Caso Rafael Nahuel: «La orden era no confrontar» y los relatos clave de testigos de Prefectura

Hubo nerviosismo y cruces en la cuarta audiencia en la que dos prefectos, un policía federal y un chofer fueron interrogados, desde Roca. "Teníamos que desalojar a unos indios, unos mapuches": el recuerdo de lo que decían los albatros antes de llegar.

«En sus años de servicio, ¿En cuántos operativos (de Albatros) hubo utilización de armas de fuego y una persona muerta?”, le preguntó un abogado querellante al chofer de los prefectos que lleva más de tres décadas de trayectoria en la fuerza. “Es la primera vez, solo esa vez”, hizo memoria el hombre.

Se trata de Daniel Alberto Colliar, chofer del grupo Albatros hace 35 años, quien se encargó de trasladar a los efectivos desde Buenos Aires a Bariloche y quien esta mañana declaró ante el tribunal de juicio presidido por el juez federal Alejandro Silva.

Daniel Colliar, el chofer que trasladó a los albatros de Buenos Aires a Mascardi. Foto: Juan Thomes

La cuarta audiencia estuvo plagada de cruces, dichos y contradichos entre las partes. El nerviosismo de los testigos de prefectura en la causa que los envuelve como fuerza se dejó entrever a través de las cámaras. “Usted se ve que no está escuchando” le respondió un prefecto al abogado querellante Mariano Przybyksy, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, lo que denotó la actitud inquietante. En ese tono se dieron algunos interrogatorios. 

El juicio oral y público por el caso Rafael Nahuel se sigue contra cinco suboficiales de Prefectura Naval Argentina por homicidio agravado, quienes están presentes vía Zoom desde sus lugares de origen. Hoy fue el turno de otros efectivos del grupo de elite Albatros, de la Prefectura -quienes estuvieron en el lugar de los hechos- y de uno de los jefes de la policía federal que hizo el desalojo días antes.

Mariano Przybyksy, abogado querellante de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación. Foto: Juan Thomes

«No recuerdo». «No podría especificar», fueron de las frases más oídas en lo que va del juicio, por parte de efectivos de las fuerzas de seguridad que participaron del operativo hace exactamente 70 meses. A pesar del tiempo transcurrido, las paredes de la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal de Roca no frenaron el sonido de los bombos y cánticos desde la calle, cuando una columna de organizaciones sociales se apostó en el ingreso al edificio rodeado de gendarmes. «Justicia por Nahuel», gritaron.

El primero en declarar este miércoles fue el suboficial Francisco Lezcano. Participó de la patrulla de reconocimiento al terreno horas antes del asesinato. Lo había hecho junto a tres de los imputados: Sosa, Cavia y García, el 25 de noviembre a las 14 horas. Hoy fue interrogado durante dos horas. 

“La idea no era ir a enfrentarnos con estas personas (…) La idea era esperar (apoyo) e ir todos juntos arriba«, reconoció en su declaración el prefecto quien estaba especializado en la operación de drones. El albatro se circunscribió a la línea que viene postulando la defensa particular sobre el «enfrentamiento armado» entre el grupo en el que estaba Nahuel en la montaña y los uniformados de la fuerza pública.

«Encontramos la edificación donde Cavia y Sosa avistaron a dos personas», contó Lezcano sobre la secuencia de hechos. Él -por ser el de mas antigüedad- decidió bajar para buscar señal y pedir refuerzos para poder “detenerlos” y “cumplir con la orden judicial de detener a cualquier persona ajena a ese lugar», enfatizó.

Pintos y Obregon, quienes estaban más abajo de la montaña en un puesto, subieron armados -uno de ellos con un subfusil MP5- y decidieron ir adonde estaban los otros, esperando refuerzos. «Yo le hice una sugerencia de que esperemos para ir todos juntos», contó, pero decidieron ir igual. «A los 5 minutos se escucharon disparos», siguió, dijo oir armas tipo calibre 9 mm y un sonido más agudo que podría haber sido calibre 22.


Fuerte contradicción: los disparos


Una contradicción surgió hoy entre los prefectos que estaban en el predio el día del crimen de Nahuel y es que uno de ellos, Diego Brest, aseguró hoy no haber escuchado disparos. En cambio otros albatros de su grupo dijeron haberlos oído por modulación de radio o bien como parte del sonido ambiente. Así lo hizo también el propio Colliar, el chofer quien dijo: “Por la radio se escuchaban disparos” y contó que Pintos, uno de los acusados bajó al móvil a buscar un arma MP5. 


