Levi-Straus: un antropologo en el siglo XX
El volumen, publicado por Libros del Zorzal, está compuesto por conferencias inéditas hasta la fecha, pronunciadas en 1986, parte del material que el científico belga dejó a cargo de Maurice Olender, su colega y discípulo.
Lévi-Strauss nació en Bruselas el 28 de noviembre de 1908 y falleció en París el 30 de octubre de 2009; estudió derecho y filosofía en la Sorbona; profesor en el College de France entre 1959 y 1982, escapó de la persecución nazi, en el mismo barco que André Breton, y pasó largas temporadas en la selva brasileña.
Publicó -entre otros libros fundamentales- “Las estructuras elementales del parentesco”, “Tristes trópicos”, “Raza e historia” (donde demuele el concepto de raza), “Antropología estructural I y II” y “El pensamiento salvaje”, en el que dedica un postfacio (no muy amable) a Jean-Paul Sartre.
Después (y después también de su encuentro fundamental con los lingüistas Ferdinand de Saussure y Roman Jakobson -que le permitieron armar su modelo de estructura)-, aparecieron los cuatro volúmenes de las “Mitológicas”: “Lo crudo y lo cocido”, “De la miel a las cenizas”, “El origen de las maneras de mesa” y “El hombre desnudo”.
“Odio los viajes y a los exploradores. Y aquí me dispongo a relatar mis expediciones”, comienza “Tristes trópicos”, el libro que le permitió ganar un premio Goncourt y concentrarse, de manera sistemática, en la antropología estructural.
Esa antropología de la cual estas tres conferencias son un vivo ejemplo, en el crepúsculo de su vida, de una lucidez macerada en la humildad y la erudición que abrió el campo para que disciplinas como el psicoanálisis lacaniano y la semiología, tomaran una orientación definitiva.
“La creencia en un progreso material y moral condenado a no interrumpirse jamás” dice Lévi-Strauss, “que durante años constituyó un acto de fe, está atravesando su crisis más seria”.
“La civilización de tipo occidental ha perdido el modelo que ella misma se había dado y ya no se atreve a ofrecer ese modelo a los demás”.
“¿No conviene, entonces, mirar en otras direcciones, ampliar el marco tradicional dentro del cual se encerraban nuestras reflexiones sobre la condición humana?”.
“¿No debemos integrar a él experiencias sociales distintas de las nuestras y más variadas que aquellas en cuyo estrecho horizonte nos hemos recluido durante tanto tiempo”, se pregunta este hombre que ya había pasado los 80 años.
Su desprecio hacia los nacionalismos y los etnocentrismos lo empujaron a estudiar las invariantes normativas (no religiosas) de las culturas más lejanas de los centros del poder industrial.
Y de sus investigaciones dedujo que el pensamiento “irracional” de los “primitivos” estaba amparado en una lógica, “salvaje”, tan rigurosa como la que organiza el universo matemático.
Las conferencias de Lévi-Strauss no escapan a cierta melancolía, no por un mundo perdido sino por el mundo del futuro, homogeneizado por el capital-parlamentarismo y por el “paraíso” fundamentalista.
Al punto de preguntarse “si las explosiones ideológicas que se manifiestan desde hace casi un siglo, que no han perdido su fuerza en el tercer mundo, no constituyen reacciones frente a una serie de condiciones de existencia que se hallan en brutal ruptura con las del pasado”. (Télam).
Lévi-Strauss nació en Bruselas el 28 de noviembre de 1908 y falleció en París el 30 de octubre de 2009; estudió derecho y filosofía en la Sorbona; profesor en el College de France entre 1959 y 1982, escapó de la persecución nazi, en el mismo barco que André Breton, y pasó largas temporadas en la selva brasileña.
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