La primaria 45 de Cipolletti celebra sus primeros 100 años

El establecimiento educativo se creó en 1921 a pedido de la comunidad de Cuatro Esquinas. El festejo de hoy arranca a las 13.30 con varios homenajes.

Por Evelyn Arias

Cuando el viento sacude las hojas caídas alrededor, remonta de estos 100 años escolares algo de tierra de las palas de los colonos de los años ‘20, algo de polvillo de fotos con leyendas en alemán o italiano de los ’40, tantas preguntas calladas por los secuestros previos y durante la Dictadura, tantas escarapelas de celeste y blanco esperando en la democracia. Recuerdos de la jornada doble de guardapolvos marrones en los ’70 o de la extendida con talleres en contraturno a partir de 2006 que la pandemia interrumpió. Kermeses, cenas a beneficio, actos patrios, periódicos de mimeógrafo, comuniones y talleres de oficio. Y en ellos, infancias de distintas épocas, desvelos amorosos de tantas maestras y compromisos solidarios de familias que incluso por tres generaciones siguen eligiéndola, o sostuvieron una Cooperadora memorable hasta que los nietos reclamaron otras prioridades.

El primero de los actos es hoy, viernes 13 de agosto a las 13:30. La brisa fresca y el espacio soleado al aire libre permitirán ver los álamos y frutales alrededor, con barbijos, distancia, docentes, autoridades, alumnos y contados invitados en el predio para prevenir el covid.

Este es el acta en que queda inaugurada la Escuela 45.

En tanto, exalumnos, padres, madres y docentes de todas las épocas seguirán congregándose en espacios como Facebook: 100 años escuela 45 Soldado Argentino, o un grupo de whatsapp que súbitamente integraron 166 miembros. Allí el Centro de Jubiladas Docentes subirá lo que con el apoyo del área de Prensa municipal se registre hoy y un video de testimonios que están documentándose. En sus planes está además un programa radial para que durante el año revivan la historia con su propia voz los protagonistas de todas las épocas. Si las condiciones lo permiten, el fin de año traerá los auténticos abrazos tan deseados entre miembros de distintas épocas de la comunidad educativa.

La escuela tiene hoy 193 alumnos en nueve secciones, 33 de ellos del Nivel Inicial. Están prontos a retomar transporte y talleres para el contraturno, ya que «la virtualidad es muy difícil aquí en chacras» y esforzadamente vienen transitando el régimen de burbujas y presencialidad alternativa desde el año pasado, explicó Alicia, su secretaria actual. Aún así, conservan su matrícula, salvo algunas situaciones que se manifestaron antes del receso de invierno.

El espacio ideal para divertirse, aprender y hacer amistades.


«La escuela vieja tenía tres aulas y una amarilla afuera, de madera, donde estaban sexto y séptimo», recuerda Leticia Etchemaite – una exalumna ahora jubilada como Profesora de Música, que egresó de sexto grado en 1961. Su padre, Juan Pedro y su tía, María Dora Etchemaite también fueron alumnos allí una generación antes, del mismo modo sus hermanas y primos. «Había afuera juegos, una hamaca, un subibaja y un trapecio en el patio que da al río».

Su abuela Margarita y su abuelo Juan Íbar cedieron en 1921 el primero de los terrenos para que allí funcionara. Otra exalumna, María Teresa Viñuela, hoy docente jubilada del Nivel Inicial, apunta que hacia 1920 “sólo existía la escuela 33 en el centro de Cipolletti, y se impartía enseñanza asistemática en la chacra “La Pochola”. La 45 “se crea por necesidad, esfuerzo y petición de la comunidad de Cuatro Esquinas”. Exploró actas y testimonios y detalla que el Inspector Seccional Juan Deluigi nombró maestro y Director a Fermín Godoy. A cargo del mismo director comenzaron primer grado 43 niños y 33 niñas. “Son los padres quienes facilitan edificio y bancos”, aclara María Teresa. Cuando la matrícula siempre presente fue creciendo, se dividieron sucesivas secciones que por décadas utilizaron sólo tres aulas, que se empleaban en dos turnos.

César Cervi, cuarto en la fila de varones, en la escuela vieja en 1932. Iba a 5to grado –explica Nélida Cervi, su hija. Completó la primaria yendo en 6to a la escuela 53, con Ida De Anna, que había trabajado también ad honorem en contraturno en la 45.

