Las nuevas uniones familiares y el rol de la educación

Una investigación de la UNR analiza los cambios de las familias actuales: la tendencia de las parejas a la convivencia y el peso de la educación de la mujer en la formación de núcleos donde ambos trabajan y mantienen el hogar.

Una investigación de la UNR analiza los cambios de las familias actuales: la disminución de los casamientos, el aumento de la edad de los cónyuges, la tendencia de las parejas a la convivencia y el peso de la educación de la mujer en la formación de núcleos donde ambos trabajan y mantienen el hogar.

Esta investigación reveló también que los casamientos son una tendencia más común entre la clase media y alta mientras que los sectores populares se inclinan más a las uniones consensuadas. En los últimos años creció la proporción de parejas en las que es la mujer quien tiene mayor educación: de 32%  pasó a 34%. María Celina Añaños, directora de la investigación. De acuerdo a los últimos censos nacionales, la tasa bruta de nupcialidad fue descendiendo (de 5,9 por mil en 1980 pasó a 3,5 por mil en el 2001) mientras que la unión consensual sigue en aumento. Los jóvenes argentinos están postergando la edad del casamiento por diversos motivos: trayectorias de educación más largas, dificultades  económicas, mayor interés en un proyecto profesional que familiar, etc. La investigación “Rasgos socio-demográficos de la primo-nupcialidad reciente en Rosario”, de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNR, describe, por un lado, las características individuales de los cónyuges y, por otro, identificar los tipos de uniones, tomando como base el informe estadístico de matrimonios del Registro Civil de la ciudad de Rosario entre 1990 y 2004. Según los datos, más del 85% de los casamientos anuales son entre  solteros y “es una conducta más característica de la clase media y  alta. Los sectores populares tienden a la unión consensual y con el  paso del tiempo, formalizan”, expresa a Infouniversidades la directora del proyecto, María Celina Añaños. Para algunos jóvenes, el matrimonio legal forma parte de nuevas trayectorias conyugales que lo ubican luego de una unión de hecho, proceso que se aleja de la pauta cultural considerada “tradicional”,  de transitar al matrimonio en forma directa luego de un período de noviazgo. Como consecuencia de este nuevo modelo, hay un aumento de la edad promedio de casamiento. Por ejemplo, los hombres de bajo nivel de instrucción tienen una media de edad muy alta (32, 33 años) ya que se trata de legalizaciones de viejas uniones de hecho. Esta tendencia también se observa entre los que tienen un nivel terciario completo: de 26 saltó a 29 años el promedio de edad, a  veces “por dificultades económicas para conformar un nuevo hogar”, explica la investigadora. Y en cuanto a los otros niveles de instrucción, la edad más alta es la del universitario completo, que ronda entre los 29 y 30 años. En cuanto a la edad de las mujeres, el promedio poblacional es de alrededor de 25 años y son las universitarias completas las que tienen la edad más alta: se casan entre los 27 y los 29 años, registrándose una leve tendencia al aumento de la edad. El peso de la educación El informe indica que cerca de la mitad de las parejas que se forman tienen el mismo nivel de instrucción. En el 20% de los matrimonios el varón tiene más instrucción que la mujer y creció la proporción de  parejas en las que es la mujer quien tiene mayor educación: de 32% pasó a 34%. La instrucción femenina tiene un peso importante en la conformación de matrimonios en los que ambos miembros son proveedores, que es el caso de más de la mitad de las uniones. Cuando los dos tienen alta educación, el 100% de los núcleos son de doble proveedores, es decir que tanto el hombre como la mujer trabajan profesionalmente, pero cuando ambos tienen baja educación el proveedor es masculino. “La gente de baja instrucción reproduce más el modelo tradicional de familia, de hombre proveedor y mujer ama de casa, mientras que entre las mujeres más instruidas se observa una autonomía e independencia económica”, sostiene Añaños y agrega: “Estos son hallazgos que van más allá de la cuestión demográfica porque muestran la importancia de la educación pública, sobre todo para las mujeres de bajos recursos”. Silvana Di Stéfano seccomunicacion@unr.edu.ar Victoria Arrabal Secretaría de Comunicación y Medios – Dirección de Prensa Universidad Nacional de Rosario


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