La «cuestión mapuche»


Fue otro punto de polémica hoy durante la cuarta audiencia, que costó varias idas y vueltas por las objeciones de la defensa ante las preguntas de la parte querellante que pretendía avanzar en su teoría del caso.

Diego Brest, prefecto que integraba el grupo de los 20 albatros que se quedaron en Mascardi, declaró al cierre de la jornada y relató los hechos en la misma línea, pero aportó algunas respuestas en función de la querella. 

«Hicimos una parada a una hora de distancia (del destino). Ahí dijeron (mis compañeros) que teníamos que desalojar a unos indios. A unos mapuches», respondió el albatro parafraseando a su grupo. 

Diego Brest, testigo en el juicio por parte del grupo Albatros. Foto: Juan Thomes

El chofer, por su parte, contó que sabía que iban a Bariloche a un desalojo de personas y que luego se enteró de que eran “mapuches” pero no sabía que significaba. «¿Cómo son? ¿Qué son? ¿Cómo son las personas? Nunca había escuchado esa palabra asi (mapuches). Sabía que eran personas”, dijo.

«Me di cuenta de que no eran argentinos», dijo en un apartado de su testimonio el oficial Lezcano sobre las personas que habían encontrado en la montaña y a quienes había escuchado hablar.


El desalojo de la Policía Federal


Hoy también declaró Juan Sola, actual jefe del grupo «GEOF» de la Policía Federal Argentina, uno de los grupos de elite que participó del desalojo de la comunidad mapuche el 23 de noviembre. Luego estuvo en un operativo de seguridad para la reconstrucción de una pericia en el lugar de los hechos. 

«Nosotros solo llevamos material (armamento) letal. No hicimos uso de las armas», contó Solá sobre la participación de la PFA en el desalojo. Y agregó que las personas que iban a ser desalojadas les tiraron «una lluvia de piedras» y algunos hombres se fugaron, por lo que salieron a perseguirlos.

«Buscábamos a los masculinos que eran los que habían agredido al personal policial», explicó en su versión de los hechos, pero aclaró que ese día durante su ascenso y descenso por la montaña, no hubo disparos de ninguna parte. «Obviamente no hicimos uso de arma letal», aseguró. 

«Es una cuestión de formación y doctrina, utilizar armas de fuego solamente si hay agresión de arma de fuego, y es proporcional a una misma agresión», dijo el policía consultado por su fuerza. Además, dijo que las armas letales tampoco se utilizan como medio para detener a una persona. 

Lo que no quedó esclarecido es cuál era el predio a desalojar en concreto según la orden del juez Villanueva. «Había que desalojar todo el cerro», respondió Solá ante la pregunta de un querellante, quien pidió más precisiones, pero no las obtuvo. 


El puesto “mochila”


Los testigos en su mayoría declararon que por esos “prófugos” del desalojo continuaron con las “expediciones” los días siguientes. Fue así que el 24 de noviembre, varios metros arriba, el grupo Albatros desgnado encontró una mochila y a ese punto lo denominaron «Puesto Mochila», que luego sirvió de referencia geográfica en el lugar. 

Juan Manuel García Barrese, auxiliar fiscal del caso. Foto: Juan Thomes

Luego de ese hallazgo, Lezcano relató cómo interceptaron a una persona bajando de la montaña. «Tenía un poncho verde, bombacha de gaucho, alpargatas y vincha. Tenía barba», contó. Lo tuvieron a 10 metros de distancia, le dieron la voz de alto, pero esta persona les dijo: «Ni muerto» y huyó cuesta arriba, más alto hacia la cima. «Lo corrimos pero no pudimos alcanzarlo», relató el suboficial.

-¿En esa persecución desenfundaron las armas?, le preguntó el querellante Przybyksy.

-«En ningún momento desenfundamos las armas», respondió Lezcano.  

-¿Por qué?

-«Porque no es nuestra intención lastimar a las personas. Por más que esté corriendo de nosotros», resaltó Lezcano.  


Cómo siguen las audiencias


El edificio de Roca sigue completamente vallado y custodiado por un comando unificado de fuerzas durante las audiencias. Las próximas seran los días martes 29 y miercoles 30 de agosto, con más testigos de las fuerzas de seguridad. 

Pasarán siete personas la semana que viene: Felipe Duarte de la Policía Federal Argentina, Leandro Ruata, jefe de la Prefectura Naval Argentina de Bariloche; Diego Sanchez de la Prefectura, Julio Cesar Mostafá, jefe de los albatros en Mascardi; Anibal Bonetto, jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Marcelo Sertic de la Prefectura e Ignacio Salinas, de la misma fuerza.


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