Presos que reclaman agua caliente apuñalan a un policía en la Unidad 11 de Neuquén

Ocurrió el martes a la noche en el pabellón 4. El efectivo lesionado está en terapia intensiva, y hay detenidos que recibieron perdigones en el cuerpo. Cómo fue la negociación previa al ingreso del grupo antimotines.

Un reclamo por calefacción y agua caliente en el pabellón 4 de la Unidad 11 de Neuquén derivó en una violenta intervención de grupos especiales de la Policía para recuperar las instalaciones tomadas por los detenidos. El saldo fue de un suboficial herido con un arma blanca en la clavícula y varios internos con perdigones de goma en el cuerpo. Uno de ellos fue trasladado al hospital Heller por un corte en un pie.

Los incidentes ocurrieron el martes 21 a la noche, luego de una larga negociación con los diez internos -todos con condena firme- que ocupan el pabellón 4.

Río Negro entrevistó por separado a la jueza de Ejecución Raquel Gass, quien participó de la negociación, y a la secretaria de Seguridad, Marianina Domínguez, quien siguió las alternativas a través de su subsecretario, Lucas Gómez. También estuvieron en la cárcel ubicada en el Parque Industrial funcionarios de infraestructura y representantes de la empresa contratada para realizar el mantenimiento de las instalaciones.

El reclamo comenzó alrededor de las 18.30 por la falta de calefacción y de agua caliente. La jueza Gass aseguró que el problema se relacionó con la capacidad del termotanque y que se solucionó con rapidez.

Dos negociadores que representaron a los demás presos exigieron que se realice en ese mismo momento una reparación para darle solución definitiva. La magistrada les dijo que si normalizaban el pabellón, el personal de la empresa se pondría a trabajar de inmediato.

Los negociadores regresaron después de conversar con sus compañeros «y contestaron que no les interesaba la caldera, que ingrese el grupo de requisa», relató Gass a este diario.


El ingreso al pabellón


Jueza Raquel Gass (a la izquierda) durante su entrevista en la Legislatura. (Archivo)

«Es una decisión difícil de tomar, se pone en riesgo la vida de mucha gente», indicó la jueza. «La idea era que ellos evacuaran hacia el patio del pabellón», y para eso cortaron la luz y los empaparon con las mangueras de dos autobombas.

Ya era cerca de la medianoche. Los internos resistieron, y en consecuencia la jueza ordenó el ingreso del grupo especial de la policía «para recuperar el pabellón».

Remarcó que «todo el procedimiento está filmado».


Heridos graves y leves


El saldo fue de algunos detenidos con perdigones, otros con golpes, y uno trasladado al Heller para que le suturen un corte en un pie.

Del lado de los policías, un cabo recibió un puntazo con una faca tipo arpón que le ingresó a la altura de la clavícula.

«No se dio cuenta en el momento» y siguió operando, señaló Gass. «Cuando fue a sacar a uno de los internos se le durmió parte del cuerpo, y recién ahí se dio cuenta de que estaba perdiendo sangre».

El efectivo sufrió un neumotórax, lo mantienen internado en terapia intensiva pero sólo para un mejor control, ya que estaría fuera de peligro. Su familia lo acompaña.

El autor de la agresión no fue identificado en el momento. «Eso será tarea de investigación de la fiscalía», dijo la magistrada. Secuestraron armas caseras.

El pabellón 4 quedó en muy mal estado, pero la Unidad 11 tiene todas las plazas ocupadas de modo que los diez internos siguen allí, salvo uno que fue derivado a otro centro de detención.


La cárcel, «en condiciones»


Secretaria de Seguridad, Marianina Domínguez. (Gentileza)

A su turno Marianina Domínguez indicó que «hacía muchísimo tiempo que no teníamos este tipo de eventos», y garantizó que las condiciones de infraestructura en la Unidad 11 son las adecuadas.

Dijo a Río Negro que en la actualidad hay 261 detenidos, y se está avanzando en el proyecto de licitación para construir un pabellón de máxima seguridad con capacidad para 25 personas.

Señaló, en sintonía con la jueza Gass, que el problema de la calefacción y el agua caliente en el 4 se resolvieron de inmediato, pero de todos modos los internos mantuvieron tomada la instalación.

La funcionaria aseguró que «desde noviembre o diciembre» empezamos a trabajar «pensando en el invierno, y antes de que llegara esta ola polar se probaron las calderas para confirmar que funcionan correctamente».

También resaltó que el martes, el área a su cargo estuvo presente en la Unidad 11 desde que comenzó el conflicto hasta que terminó.


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