Los hermanos Sartor pasaron más de un mal rato en Roca

ROCA (AR).- Desde que debieron abandonar sus funciones en el ministerio de Desarrollo Social de Nación con la renuncia de Fernando De la Rúa, los hermanos Daniel y Raúl Sartor han pasado más de un mal rato.

Sus últimas salidas públicas en Roca quedaron reducidas.

Encargados y empleados de una confitería y una fiambrería de Roca, admitieron que los Sartor debieron enfrentar manifestaciones hostiles de algunas personas, que se sumaron a los cánticos en recientes «cacerolazos» y protestas callejeras.

El último incidente que tiene a uno de ellos como protagonista se registró hace dos fines de semana en una de las confiterías más concurrida por los roquenses.

A ese lugar de la céntrica calle Tucumán llegó Raúl Sartor el pasado sábado 12, después del almuerzo acompañado por su esposa y la de su hermano Daniel. Apenas empezaron a consumir gaseosas y jugo, un grupo comenzó a rodearlos y en silencio permanecieron alrededor de la mesa que ocupaban en plena vereda. Una vez que la «protesta» se les tornó insoportable, llamaron al mozo y se retiraron del lugar.

Apenas unas semanas antes y a pocas horas del comienzo del nuevo año, el mismo Raúl Sartor debió retirarse de una fiambrería de Tucumán al 300, corrido por la actitud de la gente, aunque esta vez el que afrontó la peor parte fue el ex ministro.

Según relató la encargada del local, el 31 de diciembre pasado, «a eso de las siete de la tarde, Daniel Sartor se bajó a comprar unos turrones, mientras que su hermano estacionaba la camioneta». Apenas Sartor hizo su pedido, una clienta del local se le acercó y lo saludó de un modo más que particular: «¿Cómo andás siete mil pesos?». El ex ministro la miró con cara sorprendida e intentó continuar como si nada pasara. Pero la mujer insistió. «¿Cómo andás siete mil pesos?», repitió en alusión al sueldo que percibía Sartor en su fugaz paso por el gobierno nacional.

Después la mujer le habría dicho: «»para qué quería turrones, un turro como él». Ante eso Sartor decidió irse y ya no volvió», agregó la propietaria del comercio.

Al incidente de la confitería, Daniel Sartor debe sumar el ya comentado mal rato que pasó en una conocida pizzería local. Allí los comensales comenzaron a hacer sonar los cubiertos contra las mesas y obligaron así al ex-funcionario y a su mujer a retirarse en silencio.


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