Sabotaje eléctrico en redes del EPEN en Chos Malal: imputaciones, prisión preventiva y «causa compleja»

La Justicia de Neuquén imputó a tres hombres por sabotaje a la red eléctrica en Chos Malal. Uno irá a prisión preventiva y otros dos quedaron con restricciones. Investigan red coordinada.

Todo ocurrió el pasado 5 de marzo. Eran casi las 23, cuando el norte neuquino volvió a apagarse por completo. Aguada Chacaico, Tricao Malal, El Alamaito y todas las localidades del departamento Minas quedaron sin electricidad, por segunda vez en dos semanas. La escena se repetía con una precisión sospechosa. ¿Los responsables?: un grupo de personas que había decidido atacar la infraestructura eléctrica más crítica de la región.

Ahora, la fiscalía de Chos Malal confirmó la imputación de tres nuevos acusados, que se suman al primer imputado del caso. La causa, ya considerada «compleja» por su gravedad y organización, avanza con detalles que van sorprendiendo: bomberos involucrados, cadenas lanzadas sobre líneas de alta tensión y una planificación meticulosa para sumir a todo un territorio en la oscuridad.


Dos noches sin luz: los hechos del 20 de febrero y 5 de marzo


El primero de los ataques ocurrió el 20 de febrero, entre las 21:30 y las 22:40, en una línea de 33 kv cerca de la calle Miguel de Güemes, en Chos Malal. Según la fiscalía, dos acusados coordinaron para lanzar una cadena de 13 metros con un alternador en el extremo, con el objetivo de interrumpir el servicio eléctrico. Uno vigilaba, otro sostenía, el tercero ejecutaba. Todos huyeron por rutas distintas.

La acción fue efectiva. Toda la zona norte de la provincia quedó sin luz durante horas. Pero no fue un hecho aislado: apenas dos semanas después, el 5 de marzo, el mismo grupo atacó una línea aún más crítica, de 132 kv, entre los postes 483 y 484 del camino a Aguada Chacaico. Esta vez, usaron una soga para lanzar la pesada cadena sin electrocutarse. El resultado fue un apagón total que tardó 18 horas en solucionarse.


Los imputados y sus roles


A los cargos ya formulados contra uno de los presuntos autores de los hechos, se sumaron ahora los de otros tres. Todos están acusados de daño calificado y sabotaje de líneas eléctricas, en distintas calidades. Se estableció que dos participaron activamente en ambos hechos. Mientras que otro, fue quien aportó una pinza de corte industrial usada para preparar la cadena del primer sabotaje. La fiscal jefa Rocío Rivera reveló que dos de ellos integran el cuerpo de bomberos voluntarios de Chos Malal, lo que sumó un elemento más de gravedad al caso.

Para el primer sabotaje, la calificación legal es la de coautores de daño calificado y sabotaje eléctrico. En el caso de quien entregó la pinza, se lo acusa de partícipe necesario. En el segundo ataque, los tres primeros vuelven a ser señalados como coautores, mientras que uno de ellos enfrenta ahora una imputación por encubrimiento.


Prisión preventiva y medidas cautelares


Durante la audiencia de formulación de cargos, los fiscales Rivera y Salgado solicitaron la prisión preventiva para todos los imputados, argumentando el riesgo de entorpecimiento de la investigación. La jueza Bibiana Ojeda había liberado anteriormente a uno de los hombres investigados bajo controles, pero esta vez el juez Juan Pablo Balderrama hizo lugar a la declaración de causa compleja y resolvió nuevas medidas cautelares.

Es por eso que, uno de los considerados autores quedó detenido en prisión preventiva hasta el 18 de mayo. En cambio, dos de sus compañeros en la banda deberán presentarse diariamente en el destacamento policial más cercano durante dos meses, fijar domicilio y no tener contacto con testigos ni coimputados.

El juez argumentó que, si bien el riesgo de entorpecimiento existe, la pena que podría caberle no sería de cumplimiento efectivo, por lo que no correspondía su detención.


Un plan en la sombra: la hipótesis del Ministerio Público Fiscal


La investigación detalló una organización precisa. No se trató de un acto impulsivo, sino de una estructura donde cada uno tenía una función. Desde el corte de la cadena hasta la logística de los vehículos y la vigilancia del entorno, todo fue premeditado. Según la fiscalía, los acusados incluso ocultaron información clave y coordinaron sus versiones tras los hechos, lo que motivó el pedido de prisión preventiva.

El ataque a infraestructuras críticas, como las redes de energía, constituye un delito grave. Las consecuencias no son solo técnicas: afectan hospitales, comunicaciones, servicios básicos y la vida cotidiana de miles de personas. En este caso, el sabotaje dejó sin luz a una región entera por casi un día completo, generando pérdidas y riesgos incalculables.


Causa compleja: qué implica


La declaración de la causa como “compleja” le otorga a la fiscalía más tiempo para investigar y reunir pruebas. Esto es clave en casos con múltiples imputados, hechos reiterados y maniobras destinadas a entorpecer la pesquisa. Rivera y Salgado lograron que el juez Balderrama así lo entendiera, y ahora dispondrán de un plazo mayor para llegar a juicio con una base sólida.

Mientras tanto, el Ministerio Público continúa reuniendo evidencia, analizando comunicaciones y movimientos de los acusados. No se descartan nuevas imputaciones ni medidas cautelares. La hipótesis de un grupo con acceso a conocimientos técnicos y equipamiento especializado fortalece la línea de investigación centrada en una trama más extensa de sabotaje.

El apagón que oscureció el norte neuquino encendió las alertas sobre la vulnerabilidad de las redes de infraestructura esenciales. Las imputaciones son apenas el inicio de una causa que puede crecer en complejidad y ramificaciones. Con tres nuevos acusados, una prisión preventiva firme y medidas restrictivas, la Justicia neuquina busca llevar luz a una trama que nació, precisamente, en la oscuridad.


Todo ocurrió el pasado 5 de marzo. Eran casi las 23, cuando el norte neuquino volvió a apagarse por completo. Aguada Chacaico, Tricao Malal, El Alamaito y todas las localidades del departamento Minas quedaron sin electricidad, por segunda vez en dos semanas. La escena se repetía con una precisión sospechosa. ¿Los responsables?: un grupo de personas que había decidido atacar la infraestructura eléctrica más crítica de la región.

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