Imputaron a tres hombres por el brutal crimen de Roca: lo mataron a tiros e intentaron trasladar su cuerpo

Juan Ramón Riquelme fue asesinado a tiros en Roca. Lo arrastraron al patio y quisieron esconder el cuerpo. Alguien lo vio todo y logró detenerlos con un llamado al 911.

En una tarde trágica en barrio Nuevo de Roca, la violencia volvió a golpear con brutalidad este domingo. Juan Ramón Riquelme fue asesinado de tres disparos y su cuerpo fue arrastrado hacia el patio de una vivienda en la intersección de calles Cardenales y Defensa. Ahora, el Ministerio Público Fiscal imputó a tres hombres: al presunto autor del crimen, y a dos sospechosos como partícipes secundarios. El hecho dejó al descubierto una maniobra desesperada por ocultar un asesinato a sangre fría.

Eran las cinco de la tarde de un fin de semana cualquiera. En el barrio las calles parecían tranquilas y festivas. Pero en la esquina de Cardenales y Defensa, algo estaba por romper la calma para siempre. Juan Ramón Riquelme había llegado hasta allí buscando respuestas. Golpeó las manos. No era un paseo, ni una visita amable. Lo movía algo más profundo. Sabía que Javier Zurita estaba allí y quería encontrarlo. Lo que no sabía era que ese sería el principio de su final, es decir, su última tarde con vida.

El juez Julio Martínez Vivot presidió la audiencia. Foto Andrés Maripe.

El encuentro con la muerte


Sin obtener respuesta, Juan Ramón se dio vuelta para retirarse. Caminó apenas unos pasos por la calle Defensa cuando vio aparecer a quien buscaba: Javier Zurita. No hubo discusión. Apenas algunas palabras que precedieron la decisión fría de sacar un arma y disparar. Fueron al menos tres tiros los que impactaron en el cuerpo de Riquelme.

Uno de los disparos le perforó el pulmón y provocó una hemorragia que le ocupó la tráquea. Agonizó y murió en pocos minutos. Pero el crimen no terminó allí.

Los imputados seguirán detenidos preventivamente por los próximos cuatro meses en Roca. Foto Andrés Maripe.

El cuerpo, la complicidad y el intento de encubrimiento


El padre del presunto asesino, Elio Omar Zurita (63), estaba en la casa. Al ver a su hijo con el cuerpo ensangrentado de Riquelme, no llamó a la policía. No pidió ayuda. Lo ayudó a arrastrarlo hacia el patio, hacia el fondo, donde nadie los viera.

Lo que pasó después, sucedió muy rápido. Javier Zurita salió montado en una bicicleta plateada para orquestar un intento de tapar el terrible hecho. Como si se pudiera.

Fueron imputados tres hombres, uno como autor y dos como partícipes secundarios. Foto Andrés Maripe.

Fue así que, el sospechoso de matar a Riquelme volvió con más recursos: una camioneta Toyota Hilux gris y el inquilino de su padre, como cómplice. El plan era claro: llevarse el cuerpo y desaparecerlo. Lo tenían todo listo, salvo por un detalle que cambiaría el rumbo de la historia.


Una hermana, una foto y una llamada al 911


Desde la casa de enfrente, la hermana de la víctima celebraba un cumpleaños. La música se mezclaba con los gritos y los juegos de niños en la vereda. Murmullos de la reunión que se detuvieron cuando vieron la escena por la ventana.

Una mujer no lo dudó. Tomó su celular, hizo click y capturó el momento en que intentaban subir el cuerpo a la camioneta. Luego, llamó al 911: era la hermana de la víctima fatal.

Fue esa alerta la que desencadenó el operativo policial. Llegaron móviles, se labraron actas, se recogieron pruebas. Vainas servidas, la camioneta gris, la ropa con rastros de sangre. Todo quedó bajo custodia judicial.


Los cargos: homicidio agravado y participación secundaria


El Ministerio Público Fiscal no dudó en calificar el crimen como homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El presunto autor directo, Elio Javier Zurita, fue imputado como autor material. A su padre y al inquilino Núñez se les imputó el mismo delito en calidad de partícipes secundarios, por haber intentado ocultar el cuerpo y entorpecer la investigación.

La fiscal jefa Graciela Echegaray, junto a los fiscales Celeste Benatti y Facundo Polantinos, lideraron la acusación. Aportaron entrevistas, relevamientos de cámaras, peritajes balísticos y el testimonio clave de la hermana de Riquelme. También se sumaron diligencias pendientes: análisis de huellas, rastros de calzado y pericias odorológicas.


Una defensa sin negaciones, pero con objeciones


Durante la audiencia, el defensor público Miguel Salomón no objetó los hechos ni las pruebas. Reconoció la correcta formulación temporal y espacial de los eventos, pero cuestionó la calificación legal para los dos acompañantes. Argumentó que no existían pruebas suficientes de una promesa anterior para cometer el crimen o de una planificación conjunta.

«Esto, en todo caso, podría configurarse como encubrimiento», dijo el abogado, mientras citaba el artículo 46 del Código Penal.


El juez convalidó la acusación y dictó prisión preventiva


El juez de garantías, Julio Martínez Vivot, quien había participado también de los operativos, tuvo por formulados los cargos. Aceptó la imputación propuesta por la Fiscalía y avaló la solicitud de prisión preventiva por un plazo de cuatro meses.

Zurita hijo, su padre y Núñez quedaron detenido por riesgo de fuga y de entorpecimiento: al menos dos testigos manifestaron temor para declarar, dado el vínculo estrecho que tenían con las personas involucradas.