El único egresado del paraje: la experiencia de Agustín en la histórica escuela de Challacó

Vive en Plaza Huincul pero cursó todo el primario en el paraje. La escasa matrícula estudiantil hizo que viva este cierre de ciclo de una manera especial, impensada en la gran capital provincial.

Las escuelas de la región viven un incesante movimiento de familias estos días. Llega el fin de año y se mezclan los actos de los distintos niveles, combinados con las presentaciones de otras actividades extracurriculares, sobretodo cuando se tienen varios hijos. Los autos se amontonan estacionados en las cuadras cercanas a cada colegio y los que andan a pie lucen orgullosos por la vereda, a la salida, el guardapolvo y la medalla de recuerdo. En los parajes, sin embargo, esto se vive muy distinto, tanto que en sitios como Challacó, pleno interior neuquino, este año egresó un sólo niño de nivel primario. No es que el resto no haya aprobado las notas del boletín, sino que Agustín Leiva era el único que se encontraba cursando los temas de .

Los “plurigrados” son la modalidad aplicada en estos lugares, para repartir a los 10 alumnos que asisten y organizarlos por edades y etapas. La histórica Escuela N° 176, donde asistió Agustín, tiene dos grupos así, por ejemplo. A cargo de ellos están directivos, docentes y auxiliares que conforman el equipo de trabajo, como ocurre desde su creación, el 2 de marzo de 1987. En ese momento, el decreto 2227 del gobierno provincial había ordenado la construcción del edificio tomando en cuenta la “gran cantidad de niños en edad escolar que allí vivían”, para justificar la obra. Aunque esa cantidad disminuyó, producto del éxodo que sufrió el pueblo, todo sigue funcionando con la misma dedicación que pondrían si en vez de 10, fueran 300 chicos por turno.

La particular experiencia, impensada en la multitud de la capital neuquina, distante a apenas 93 kilómetros, fue compartida en fotos a través de la cuenta de Facebook de la Escuela. Con una sonrisa que le iluminaba la cara, el estudiante agasajado posó con sus compañeros, amigos, familiares y trabajadores del colegio, detrás del típico marco decorado con su título de egresado y, en este caso, con los colores del club de sus amores, Boca Juniors. Hasta ese gusto se pudo dar.

Siguiendo esta lógica de concentrar varias instancias en un mismo momento, en el acto del pasado martes no sólo se le entregó el certificado de finalización de estudios, sino también el diploma por la Promesa a la Bandera. No faltaron los regalos, la torta, el video, los souvenirs, un libro de firmas y la foto de recuerdo, portando impecable, la bandera de la provincia. El cierre para tanto compartir fue un almuerzo con dos chivitos y un costillar, típico de una zona que subsiste justamente gracias a la cría de ganado caprino, tras el cierre de la estación ferroviaria, el traslado de la carrera de Ingeniería y la privatización de YPF. De hecho el campo del abuelo paterno de Agustín se ubica junto al terreno del colegio, así que este niño se crió con esas tradiciones, que cultiva con boina, corbatín y alpargatas polvorientas, entre caballos, lazos y fogones.

Javiela y Juan, los papás de Agustín – Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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El recuerdo con Valeria, la seño de 7°. Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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Volviendo a la celebración, terminada la perseverante labor de los asadores, se apilaron todas las sillas del salón de actos y allí mismo se ubicaron los tablones, gaseosas y vasos de colores, para recibir ese manjar tan sencillo y emblemático a la vez. “Es muy emotivo e inspirador, ya que somos pocos y los lazos son más fuertes, como una familia”, dijo la docente Valeria Herrera, a cargo de dictar Matemática, Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales de 2° Plurigrado, o sea, “la seño de Agustín”. Según explicó en diálogo con RÍO NEGRO, si bien la casa de este preadolescente queda en Plaza Huincul, él “transitó toda su escuela primaria en Challacó, entonces fue un acto emotivo, porque dejó su huella en la institución. A su vez, la mamá, Javiela Molina, es una de nuestras auxiliares de servicio hace 18 años. Ese día lo acompañaron con su papá Juan Leiva y el resto de sus seres queridos”, valoró la maestra.

A partir de ahora, el 2024 lo espera para cursar 1° año del Nivel Medio en la ciudad, dentro de la EPET N°10, anticiparon. Lo viven con la alegría de que pueda seguir estudiando, pero también con el sinsabor de que tenga que hacerlo, siendo tan chico, en un entorno al que no está acostumbrado, porque la mayor parte del tiempo estaba en Challacó. Hasta en estas micro realidades afecta la falta de nuevas oportunidades en los parajes. Mientras tanto, Valeria al menos confía en las capacidades que vio germinar en Agustín dentro del aula. “Son mundos muy distintos, pero sale con las herramientas suficientes”, concluyó, buscando algo de esperanza.

Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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Foto: Gentileza Escuela Challacó.

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