“Mi abuelo Julio me decía –recuerda Carmen Frassetto, otra exalumna, hoy contadora- que mi padre sólo fue hasta tercer grado y figuraba que lo había repetido, porque no había más secciones en la escuela y de ese modo, podían seguir enseñándole un año más.” Con ese tercer grado de los años treinta y algo, “cuando pudo dejó de ser peón, se compró su propiedad y con lo que le habían enseñado, hasta se manejaba en bancos y con personal a cargo”, reflexiona Carmen con admiración por aquellas maestras normales nacionales. “Mi padre y todos los chicos de ahí, salían de la escuela y trabajaban en las chacras, las de su familia si eran propietarios, o las de sus patrones”. Ella, sus hermanos Carlos y Eduardo, sus primos Hugo y Roberto Frassetto, su padre Ernesto, su tío Serio fueron a la misma escuela primaria.

Era una escuela rural donde niños de la colectividad de colonos alemanes, como Kruger, Jürgensmeyer, Stockebrand, convivían con italianos como Cervi, Novello, Frassetto, Pesce, o criollos descendientes de otras comunidades como Pino, Cerda, Íbar, Viñolo, Etchemaite.

En 1949 los vecinos le dieron forma más organizada a una célebre Cooperadora escolar presidida entonces por César Cervi y le agregaron un aula construida por ellos mismos de madera pintada de amarillo. El edificio centro de la escuela actual se concluye en 1967 y el predio escolar alcanza una hectárea gracias a una nueva donación de 1961, del vecino Fermín Azcona. Fue entonces la Directora Blanca Melitona Silva de Sagripanti, que impulsó durante su gestión una labor incansable de cenas, kermesses, rifas y todo tipo de peticiones ante autoridades para lograrlo. En 1971, con presencia del Ejército -característica de la época- y chocolate para el alumnado, recibe el nombre de “Soldado Argentino”. Aproximadamente hasta esta época, aún siendo sus hijos estudiantes universitarios en Bahía Blanca, ininterrumpidamente desde la concurrencia de los niños a la escuela,César Cervi, Ernesto y Serio Frassetto continuaban por más de una década integrando la Cooperadora Escolar.

Todos los chicos desde puente Suspiro a La Mayorina, iban a la escuela caminando o en bicicleta, cruzando chacras. “Una vez que iba en bici, había nevado y me caí. Tendría tal vez 7 años, me acuerdo que me vio el peón de patio de mi abuela, me ayudó, me sacudió, me ayudó a volver a subirme y me dijo, sin tiempo a que me enjugara ni se congelaran mis lágrimas, -“bueno, vaya ahora a la escuela m’hijita”, recordó Leticia Etchemaite, egresada 1961 y hoy jubilada como profesora de Música.

De izquierda a derecha: Hugo Frassetto, Ana María Garrido, Daniel Scianca, Nélida Cervi, Horacio Alegre y Marta Carro, Miguel Cervi, Susana Etchemaite y Miguel Angel Raymondo, Ana Gallina con Raúl Etchemaite y Marta Alegre con Bocha Vesciglio.

Todos los entrevistados coincidieron en el recuerdo del frío de los inviernos en límpido contraste con el calor de los afectos y compromiso de la dinámica escolar.

“Azcona dijo –‘ yo cedo una parte de la chacra’, y se pudo concretar”- recordó Miguel Cervi, exalumno hijo de César Cervi, impulsor del “aula amarilla” en 1949.y también del edificio inaugurado en 1967 –“Era una época en que se hacían y se resolvían las cosas con mucho compromiso de parte de la comunidad”, añadió.

”Con mi maestra Beba Vásquez, lo primero que teníamos que hacer era prender la salamandra para calentar el aula”.

“Beba fue una maestra muy querida- coincidió a su vez Leticia Etchemaite. “Era maestra de grado, y en contraturno nos enseñaba folklore, era cariñosa, ponía límites sin ir a los extremos, influyó en todos nosotros”

“Fue una época muy linda, hay un montón de fotos. Para los actos, las chicas vestidas de damas antiguas y los varones con esos frack y sombreros altos… bailábamos con un fervor, que lamentablemente se ha perdido… ni siquiera se celebran las fiestas patrias el mismo día “, reflexionó con nostalgia Miguel Cervi.

Jornada completa, extendida y talleres municipales en contraturno


“Cuando yo estaba en 6to o 7mo grado (1969 y ’70) fue la escuela experimental de jornada completa”, continúa Carmen Frassetto. “Así que teníamos todo el equipo de cocineras: estudiábamos y comíamos en la escuela, usábamos un guardapolvo marrón que nos distinguía en los desfiles”.

Para Rosa García de Arigón , su paso por la escuela ha sido “una joya en mi corazón”. Maestra desde 1977, vicedirectora en el ‘79, directora interina desde 1982 y titular desde 1990. “Los maestros percibíamos que los chicos necesitaban aprender también oficios y expresarse. Entonces, todos los años gestionábamos en la municipalidad talleres municipales en contraturno”.

