La importación de GNL costaría este año 1000 millones de dólares

Es por el doble efecto de la caída de producción local y el aumento del precio. En total el gobierno destinaría un 400% más que lo que necesitó el año pasado para adquirir el fluido.

La secretaría de Energía de la Nación presentó esta semana el informe técnico sobre el mercado del gas de cara a la audiencia pública en la que se analizará el nuevo precio. Pero en ese documento Nación también reflejó el impacto que la caída en la producción nacional y la disparada del gas natural licuado (GNL) tendrán en las esmirriadas arcas públicas ya que con un incremento del 400% la importación de GNL insumirá este año cerca de 1.000 millones de dólares.

De acuerdo al estudio, para este año se estima que en el país se consumirán 46.579 millones de metros cúbicos de gas natural, de los cuales solo el 82% podrá ser cubierto con la producción nacional, incluyendo la generación que logre incrementarse con el nuevo Plan Gas Ar.

El gran problema estará en el invierno, cuando el consumo nacional crece prácticamente un 50% y la cobertura de la producción nacional está previsto que caiga al 74% de la demanda.

El porcentaje restante es lo que se cubrirá con la importación de gas. Cerca de un 9% del total de las necesidades del invierno (unos 2.050 millones de metros cúbicos) serán inyectados desde Bolivia, que en el total del año tendrá un impacto del 10%.

La nueva adenda firmada a fines del año pasado marca que los volúmenes serán menores que el año pasado por la caída en la producción que tiene ese país. Una menor inyección que se traducirá también en un menor costo para Argentina, ya que mientras el año pasado se abonó a Yacimientos Petróliferos Fiscales Bolivianos (YPFB) 982 millones de dólares por su gas, en este año el volumen previsto está estimado en 822 millones de dólares.

En números

7,25
dólares por millón de BTU es el precio que Nación estimó para el GNL. Especialistas estiman que podría ser mayor.

Esta menor inyección de Bolivia se suma a la crisis nacional de producción que se viene gestando desde hace dos años cuando se frenaron las inversiones en el sector por los cambios en la Resolución 46, un programa lanzado por el mismo gobierno.

En el año de la pandemia la producción de gas del país cayó 8,71% con respecto al 2019 y una contracción que no sólo forzó al lanzamiento de un nuevo plan de subsidios a la producción, sino también a la contratación de un segundo buque regasificador ya que Nación estimó que se necesitará el doble de GNL para evitar cortes de suministro.

El cálculo da cuenta que para cubrir el total de la demanda del país se deberá importar en GNL el equivalente a 3.674 millones de metros cúbicos, un 103% más que los 1.807 millones de metros cúbicos que se importaron el año pasado.

El lanzamiento del Plan Gas Ar se dio varios meses después de lo esperado y por eso en su primer mes la producción siguió cayendo.

Este salto en volumen representa claramente el funcionamiento de un segundo buque regasificador, ya que las entregas alcanzadas el año pasado se dieron con el buque de Escobar a toda marcha.

Pero aquí es donde el contexto internacional le jugará una pésima pasada al gobierno, dado que mientras el año pasado el precio promedio del GNL fue de 2,91 dólares por millón de BTU, en lo que fue una baja histórica, para este año el mismo gobierno estimó que ese valor se disparará hasta los 7,25 dólares.

Esta combinación de mayor volumen a importar y a un precio más caro hace que mientras el año pasado el sector demandó 189 millones de dólares, para este año el costo de la importación de GNL ronde los 958 millones de dólares.

El dato

74%
de la demanda del país en el invierno alcanzará a ser cubierto con la generación nacional de gas.

Pero se valor podría ser incluso mayor, dado que son muchos los pronósticos que advierten que el precio del GNL no descenderá tanto de los ultra altos valores que muestra en estos días, estando así más cerca de los 10 dólares por millón de BTU que una década atrás se llegó a pagar.

En el informe especial que elaboró Energía para la audiencia pública del miércoles que viene se detalló que al costo en sí del GNL, se deberán sumar hasta 1,30 dólares por cada millón de BTU por el costo de regasificación, es decir por el alquiler del barco que hace ese proceso y que en este año deberán ser dos.

Sobre el total de importaciones de GNL cerca de un tercio está previsto que sea destinado a la demanda prioritaria y lo restante a Cammesa en donde meterá presión en las tarifas eléctricas.

De esta forma, las importaciones de gas para este 2021 serán de al menos 1780 millones de dólares, un valor muy cercano a los 1584,4 millones de dólares que el gobierno estimó que demandará el nuevo Plan Gas Ar, tanto en su primera como en la segunda ronda.

Este nuevo plan de estímulo apunta a frenar la caída que desde el año pasado se ve en la producción de gas por medio de un sistema de contratos en los que el Estado garantiza un precio más alto que el que regía en el mercado aunque en su primer mes en marcha la producción nacional siguió cayendo.

Las audiencias públicas

A raíz de todo este cúmulo de mayores gastos es que desde el gobierno se analiza qué porción seguirá siendo cubierta por el Estado por medio de subsidios y qué parte deberá ser afrontada por los usuarios.

Este análisis se basa en la porción del gas que consume la demanda prioritaria del país que son los usuarios por redes.

De acuerdo al cálculo elaborado por Nación y puesto a disposición para la audiencia pública del lunes 15 los fondos disponibles en el presupuesto no permitirán que el Estado siga cubriendo el 60% del costo del gas, ya que sobre un monto total a pagar de 2.059 millones de dólares, equivalentes a 221.605 millones de pesos, el presupuesto es de 76.875 millones de dólares.

Este desfase representa que el punto de equilibrio estaría dado si los usuarios en lugar de pagar el 40% pagan el 65%, o dicho de otro modo, si el precio del gas que abonan aumenta un 63%.

Pero ese salto en el costo que pagan los usuarios incidiría de lleno en las tarifas del servicio, marcando solo por el concepto del precio del gas una necesidad de aumentar las tarifas un 26% en este mes o un 35% en julio.

Pero las tarifas no se definirán en la audiencia de lunes 15, sino que serán tratadas martes 16 en una segunda audiencia, esta vez convocada por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) en un análisis en el que se tendrán en cuenta los pedidos para incrementar el costo de distribución y el de transporte.

Las cuentas claramente marcan que la necesidad de incrementar las tarifas a partir del alza de los tres factores que las componen, pero en la recta final de un año electoral, no solo el mismo presidente Alberto Fernández indicó en su discurso de apertura de las sesiones legislativas que se avanzará hacia tarifas de transición que “no sean un problema” para los usuarios, sino que desde buena parte del gobierno trascendió que la suba sería menor al 10%, dejando así en el aire la pregunta de cómo hará el gobierno para afrontar la disparada del costo del gas que no logre traspasar a los usuarios de luz y gas.


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