procesales


En la audiencia, el fiscal Viterbori advirtió que Solís tiene una condena previa, dictada en abril de 2023, por delitos de lesiones leves agravadas por el vínculo y amenazas con armas, en contexto de violencia de género. Fue una sentencia de tres años en suspenso tras un juicio abreviado.

Este dato fue clave para sostener el pedido de prisión preventiva. No solo hay una escala penal que prevé penas de cumplimiento efectivo, sino que existe un precedente claro del uso de la violencia por parte del acusado, con armas involucradas.

Además, el fiscal argumentó que el hecho de haber ya amenazado a la víctima en dos oportunidades aumenta el riesgo de entorpecimiento de la investigación si Solís recuperara la libertad.


El nuevo Código Procesal y la «reiterancia»


Un elemento que se sumó al análisis judicial fue la reciente incorporación del concepto de «reiterancia» en el artículo 109 del Código Procesal Penal de Río Negro. Esta figura refiere a la existencia de causas penales activas en las que ya hubo formulación de cargos.

Según explicó el fiscal, Solís cuenta con al menos dos formulaciones previas: una que fue revocada y otra que terminó en condena. Esta reiterancia, advirtió, refuerza la idea de que el acusado no respeta las normas legales impuestas por el Estado, ni los límites judiciales.

Aunque la defensa expresó su desacuerdo con la aplicación de este concepto, el juez Víctor Hugo Gangarrossa lo valoró como parte del contexto general.


Qué resolvió el juez: mes de preventiva, pedido de alojamiento y pericias pendientes


Sin objeciones formales por parte del defensor Lucas Adrián Piñón Techera, el juez hizo lugar a la solicitud de la fiscalía. Dispuso la prisión preventiva de Julián Alberto Solís por un plazo de un mes, hasta el 14 de agosto de 2025, entendiendo que existen riesgos procesales concretos, tanto de fuga como de entorpecimiento.

Además, pidió que el acusado permanezca alojado en la comisaría de Dina Huapi, siempre y cuando el Servicio Penitenciario Provincial lo considere posible por cuestiones de cupo y salubridad. En caso contrario, quedará a criterio de la administración penitenciaria.

Mientras se producen las pericias sobre el arma y se completan los informes técnicos, el caso pasará a manos de otra fiscal quien tendrá a su cargo la investigación junto al defensor oficial que sea designado por turno.

La defensa anticipó durante la audiencia que habría una versión distinta de lo ocurrido y que se buscará probar una teoría del caso alternativa, con testimonios que aún no han sido recabados. “Entendemos que van a surgir elementos desincriminatorios”, planteó el defensor.

De aquí a noviembre, cuando se venza el plazo de investigación de cuatro meses, habrá que ver si la causa avanza hacia un juicio oral o si se produce algún acuerdo. Por ahora, el acusado espera la próxima etapa del proceso privado de su libertad.