Tal tesón y experiencia contribuyeron seguramente a que desde el año 2006, la 45 “ha pasado a formar parte de las escuelas de Jornada Extendida, en el marco de las leyes Nacional de Educación N° 26206/06, y Orgánica de Rio Negro N° 4819, convirtiéndose en la primera escuela del Alto Valle en transitar a esta nueva modalidad por resolución 2035/15 que la atraviesa y organiza”, según consigna Estela Varas, su actual directora.

Maestras de los ´50. Aquí parada, a la derecha Lilian Pinelli de Vesciglio, también Libertad Hidalgo, Directora. Otras maestras muy recordadas han sido Ida De Anna, Beba Vázquez, Lily Deibele, Rosita Sícolo, Lilian Painevilu, Manuela López, Blanca Silva de Sagripanti. En los ’70 llegarían los guardapolvos marrones con talleres de oficio y folklore en contraturno, con la gestión de Rosa García de Arigón, experiencia que se retomó primero con apoyo anual municipal y luego con la Jornada Extendida desde 2006.


Ester Cerda, una portera para el Cuadro de Honor y tantas maestras entrañables

Todos recuerdan a la adorada Ester, la portera. Sus comidas o meriendas calentaban el cuerpo y el alma, incluían e integraban a hijos de jornaleros o de chacareros. Un homenaje especial preparan para ella desde el Centro de Jubiladas Docentes, ya que toda su vida laboral transitó en la 45. Preparó guisos sabrosos, amasó pan y tortas fritas, contuvo lágrimas, disfrutó e hizo relucir la escuela nueva en cada acto escolar pero también regó el patio de tierra, y alguna vez tomó con madres y padres de la escuela la pinceleta con brea que necesitaba para aislarse de humedad y deterioro, la célebre aula amarilla.

Su hija, Rosa Muñoz interactuando por whatsapp con su maestra de otro tiempo Marta Mutchinik –ahora en Brasil- expresó: “me gustaría poder volver a verlas a todas mis maestras y agradecerles lo mucho que me sirvieron sus enseñanzas, gracias a todas y en especial en haber podido hacer mi primario en la escuela 45, gracias Marta”.

Nora Julia Bucaré y Mónica Almirón, maestras secuestradas

Hacia 1964, “Nora Julia Bucaré fue mi maestra de primer grado, estuvo dos años en la escuela, primero en un quinto grado, después pasó a primero. Para mí fue La Maestra, La Seño. Tal vez porque no había Jardín y con ella aprendí a leer y escribir amorosamente. De grande la empecé a buscar. Y sí…, la encontré, estaba en un listado de Desaparecidos”.

Nora fue secuestrada en 1975 en Resistencia, Chaco. Fueron casi diez años después de su paso por la 45 y todavía en aquella forma de “democracia”. Puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional al igual que su tenía su esposo, delegado sindical metalúrgico de ASIMRA. Testimonios dan cuenta de que estuvo en San Fernando y en la cárcel de Olmos, La Plata. En 1980 –luego de una gestión de la embajada norteamericana- fue autorizada a salir del país para exiliarse en EEUU1.

Luego, en 1977, Mónica Judith Almirón, maestra de la Primaria 45, fue secuestrada el 8 de agosto de ese año, en Cipolletti mismo, apenas un rato después de su esposo Enzo Lauroni, también delegado sindical. “Le dijeron que su marido había tenido un accidente y se encontraba en el hospital Bouquet Roldán de Neuquén, pidiéndole que los acompañara” 2 Torturada en Gendarmería de Neuquén y en la Escuela de Mecánica de la Armada (Bs As) Otro ex detenido, Vicente Canteros, testimonia que los vio por última vez el 18 de diciembre de 1977. Hoy lleva su nombre la escuela 366 de Cipolletti y se la recuerda en la nómina de la Memoria de la plaza San Martín.

En otros pizarrones, huellas de otro tipo de tiza indeleble las recuerdan.

1 S/ el Boletín Oficial 32642 Dto María Estela Martínez de Perón 3505/1975 apresada el 11/11/1975, y Dto. Carta del 20/10/1978, de Mark L Schneider, Secretario de la Embajada de EEUU, asistente en DDHH desde Washington al embajador en Buenos Aires Allen M Harris. Decreto 1367 del 11 de Julio de 1980 desclasificado y públicado en Boletín oficial 32630

2
http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/l/lauroni/
http://www.unter.org.ar/taxonomy/term/5295


Por Evelyn Arias

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