Llega «Troya», una producción gigantesca

NEUQUEN (AN).- Para acceder a ciento cincuenta minutos de filme se han consumido igual número, pero en millones de dólares.

Inspirada en los poemas épicos de la Ilíada de Homero, esta gigantesca producción sobre la legendaria guerra de Troya entre griegos y troyanos, ha contado con un presupuesto en torno de los ciento ochenta millones de dólares, necesarios no sólo para sufragar el rodaje de más de medio año en estudios de Londres y exteriores de Marruecos y Malta (aparte de una ciudad de Troya reconstruida en un complejo de cuatro hectáreas), sino sobre todo para reunir a rutilantes figuras artísticas.

Dos generaciones: los jóvenes Brad Pitt (Aquiles), Orlando Bloom (Paris), Eric Bana (Héctor) y Diana Kruger (Helena) y los veteranos como Julie Christie (Tetis) y Peter O'Toole (el rey Príamo).

¿Cuál es la trama de Troya?

En la antigua Grecia, la pasión de dos de los amantes más legendarios de la historia, Paris, príncipe de Troya y Helena, reina de Esparta, desencadena una guerra que asolará una civilización. El robo de Helena a su esposo, el rey Menelao (Brendan Gleeson), por parte de Paris es un insulto que no se puede tolerar. El orgullo familiar establece que una afrenta a Menelao es una afrenta a su hermano Agamenón (Brian Cox), el poderoso rey de Micenas, que no tarda en reunir a todas las grandes tribus de Grecia para recuperar a Helena de manos de los troyanos y defender el honor de su hermano.

La lucha por el honor de Agamenón está corrompida por su incontenible codicia. Necesita el control de Troya para asegurarse la supremacía de su ya vasto imperio. La ciudad amurallada, bajo el mando del rey Príamo y defendida por el poderoso príncipe Héctor, es una fortaleza en la que ningún ejército ha sido capaz de penetrar. Sólo un hombre se erige en la clave para la victoria o la derrota de Troya: Aquiles (Brad Pitt), considerado el más grande guerrero vivo.

Arrogante, rebelde y aparentemente invencible, Aquiles no siente lealtad hacia nadie ni hacia nada, excepto a su propia gloria.

Es su insaciable ansia de fama eterna lo que le lleva a atacar las puertas de Troya bajo el estandarte de Agamenón, pero será el amor el que finalmente decida su destino.

Los responsables d efectos especiales, han sacado provecho de las ventajas que puede ofrecer la era digital -según los antecedentes que llegan- para recrear batallas que enfrentarán unos ejércitos de 50.000 hombres, de los que tan sólo un millar son extras de carne y hueso.

La gran sorpresa en el ámbito virtual será la recreación de un gigantesco caballo de madera. Wolfgang Petersen, que ya sueña con una buena porción de premios destacó que «la película mostrará el espectáculo de la batalla entre decenas de miles de soldados de un modo que no se ha visto nunca antes». Al director alemán afincado en Hollywood, le interesa reflejar «el intemporal aspecto humano de las victorias y derrotas que contó Homero».


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